Marta Marzotto, la excéntrica y escandalosa abuela de Beatrice Borromeo que le enseñó cómo competir con la mismísima Carlota Casiraghi

A la abuela de Beatrice Borromeo nada se le ponía por delante: ni la nobleza, ni el lujo ni las convenciones sociales. Marta Marzotto enseñó a su nieta a nadar como pez en el mar de la alta sociedad, posar como una auténtica princesa de Mónaco y, mientras, hacer lo que le venía en gana por muy escandaloso que fuera.

Marta Marzzoto, la abuela de Beatrice Borromeo. Si quieres ver los mejores looks de la mujer de Pierre Caisraghi, pincha en la imagen./instagram

Marta Marzzoto, la abuela de Beatrice Borromeo. Si quieres ver los mejores looks de la mujer de Pierre Caisraghi, pincha en la imagen. / instagram

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Cada 18 de agosto Beatrice Borromeo cumple un año más (este año ya van 36) y en esta fecha siempre tiene un recuerdo muy especial para una de las mujeres que han marcado su vida: su abuela Marta Marzotto. La diva italiana que falleció justo cuando Beatrice Borromeo estaba embarazada de su primer hijo con Pierre Casiraghi fue el apoyo que la mujer del hijo menor de Carolina de Mónaco siempre necesitó en su vida.

Cuando decidió independizarse de la casa familiar y vivir sola a los 18 fue su abuela le ofreció la comprensión que no encontraba en casa; cuando se sentía como un patito feo desfilando en las pasarelas de la semana de la moda, su abuela la aplaudía entusiasmada desde el front row… Marta Marzotto fue un pilar y un ejemplo a seguir para Beatrice Borromeo y de ella aprendió que se puede ser tan elegante como Carlota Casiraghi llevando solo un caftán y que se puede lidiar con los escándalos sin perder la compostura, de eso, Marta Marzotto sabía un montón.

Beatrice Borromeo, mujer de Pierree Casiraghi, con su abuela la condesa Marta Marzotto / gtres

Marta Marzotto, la condesa hecha a sí misma

Si pensamos en una celebrity italiana a nuestra memoria puede ser que acuda el recuerdo de Sofía Loren o Rafaella Carrá, pero para los italianos Marta Marzotto era un diva capaz de acaparar portadas y congregar a los paparazzis con la misma facilidad que la Loren. La condesa hecha a sí misma era un auténtico animal social que tenía el punto justo de excentricidad y los escándalos necesarios para añadir salseo a cualquier crónica social.

Entusiasta de las joyas extremas, el brilli brilli y los caftanes, la condesa fue durante décadas el símbolo de todo a lo que se podía aspirar en las fiestas de la alta sociedad romana y la alta costura. Si querías ser alguien en el mundo de la moda, tenías que conocer a Marta Marzotto.

Pero antes de deslumbrar con su desbordante energía y su elegancia única, la abuela de Beatrice Borromeo no lo tuvo nada fácil. Sus biógrafos hablan de una infancia dura, de un hospicio de monjas y de unos orígenes humildes (su madre era una temporera de los campos de arroz y su padre un cobrador de peajes) que la niña que llegaría a ser cabeza visible de un emporio de la moda intentó combatir trabajando desde muy joven.

La condesa llevando uno de sus célebres caftanes. / instagram

Durante la adolescencia enfocó su trabajo en algo más gratificante y glamuroso que el campo: la moda. Comenzó como aprendiz de modista en Milán pero en seguida dio el salto para convertirse en la modelo requerida por los mejores salones de alta costura para enseñar los vestidos a las clientas vip. Allí es donde se gestó su buena fortuna, porque gracias a su exposición en el mundo de la moda conoció al hombre que la convertiría en condesa: el Conde Umberto Marzotto con el que se casó, tuvo cinco hijos, fue infiel, se acabó divorciando, pero del que conservó el apellido.

Formar parte de la aristocracia y, gracias a su esposo, de un emporio textil no le quitó las ganas de seguir trabajando. De modelo pasó a condesa y organizadora de uno de los salones romanos donde reunía a la élite intelectual y política con la gente guapa de la alta sociedad. Y cuando llegó el divorcio Marta Marzotto dio el salto al mundo del diseño con colecciones que se basaban en ella misma y que siempre llevaban su nombre (Marta, la Marzotto, Martissima, La Contessa, Marta-in-gala…).

Vídeo.

Los escándalos amorosos de la abuela de Beatrice Borromeo

Su desparpajo y excentricidad hacían las delicias de los reporteros y periodistas que siempre tenían una anécdota que contar sobre la condesa Marzotto. Como aquella vez que se plantó en la presentación de un libro únicamente para hacerse con el micro en el turno de preguntas y reprochar al autor ante todos que su amiga Sophia Loren no había acudido a su fiesta de cumpleaños porque el periodista había publicado que iría en un periódico. Esto lo hizo a los 80 años.

Pero si hubo algo que hizo las delicias de la prensa rosa durante décadas fue la tumultuosa relación de la condesa con sus amantes, de las que hablaba en sus libros y entrevistas. Durante 20 años fue la musa y algo más del artista Renato Guttuso, que le dio su primer beso en su estudio y la llegó a escribir 5.000 cartas de amor. Pero además de Guttuso, Marta Marzotto mantuvo otra relación extramatrimonial con un político comunista Lucio Magri, con el que estuvo 10 años y con el que acabó fatal, «dijo que me amaba. En realidad solo se amaba a sí mismo».

A pesar del amargo divorcio, la peleas en los tribunales con los hijos de Renato Guttuso y el mal recuerdo que le dejó Magri, la abuela de Beatrice Borromeo nunca se arrepintió de su vida y supo dar sabios consejos a su nieta, como por ejemplo cuando dijo: «Habla poco de ti y de lo que tienes en mente, nunca de sexo, pero trata de ser protagonista». No cabe duda de que su nieta ha tomado nota dee ste consejo, especialmente sobre la necesidad de destacar, porque cada aparición suya en Mónaco es un despligue de glamour.

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