Sarah Ferguson y el príncipe Andrés llevan divorciados desde 1996, pero viven juntos en una casa histórica en el complejo de Windsor. /
Son días extraños en Buckingham Palace, el centro de operaciones de The Firm, o sea, la familia real británica. En las últimas semanas se han producido acontecimientos difícilmente previsibles, como la coincidencia en el hospital de dos de sus miembros imprescindibles: el rey Carlos III y la princesa de Gales, Kate Middleton. En medio de todo el revuelo de estas hospitalizaciones, llega la rara noticia que nadie estaba esperando : la reconciliación sentimental y segunda boda del príncipe Andrés y Sarah Ferguson.
Ahora mismo, el desconcierto es total, pues no había trascendido nada acerca de una supuesta reactivación del romance entre los duques de York, divorciados desde 1996 tras cuatro años de separación y una década de relación y cada uno con algún que otro escándalo sexual a sus espaldas. Los del príncipe Andrés mucho más graves , pues no termina de levantar cabeza tras haber sido acusado de participar en el entramado de tráfico sexual de menores y abuso orquestado por Jeffrey Epstein.
Sarah Ferguson se han mantenido al lado del padre de sus dos hijas, Eugenia y Beatriz, contra viento y marea. De hecho, continúan viviendo juntos en el Royal Lodge de Windsor, una casa protegida del siglo XVII que antes utilizó la Reina Madre. El lugar es idílico, tanto que allí celebraron sus bodas las dos hijas de ambos: la casa posee ocho hectáreas de terreno, con unos jardines de postal. Los disfrutan los duques de York y los perros corgis que fueron de la reina Isabel II y que Sarah y Andrés adoptaron tras su fallecimiento.
En realidad, la reactivación de la figura de Sarah Ferguson como miembro de la familia real se produjo en las pasadas Navidades, cuando la duquesa de York acudió al tradicional servicio religioso que los reyes Carlos y Camilla ofrecen en la iglesia St Mary Magdalene, cercana al casa de recreo de Sandringham. No se la veía en un evento familia desde su divorcio, hacía casi tres décadas.
Según contó a la BBC Robert Hardman, autor del libro 'Charles III: New Court. The Inside Story', el rey invitó a Ferguson como una muestra de afecto a sus dos sobrinas. La presencia este año de Sara Ferguson , aseguró por su parte 'The Times', se considera como una recompensa a su lealtad a la familia real británica, en contraste con lo que sucede con el hijo pequeño del rey Carlos III. Se trataría, entonces, de un ataque indirecto contra el príncipe Harry y Meghan Markle.
El rey Carlos III ha dado muestras de querer perdonar a su hermano Andrés por sus escándalos sexuales. /
Fue entonces cuando los rumores de una resurrección del romance entre Sarah Ferguson y el príncipe Andrés comenzaron, aunque en principio se interpretaron como una manera de cambiar la narrativa delictiva en la que el hermano pequeño del rey Carlos III está inmerso. Tiene lógica que los expertos en comunicación de The Firm traten de alejar el foco de los abusos sexuales, pues el rey Carlos III ha perdonado a Andrés y, quizá, querría que recuperara algunos de los privilegios que perdió cuando estalló el escándalo.
Puede que esa filtración interesada de Buckingham Palace en los diarios británicos detuviera su curso hace dos semanas, cuando Sarah Ferguson fue diagnosticada de melanoma, después de haber superado hace un año un cáncer de mama . Finalmente, el diagnóstico se redujo a la extirpación y tratamiento de dos lunares, algo tranquilizador dada la historia médica de la duquesa de York. Tanto, que la insistencia en los rumores de boda reverdecen.
Lo cierto es que el momento no puede ser más propicio para una vuelta de Sarah Ferguson a la familia real británica. No se puede decir que The Firm ande sobrado de activos, pues ahora mismo solo la reina Camilla, la princesa heredera Ana, la duquesa Sophie soportan el peso total de la agenda pública de la monarquía británica. Además, la duquesa de York continúa contando con la simpatía de la ciudadanía y, gracias a ella, podría suavizarse la vuelta de Andrés a algún tipo de visibilidad.
Sarah Ferguson, en una foto reciente con sus hijas, Beatriz y Eugenia. /
Pero, además, estos rumores de boda podrían tratar de eclipsar la honda preocupación que ha causado la hospitalización de Kate Middleton y el silencio acerca de los motivos concretos por los que la princesa de Gales tuvo que sufrir una cirugía abdominal. Quizá esta extraña, extrañísima boda entre Sarah Ferguson y el príncipe Andrés también está llamada a distraer a los británicos de su estrés debido al estado de salud de la futura reina.
Sin duda, la noticia es conveniente, aunque la manera en la que está llegando a la opinión pública no sea la más comprensible. Ha sido un columnista del diario 'Daily Mail' el que ha publicado que el rey Carlos III daría su aprobación a una hipotética segunda boda entre Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, aunque lo cierto es que ninguno de los dos necesitaría de ella para volver a casarse. Se cita, incluso, la capilla donde se celebraría la ceremonia: la Capilla de Todos los Santos de Windsor. No queda claro, sin embargo, si esto es un anuncio de boda o no. Todo, decimos, raro, muy raro.