Carlos Felipe de Orleáns y su prometida Naomi Valeska-Kern. / getty

El 9 de septiembre

Todo lo que sabemos sobre la polémica boda de Carlos Felipe de Orleans y la reacción de su madre Beatriz

Carlos Felipe de Orleans, divorciado de su primera mujer va a perder sus derechos dinásticos al contraer matrimonio con Naomi Valeska-Kern.

El anuncio de la boda de Carlos Felipe de Orleanscon Noemí Valeska-Kern ha desatado una auténtica tormenta dinástica, muy contraria a los tiempos contemporáneos que vivimos. Máxime si tenemos en cuenta que estamos hablando de tres aspirantes a un improbable trono francés, donde la república echa raíces desde la revolución francesa, en 1789, que acabó con la monarquía en la guillotina.

Como decimos, son tres los aspirantes a una utopía: el conde de París, gran villano de esta historia, si se nos permite no en la acepción literal de la palabra, sino como un juego literario; Luis Alfonso de Borbón, hijo del duque de Cádiz y Carmen Martínez-Bordiú; y Jean-Christophe Napoleón.

Jean de Orleans, duque de París, sucesor de su padre, Henri, que falleció en 2019, se ha puesto manos a la obra después del anuncio del enlace y, aunque no ha dicho lo que canta La Húngara, «tengo que parar esa boda, tengo que impedir que se casen», sí ha hecho público un comunicado incendiario de las consecuencias a las que tendrá que atenerse.

Monarquías confesionales, bodas con plebeyos y divorciados

En monarquías consolidadas se han permitido bodas con plebeyos y plebeyas y con divorciadas, como es el caso de la propia reina Letizia y Mette-Marit de Noruega, pero es cierto que también se rigen por los códigos de la iglesia católica, pues son confesionales como los Orleans, que siguen aspirando como los Saboya a tronos improbables, mientras que otros como la familia real búlgara, son más pragmáticos y en sus declaraciones y postulados no dejan caer nunca la posibilidad de regresar al trono. De hecho, Simeón de Bulgaria consiguió la proeza de llegar al poder a través de las urnas.

Justo el día que la revista ¡Hola! hizo el anuncio de este compromiso matrimonial, nos pusimos en contacto con su madre, Beatriz de Orleans, quien, como siempre muy amablemente, atendió a este medio para dejarnos muy claro que ella no quiere contribuir con ningún comentarioa que se especule sobre la idoneidad o no de esta boda, en términos dinásticos, y dejó clara la idea que cualquier madre entendería.

Beatriz de Orleans con su hijo Carlos Felipe. / gtres

«No hago declaraciones, lo único importante es que sea feliz mi hijo. Si él es feliz, yo también lo soy», afirmó rotunda la que fuera mujer del príncipe Miguel de Orleans y que también conoce las peculiaridades de la casa Orléans. Su matrimonio no fue considerado como dinástico por su suegro en primera instancia, pero su cuñado Enrique, cuando se convirtió en Conde París cambió esta consideración y les restituye esos derechos.

Unas normas estrictas que no están dispuestos a cambiar

Parece que la actual jefatura de la casa se ciñe estrictamente a unas normas que no está dispuesto a cambiar por el momento, como se deduce de su comunicado: «La prensa se hizo eco del proyecto de divorcio y nuevo matrimonio civil de SAR el Príncipe Charles-Philippe d'Orleans, Duque de Anjou. Los matrimonios de los Príncipes de la Casa de Francia están sujetos a la doble condición de obtener la aprobación del Jefe de la Casa Real y de ser contraídos conforme a las normas del derecho canónico de la Iglesia Católica.

Si SAR el Príncipe Carlos Felipe de Orleans, duque de Anjou, se volviera a casar por lo civil, sin cumplir ninguna de estas dos condiciones, perdería su predicado de Alteza Real. Sólo sería el príncipe Carlos Felipe de Orleans y, si lo desea, duque de Anjou. Su futura esposa, por su parte, sólo puede ser lo que le concede el derecho civil, a saber, Madame Charles-Philippe de Orléans. Sus eventuales hijos no serán dinastas y, por lo tanto, no podrán reclamar ningún título, predicado o prerrogativa anexa a la Casa de Francia.

La boda se celebrará este 9 de septiembre en Orleans y llega un año después de que comenzarán su relación. Ambos quieren dar un vuelco a su vida en una etapa de madurez, porque vienen de matrimonios que no funcionaron. Como es sabido, Carlos Felipe de Orleans estuvo casado con Diana Alvares Pereira de Melos, duquesa de Cadaval, una aristócrata portuguesa con la que contrajo matrimonio en 2008 y cuatro años más tarde nació su hija, la princesa Isabella, de la que fue padrino de bautismo Felipe VI.

Por su parte, Naomi Valeska-Kern estuvo casada con Otto Kern, un diseñador de moda alemán muy vinculado a los Grimaldi y al principado de Mónaco. Murió de manera trágica en 2017al precipitarse de un edificio de Montecarlo. Naomi, por cierto, hizo oficial su relación con su futuro marido en el Baile de la Rosa del año pasado.