El rey Carlos XVI Gustavo ascendió al trono sueco el 15 de septiembre de 1973, a la edad de 27 años. Se convertía en rey de Suecia tras la muerte de su abuelo, Gustavo VI Adolfo. Estuvo acompañándolo en su lecho de muerte, en el castillo de Sofiero, en Helsingborg y regresó a Estocolmo ya como nuevo monarca el 16 de septiembre. Tres días después, prestó juramento como rey de Suecia ante el Gobierno, el Parlamento, el cuerpo diplomático y el Tribunal Supremo, en el Palacio Real. A continuación, pronunció su primer discurso, retransmitido en directo en televisión. Y saludó a la multitud desde el balcón del Palacio Real.
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Era un rey soltero, pero ya había conocido a la mujer que sería su reina: la alemana, de ascendencia brasileña, Silvia Sommerlath . No habían pasado tres años desde su ascenso al trono, cuando Carlos Gustavo anunció su compromiso con Silvia , en marzo de 1976. Se habían conocido en los Juegos Olímpicos de Munich, en 1972, cuando él todavía era príncipe heredero. Ella trabajaba como azafata y traductora. Se casaron el 19 de junio de 1976 y tuvieron tres hijos, la princesa heredera Victoria , nacida en 1977, el príncipe Carlos Felipe, en 1979, y la princesa Magdalena , en 1982. Hoy tienen ocho nietos.
Carlos Gustavo y Silvia tienen tres hijos y ocho nietos. /
Carlos Gustavo Folke Huberto nació el 30 de abril de 1946 en el Palacio de Haga, en Estocolmo. Era el hijo menor del príncipe Gustavo Adolfo, duque de Västerbotten, y de la princesa, Sibila de Saxe-Coburgo-Gotha. Tiene cuatro hermanas mayores, Margaretha , Birgitta, Désirée y Christine. Desde muy temprano conoció los reveses de la vida. Su padre nunca accedió al trono sueco, porque murió en un accidente aéreo en el aeropuerto de Copenhague cuando Carlos Gustavo tenía solo nueve meses. Su madre falleció de cáncer pocos meses antes de que él se convirtiera en Rey.
Carlos Gustavo era el hijo menor del príncipe Gustavo Adolfo, duque de Västerbotten, y de la princesa, Sibila de Saxe-Coburgo-Gotha. /
En el momento de quedarse huérfano estaba en el trono su bisabuelo, Gustavo V Adolfo , un monarca perseguido por el escándalo por sus relaciones homosexuales, que entonces eran un secreto. Cuando Gustavo V Adolfo murió, llegó al trono su abuelo, Gustavo VI Adolfo. Era 1950 y Carlos Gustavo se convirtió en heredero con solo cuatro años. A partir de entonces comenzó su educación como rey.
Al principio recibió clases privadas en el Palacio Real de Estocolmo, antes de asistir a la Escuela Broms, y luego al Internado Sigtuna. Como muchos príncipes jóvenes, se formó durante más de dos años en las fuerzas armadas de su país antes de estudiar ciencias políticas, sociología, historia, derecho financiero y economía en la Universidad de Uppsala, en Suecia. A continuación, estudió economía en la Universidad de Estocolmo.
Carlos Gustavo se convirtió en heredero con solo cuatro años. /
En Suecia, siempre hubo simpatía por el joven rey Carlos Gustavo, especialmente desde que se supo que era disléxico y le costaba leer y escribir. A esto se unía su triste y solitaria infancia y se le perdonaba su temprana juventud de «playboy». La admiración hacia él era considerable por la forma en que superó los desafíos que enfrentó cuando era niño.
Se le veía como el monarca perfecto del siglo XXI, que cambió la ley para que su hija mayor, Victoria, pudiera sucederle en lugar de su único hijo Carlos Felipe. Su matrimonio con la reina Silvia era un ejemplo de apertura y estabilidad. Sin embargo, el rey Carlos Gustavo escondía muchas sorpresas en su biografía. La primera, sus dificultades para aceptar su «situación» durante sus primeros años en el trono. No le gustaba aquello para lo que estaba destinado desde la cuna.
En 2010, una biografía precisamente llamada así, «El rey renuente», sumió a la monarquía en una grave crisis. El libro explicaba la afición del rey por los clubs nocturnos clandestinos y las fiestas salvajes con «strippers», así como su larga aventura con una popular cantante de pop sueca, Camilla Henemark. Todo ello estando casado, en los años noventa.
Carlos Gustavo era un rey soltero, pero ya había conocido a la mujer que sería su reina: la alemana, de ascendencia barsileña, Silvia Sommerlath. /
Carlos Gustavo ofreció una declaración llena de vaguedades, afirmando que él y su familia habían elegido «pasar página... y seguir adelante porque estas son cosas que sucedieron hace mucho tiempo». Pero no negó ninguna de las afirmaciones. Sus compañeros de juerga eran conocidos miembros de la aristocracia sueca, apodados como la «pandilla real». Y él se había comportado como un aristócrata caprichoso e irresponsable. En ocasiones, el anfitrión de las juergas, en un club de Estocolmo, era un conocido jefe de la mafia, llamado Mille Markovic.
El libro también describía cómo el servicio secreto sueco se encargaba de borrar las huellas de estos encuentros, encubriendo pruebas y presionando a las mujeres para que destruyeran fotografías comprometedoras. En 2019, un «podcast» llamado Motive reabrió el asunto. Markovic contó en ese «podcast» la ventaja que suponía tener de invitado al rey, porque minimizaba las posibilidades de redadas policiales. Markovic también afirmó que tenía fotografías comprometedoras del rey con mujeres desnudas, tomadas en uno de sus clubs, en los años 80.
Carlos Gustavo y la reina Silvia decidieron pasar pagina y seguir adelante. /
El rey vivía queriendo escapar de su trono: vacaciones caras en la Riviera francesa, viajes por todo el mundo, ostentosas fiestas y muchas mujeres, al margen de su vida matrimonial y familiar. Varias mujeres entrevistadas para el libro afirman que tuvieron relaciones sexuales con el Rey. Después de una gran cena para celebrar una exitosa cacería de alces, se dice que disfrutó de sexo con dos mujeres al mismo tiempo. En los Juegos Olímpicos de 1996, celebrados en Atlanta, parece que se gastó 7.000 euros en el club nocturno Gold Club, incluidas dos horas en una habitación a solas con una de las «strippers».
El libro afirmaba que la reina Silvia estaba al tanto de su relación extramatrimonial, pero que se sentía indefensa ya que el rey «se había enamorado como un adolescente», hasta el punto de que él y su amante estuvieron planeando huir juntos a una isla de la Polinesia francesa. Una especie de versión sueca de «The Crown» está ahora en preparación y parece que no obviará ninguno de estos aspectos, desde la infancia de Carlos Gustavo hasta su llegada al trono.
En los años transcurridos desde que estalló el escándalo, el rey Carlos Gustavo se ha esforzado por reparar su reputación y aunque nunca estará completamente limpia, su imagen ha mejorado. Sus hijos son queridos entre el pueblo sueco y la monarquía ha disfrutado de un aumento de popularidad.
Muchos suecos ven en sus andanzas la triste trayectoria de un hombre solo arrastrado al trono, en contra de su voluntad, tras una triste infancia sin más apoyo que sus exigentes deberes escolares y un anciano rey de otra época. Quizá por eso, Carlos Gustavo, aún mantiene algunas de sus características de «playboy», como su colección de Porsche 911 que guarda en el Palacio de Drottningholm, en las afueras de Estocolmo.