De Carlota Casiraghi a Kate Middleton o Diana de Gales: royals con una relación tóxica con la comida (anorexia y bulimia incluidas)

Siempre perfectas, siempre expuestas a las críticas y siempre bajo la sospecha las royals y sus cambios de talla se interpretan a menudo como una señal de alarma y, a veces, los rumores de anorexia y bulimia se confirman, como sucedió con Victoria de Suecia o Diana de Gales.

Si quieres ver los mejores looks de Carlota Casiraghi pincha en la imagen/gtres

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Silvia Vivas
Silvia Vivas

Victoria de Suecia , la heredera del trono sueco, ha sido de las pocas royals que se decidió a dar el paso y confesar públicamente lo que era obvio al ver sus posados de adolescente: a los 18 años sufría anorexia. Hoy, que ya ha superado los 40 y es madre, la heredera sueca no elude las preguntas sobre los trastornos de alimentación, la ansiedad y la dislexia, tres de los males de la salud mental que ha enfrentado a lo largo de su vida. Pero la royal sueca no está, ni de lejos, sola en su relación tóxica con su imagen, su peso y la comida. Otras muchas princesas han sufrido problemas de salud mental , algo aún más complicado de sobrellevar cuando esos problemas se traducen en drásticos cambios de peso a la vista de los paparazzis. En el listado que la rumorología maneja sobre este tema se contemplan como candidatas a padecer anorexia o bulimia algunas de nuestras royals favoritas: desde Carlota Casiraghi a Kate Middleton o la reina Máxima de Holanda . Otras, como Diana de Gales o la propia Victoria, dejaron claro ante el público lo que supone padecer uno de estos trastornos.

Diana de Gales y su relato en primera persona sobre la bulimia

Así como Victoria de Suecia no dudó en hablar en la televisión nacional sobre su problema con la anorexia, décadas antes de que ella existiera Diana de Gales hizo lo mismo con la bulimia. Porque si alguna vez hubo una princesa que hizo algo por visibilizar este problema de salud mental esta fue Lady Di. Todo comenzó con ella, cuando confesó al mundo sus problemas en televisión y en horario de máxima audiencia.

«La bulimia comenzó la semana después de que nos comprometimos y tardaría casi una década en superarla. Mi esposo puso su mano en mi cintura y dijo: 'Oh, está un poco gordito por aquí, ¿no?' Y eso desencadenó algo en mí», explicó en la famosa entrevista de la BBC. La bulimia que sufrió Diana de Gales la acompañó durante décadas, era su »enfermedad secreta» y según algunos expertos en los Windsor el motivo al que achacó la reina Isabel II el fracaso de su matrimonio.

Kate Middleton, Charlène de Mónaco y Carlota Casiraghi: sospechosas habituales

Lo que comenzó para el papel cuché con Diana de Gales ha seguido alimentando sus páginas durante décadas. Hoy es común ver cada cierto tiempo noticias sobre la «preocupante delgadez» de la duquesa de Cambridge y futura reina británica Kate Middleton. En mayo de este mismo año la revista Life and Style apuntaba en su portada a que la carga de trabajo que estaba asumiendo la duquesa estaba arruinando peligrosamente su dieta y que sus amigos más cercanos estaban preocupados por ella «porque rara vez termina una comida» al tiempo que aseguraban que había pasado de pesar 61 kilos a solo 49.

Si a esto se unen los comentarios de la biógrafa royal Katie Nicholl, en los que afirma que durante su adolescencia Kate Middleton fue poco menos que «torturada» por culpa de su aspecto físico durante su tiempo de internado en Downe House, un centro educativo privado, exclusivo y lleno de pequeñas snobs donde por lo visto era común que parte del alumnado padeciera trastornos alimentarios, la imaginación de los medios sensacionalistas se echa a volar.

Charlène de Mónaco y su extrema delgadez sudafricana o la etapa posparto de Carlota Casiraghi han sido otros dos momentos críticos de comentarios sobre royals y trastornos de alimentación recientes. De la princesa Charlène y su enfermedad se ha dicho de todo en el último año, pero fueron las propias imágenes que la princesa colgaba en su cuenta de Instagram las que hicieron sonar todas las alarmas: había pasado de una silueta atlética a una delgadez preocupante. Ahora que permanece ingresada en un centro de salud ha conocido la causa real de su delgadez: no era bulimia, ni anorexia, era el efecto colateral de la dieta líquida que su enfermedad le ha obligado a seguir durante meses.

Vídeo. Carlota Casiraghi y los amores de su vida

Carlota Casiraghi tras su último parto también protagonizó su ronda de rumores sobre trastornos de alimentación que incluso se filtraron en las páginas del Gala francés. A la hija de Carolina de Mónaco, se la señalaba entonces como una víctima de la «mommyrexia», algo así como una especie de anorexia maternal por la que la madre reciente hace una dieta extrema para recuperar cuanto antes la figura que tenía antes del embarazo.

Por supuesto, la sospecha nunca fue confirmada aunque la propia Carlota reconoció posteriormente en una entrevista a la revista Vogue que tras dar a luz tuvo que « reconciliarse con su cuerpo». «Siempre se habla de la figura de la madre, pero raramente de la madre embarazada, la que tiene un bebé en su vientre, y de la realidad del cuerpo en su sentido más amplio. La forma en la que nos comportamos y nos relacionamos las mujeres con este cuerpo y la manera en la que lo hacen los hombres», explicó entonces. ¿Quizá estaba dando pistas de lo que le sucedió a ella misma?

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