Las cinco tragedias de Carolina de Mónaco siguen vivas en su 65 cumpleaños: divorcios, accidentes, muertes y mala fama

Carolina de Mónaco cumple 65 años como la primera dama de facto en el principado de Mónaco. Un inesperado consuelo institucional para una biografía marcada por las tragedias.

Si quieres ver los mejores looks de Carolina de Mónaco, pincha en la imagen. /getty images

Si quieres ver los mejores looks de Carolina de Mónaco, pincha en la imagen. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Puede que este sea el cumpleaños más extraño que ha vivido la elegantísima Carolina de Mónaco . Cumple 65, la edad de la jubilación, pero un giro imprevisto del destino ha vuelto a colocarla como la primera dama de facto en el Principado, un papel para el que nació y fue educada, pero que le arrebató el inesperado matrimonio de su hermano Alberto, hoy Alberto II y jefe de estado. Carolina jamás aceptó ser desplazada de su destino de primogénita , aunque la ley en su país sigue haciendo prevalecer a los hombres. Su matrimonio con Ernesto de Hannover tuvo ese plus: volvió a situarla por encima de su propio hermano, al emparentar con una familia cuyo abolengo compite con el de la reina Isabel II de Inglaterra. No deja de ser irónico que Alberto de Mónaco tenga que tirar de su infinito glamour ante la enfermedad misteriosa de la princesa Charlene. Es como si se hubiera querido torcer el destino de Carolina , y este no se resignara.

La muerte de su madre, Grace Kelly

Carolina de Mónaco debió de vivir como una tragedia personal su pérdida de influencia en la institucionalidad de Mónaco, pero no fue este ni el único ni el más importante revés que sufrió su vida. Las tragedias abundan en su cinematográfica biografía, aunque ninguna se puede comparar al fallecimiento de su madre, el 14 de septiembre de 1982. La princesa Grace viajaba en su coche con su hija Estefanía cuando perdió el control, derrapó en una curva, saltó unos cuarenta metros y se estrelló contra los pilares de una casa. Grace sufrió un derrame cerebral y hubo que operarla de urgencias, pero murió en la cama del hospital. Estefanía sufrió una depresión a raíz de la tragedia, pero Carolina tuvo que asumir rápidamente las funciones de su madre, un papel que siguió desempeñando a la perfección hasta la llegada de Charlene a Mónaco.

Divorcio de un playboy llamado Junot

Dos años antes de la muerte de su madre, Carolina de Mónaco vivió su primer desastre sentimental y fue gigantesco. En 1980 se casó, con toda su familia en contra, con Philippe Junot, un conocido playboy y financiero al que conoció cuando ella tenía 18 años y él, 35. Carolina aún estudiaba filosofía en la Sorbona y tanto Rainiero como Grace intentaron disuadir a su hija de celebrar la precipitada boda. No fue posible, y la ceremonia se celebró el 28 de junio de 1978, con la asistencia de 800 invitados, entre ellos Ava Gardner, Cary Grant, Frank Sinatra, los condes de Barcelona o el rey Constantino II de Grecia. Duraron juntos dos años. El anuncio de divorcio pilló a Junot en un yate con la veinteañera Giannina Facio, a la que presentaba como su secretaria. Antes ya había sido visto en varios nightclubs de París con otras chicas. El disgusto fuel tal, que Carolina pidió la nulidad al Vaticano, que no aceptó concedérsela hasta 1992, después de una ardua batalla judicial.

Viuda de Stefano Casiraghi a los 33

Un año después del fallecimiento de Grace Kelly, Carolina de Mónaco se casó con la persona llamada a darle estabilidad y felicidad a su vida, además de ser el padre de sus tres hijos, Carlota, Andrea y Pierre. El italiano Stefano Casiraghi era un verdadero tiburón de los negocios al que poco le importaba ser el marido de en la prensa rosa internacional. Fueron la pareja perfecta y la encarnación del nuevo y deslumbrante futuro que esperaba a Mónaco bajo su tutela. Desafortunadamente, la tragedia volvió a romper el sueño de Carolina con otro accidente, esta vez en el mar. Stefano murió al chocar su embarcación contra una ola en 1990 y convirtió a Carolina en una doliente viuda. Solo tenía 33 años. En 1992, una buena noticia: el papa Juan Pablo II firma un decreto en el que se reconoce como legítimos a los tres hijos de la princesa Carolina de Mónaco y de Stéfano Casiraghi. A partir de este momento, los tres hijos de Carolina no podrán ser excluidos de una posible sucesión al trono del principado de Mónaco.

Los años felices de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover. / getty images

Casada con un príncipe Hannover alcohólico

Tras el trágico fallecimiento de Stefano Casiraghi en 1990, Carolina no quiso rehacer su vida más allá de un affaire discreto con el actor Vincent Lindon. Solo quiso volver a casarse cuando se lo pidió el príncipe Ernesto de Hannover, cabeza de la familia con más rancio abolengo del continente. Si los Grimaldi son aristócratas siempre en la zona de mixta, los Hannover están en la línea de sucesión al trono de Isabel II.Carolina se casó embarazada de su hija Alexandra en 1999, pero se casó. Y, a los diez años de relación, tuvo que poner cara de póker cuando la prensa internacional se hizo eco de las borracheras, los altercados, las peleas y las faltas de respeto del Príncipe, alcohólico redomado. Se separaron, pero no se han divorciado, se dice que porque Carolina no quiere dejar de ser princesa de Hannover. Es su tercer matrimonio y su segunda gran humillación sentimental.

Carolina de Mónaco, en su 63 cumpleaños. / gtres

Fama de malvada en la corte Grimaldi

Mientras la biografía de Carolina de Mónaco va encajando todas estas tragedias, se va formando una narrativa más o menos sostenida por la prensa que la señala como l a mala de la película Grimaldi. Cualquier persona de la familia que se interpusiera entre ella y la máxima representación en el principado de Mónaco ha sufrido, supuestamente su ira. Dicen que prácticamente dejó de hablar a Estefanía, su hermana menor, cuando esta quiso vivir su propia locura de juventud tras la muerte de su madre. Algo que Carolina pudo hacer sin cortapisas, quiso negárselo a su hermana. Ahora, dicen que es la responsable de na campaña de críticas contra Charlene, a la que querría lo más lejos posible del trono de Mónaco. Dicen que lo que para Carolina es un placer, hacer las funciones de primera dama, para Charlene es un infierno. ¿Por qué alejar a Carolina de un papel que resuelve con tanta naturalidad?

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?