Huérfanos, accidentes, muertes... Si los Grimaldi están malditos, los Casiraghi parece que también: una familia marcada por la mala suerte y las desgracias

Se habla mucho de los Grimaldi y su archiconocida maldición amorosa y poco de la rica familia italiana que unió su destino a la del gafe principado de Mónaco. Los Casiraghi, esa rica familia italiana que nos ha regalado a los glamourosos hijos de Carolina de Mónaco, también han tenido su propio historial de golpes de mala suerte y desgracias familiares.

Parece que han llegado buenos tiempos para los Casiraghi- Grimaldi a la vista de que las vidas de los hijos de Carolina de Mónaco, princesa de Hannover, ( Carlota Casiraghi, Andrea y Pierre) discurren plácidas y felices tanto en lo profesional como en lo amoroso. Pero si repasamos el currículum vital de la rama italiana de la familia royal monegasca es fácil descubrir que los Casiraghi han tenido su propia ración de desastres, muertes prematuras y desgracias a la altura de la maldición Grimaldi.

La fortuna y desgracia de los Casiraghi antes y después de la muerte de Stefano

Mucho antes de que Carolina de Mónaco se fijara en Stefano Casiraghi y le escogiera como su segundo esposo en 1983, esta rica familia italiana afincada en Milán ya tenía su propio pedigrí de clase alta: puede que no fueran nobles, pero poseían una fortuna digna de un príncipe.

Su fortuna creció exponencialmente con la unión de los que podemos considerar los patriarcas de los Casiraghi actuales: Giancarlo Casiraghi y Fernanda Biffi Casiraghi. Solo con el matrimonio de estas dos personas se consiguió aunar la riqueza de las minas de carbón con el olfato para las inversiones en el mercado inmobiliario y las finanzas, un cambio de rumbo que comenzó cuando la familia se convirtió en distribuidora en exclusiva de la petrolera esso en Italia.

El propio Stefano Casiraghi, antes de su muerte prematura, dio muestras de que también poseía un infalible olfato para los negocios y puso en marcha varias iniciativas empresariales en Mónaco que fueron todo un éxito y aún hoy lo siguen siendo, como la constructora Engeco que fundó en 1984 y de la que se ocupa ahora su hijo Pierre Casiraghi.

Durante un tiempo los patriarcas Casiraghi disfrutaron de sus visitas a Mónaco, de sus nietos y de sus cameos en el Bal de la Rosa, como ocurrió en su edición número 33 celebrada en 1987, pero la tragedia familiar les esperaba a la vuelta de la esquina. De todas las desgracias que ha tenido que afrontar Fernanda Biffi en su vida, sin duda la pérdida de dos de sus hijos ha sido la más dolorosa, aunque no la única.

La más repentina fue la muerte de Stefano Casiraghi en 1990 en el famoso accidente de lancha que conmocionó al mundo y dejó huérfanos a Carlota, Andrea y Pierre Casiraghi. Ocho más tarde, a los 72 años, murió el «jefe» de la familia, Giancarlo Casiraghi, dejando a Fernanda Biffi viuda y al frente de los negocios familiares. Al funeral lluvioso de Giancarlo Casirahi que se celebró en la finca familiar de los Casiraghi, en Fino Mornasco, acudió la princesa Carolina de Mónaco acompañada de su hijo Andrea Casiraghi (que por aquel entonces tenía 13 años) y su padre, el príncipe Rainiero. Giancarlo Casiraghi había fallecido el viernes 23 de enero de 1998 a los 72 años.

Vídeo. Carolina de Hannover, la vida de la princesa marcada por la tragedia

Lamentablemente las muertes prematuras en la familia no cesaron. Primero falleció Laura Sabatini, la madrina de bautismo de Pierre Casiraghi y esposa del hermano de Stefano Casiraghi, Daniele. Fue en el año 2009 y Laura tenía 51 años y dejaba huérfana a su hija Fernanda Casiraghi. Ocho años después su esposo, Daniele, también falleció tras pasar por una larga enfermedad, lo que convertía a Fernanda Biffi en viuda, única abuela de los hijos de Carolina de Mónaco y la mujer que ya había enterrado a dos hijos. ¿No suena acaso como una maldición?