La prensa no se decide... como suele pasar casi siempre que los Grimaldi y las especulaciones sobre su vida saltan a la portadas de las revistas. Mientras que unos abogan por desear fervientemente el regreso de Charlène junto a sus hijos y venden dicho retorno como el fin de todos los males y los rumores de divorcio en el principàdo, otros están empeñados en destacar que la bienvenida que le espera a la princesa convaleciente no va a ser especialmente calurosa, y apuntan a una única culpable: Carolina de Mónaco , la hermana mayor del príncipe Alberto y oficiosa «primera dama» del principado durante la ausencia de Charlène.
No es la primera vez (y en vista de la alergia social que le tiene Charlène a los numerosos compromisos de la corte monegasca) estamos seguros de que no será la última vez que Carolina actúa como acompañante de su hermano. Al fin y al cabo su presencia, como «tercera rueda» y apoyo de la pareja que gobierna en La Roca es una constante en los photocalls en los que aparecen los Grimaldi al completo.
Por decirlo como lo explica su propia hermana la princesa Estefanía, Carolina de Mónaco es y siempre será la princesa «bling bling» del principado. Y para desgracia suya es un papel que se le da demasiado bien y que aprendió de la peor de las formas posibles: cuando tuvo que convetirse en el apoyo femenino de su padre tras la inesperada muerte de su madre Grace Kelly.
Tan solo tras enviudar ella misma de forma inesperada se permitió Carolina de Mónaco desaparecer de los focos y escabullirse de los posados en los balcones y las escalinatas de palacio. Pero esos tiempos ya quedaron atrás y ahora la princesa de las princesas monegascas ha retornado con toda su fuerza para apoyar a su hermano en plena crisis. ¿O fue mucho antes que intentó recuperar su puesto? Al fin y al cabo, su todavía Ernesto de Hannover afirmó que uno de los motivos para irse de su lado fue la «obsesión» de la princesa por permenecer en Mónaco apoyando a su hermano.
Aunque no es culpa de Carolina de Mónaco llevarse el gato al agua cada vez que posa en un photocall por muchas canas que luzca y muy discreto segundo plano que intente mantener hay sectores de la prensa que han percibido su eterno apoyo incondicional a su hermano como sospechoso. Al fin y al cabo C arolina fue la primera dama de Mónaco desde que desapareció Grace Kelly y hasta que su hermano Alberto decidió casarse, ¿no es fácil deducir que le cueste renunciar a ese papel?
Carolina de Mónaco jugando con los hijos de Charlène y el príncipe Alberto. /
Por eso justo ahora que Charlène no está algunos encuentran sencillo acusar a la hermana mayor del príncipe Alberto de ser una estratega que desea acaparar más de lo que le corresponde. Portales de cotilleo como Legossip llevan meses destacando que Carolina puede haber disfrutado de su papel como «primera dama» durante la enfermedad de Charlène más de lo necesario y la acusan incluso de haber orquestado toda una campaña de críticas contra su cuñada en la sombra.
No son los únicos. Hace apenas unos días la revista Ici Paris publicaba que el príncipe Alberto es víctima de la mala relación y la escasa química que ha existido desde siempre entre su hermana y su mujer y cómo ha visto con preocupación que la estrella de Carolina ha recuperado el esplendor perdido durante la ausencia de esta mientras que a Charlène le seguían lloviendo las críticas a pesar de estar enferma y lejos de casa (o precisamente por eso).
Y en la edición de noviembre del Elle francés hay todo un reportaje dedicado a que para Charlène Mónaco es poco menos que una jungla, que en realidad nunca tuvo una oportunidad en el principado por culpa de los celos y las ambiciones ajenas y que ni Carolina ni Estefanía han sido nunca amables con ella.
Vídeo. Carolina de Hannover, la vida de la princesa marcada por la tragedia
Entre acusaciones y críticas, ¿qué le sucederá a la princesa de Hannover cuando, por fin, Charlène, regrese? El príncipe Alberto ha anunciado que tiene programado reunirse con su mujer en Abu Dabi el próximo 12 de noviembre y que, si eso no es posible, Charlène acudiría sí o sí a Mónaco para celebrar el día nacional del principado el próximo día 19... Esa ceremonia en la que sus hermanas Estefanía y Carolina deben desfilar un paso por detrás de su mujer. Pero esta no sería la primera ni la última vez que la voluntad del príncipe no se cumple.
Aunque los médicos parecen haber dado el visto bueno a que la princesa Charlène pueda viajar en avión de nuevo, las últimas imágenes que ha publicado en su cuenta de Instagram, donde se la ve claramente desmejorada, dan pocas esperanzas de que una vez en casa Charlène sea capaz de cumplir con la exigente agenda real monegasca y mucho menos de que tenga fuerzas para enfrentarse a un viaje oficial en Abu Dabi.
Vídeo. Los mejores looks de Carolina de Mónaco
Ante esta disyuntiva, al príncipe Alberto solo le quedan dos opciones: o seguir confiando en su hermana mayor o usar el comodín quye ha estado empleando últimammente para «desactivar» su ascenso, seguir llevando a sus hijos con él a los actos oficiales como representantes de la casa real... aunque solo tienen seis años. ¿Sustituiran sus propios sobrinos a Carolina en la agenda moengasca? ¿Quedará la princesa de Hannover relegada a un cómodo y deslucido segundo plano o su aura de primera dama aumentará aunque regrese Charlène?