Desde que conocimos la noticia de que Charlène de Mónaco había vuelto a palacio, mucho se ha especulado sobre qué pasará ahora. «En cuanto la salud se lo permita, la princesa podrá disfrutar de la alegría de convivir con los monegascos, algo que tanto ha echado de menos», decía en un comunicado oficial la casa real monegasca, indicando también que Charlène estaba «feliz» por haberse reencontrado con su familia y adelantando que «en las próximas semanas podrá retomar completamente sus actividades oficiales».
Aunque no hay motivos para pensar que la oficina de prensa anuncia una vuelta que no tendrá lugar, lo cierto es que esta prisa por poner a Charléne de nuevo en el foco público podría no ser del todo prudente si tenemos en cuenta que la princesa ya no cuenta a su lado con la que ha sido su amiga y confidente durante casi un año: Chantell Violet Serfontein.
Casada con el hermano pequeño de Charlène, Chantell se ha convertido con el paso de los años en una de las grandes defensoras de la princesa. Asentada en Sudáfrica con su marido y sus dos hijos, de ella dice la prensa de su país que es una mujer «discreta», pero que «nunca se alejó» de su cuñada durante los meses que pasó recuperándose de varias operaciones a las que se sometió por una complicación derivada de una infección otorrinolaringológica.
De hecho, Chantell es la única persona cercana a Charlène que siempre la ha defendido públicamente hablando con la prensa de manera natural. Es más, Chantell tuvo la valentía de levantar el teléfono y desmentir a uno de los periódicos más amarillistas en lo que tiene que ver con asuntos reales: el Daily Mail británico.
La publicación se puso en contacto con ella para saber dónde se instalaría la princesa Charlène en su vuelta a Mónaco y en dicho artículo se citó que Chantell habría dicho que «en un apartamento a 200 metros de palacio». Sin dejar pasar un solo minuto, Chantell desmintió la noticia: «Han tergiversado mis palabras. Yo dije que no sé dónde se va a instalar porque todo el mundo está intentando adaptarse a esta situación. Pero si algo puedo confirmar es que Charlène siempre estará allí donde estén Alberto y sus hijos».
En cuanto al famoso apartamento que se mencionaba también en el artículo, Chantell despejaba las dudas al respecto: «Charlène no vivirá en el apartamento sola. Alberto y ella tiene propiedades en varios sitios de Mónaco y estarán donde decidan y donde se les necesite».
También salió en su defensa cuando Page Six aseguró que la princesa «estuvo a punto de morir». Fue tajante y muy clara: « No es verdad. Tuvo dificultades a la hora de comer por todas las operaciones a las que se sometió y perdió mucho peso, pero solo porque solo podía tomar dieta blanca y líquidos».
Lo que comenzó siendo una relación de amistad, y más tarde familiar tras la boda de Chantell y Sean en 2013, se convirtió pronto en una unión laboral cuando Charlène le pidió que fuera su mano derecha en la fundación que lleva su nombre. De hecho, y aunque no se ha hecho público, se especula con que Chantell tiene un puesto en la junta directiva de la Princess Charlene of Monaco Foundation South Africa. No sería extraño ya que el otro hermano de Charlène, Garret, es el actual secretario general de la misma.
Aunque lo que sí quedó claro durante el inicio de la pandemia por coronavirus es que Charlène confiaba en ella para ser la imagen pública de la fundación para la recaudación de fondos y pudimos ver a Chantell ofreciendo entrevistas en televisión.
La pareja vive junto a sus dos hijos Reigen y Aiva Grace en el barrio residencial de Benoni en Johannesburgo. Y hasta allí voló el príncipe Alberto junto a sus dos hijos cuando en verano de 2021 todavía no se sabía la gravedad de los problemas de la princesa.
La propia Charlène compartió una imagen de la celebración del 5º cumpleaños de Aiva Grace, a quien sus padres pusieron ese segundo nombre a petición de la princesa para así honrar la memoria de la inolvidable Grace Kelly.
La pregunta es, ¿ sobrevivirá Charlène a una vuelta a palacio sin una de sus mayores aliadas?