La maldición de los Grimaldi amenaza a los hijos de Charlène y Alberto de Mónaco: la princesa Gabriela aparece escayolada y en silla de ruedas

No está siendo un buen año en lo que ha salud se refiere para la casa reinante en Mónaco. Los problemas médicos de la princesa Charlène le han complicado la existencia al Principado desde hace ya seis meses, con exilio forzoso en Sudáfrica incluido y rumores de divorcio incluidos, y ahora la «maldición de los Grimaldi» parece haber encontrado una nueva víctima: su hija la princesa Gabriela .

Este fin de semana la pequeña acudía junto a su hermano mellizo (y heredero del trono monegasco) el príncipe Jaime a una exposición canina. En circunstancias normales los fotógrafos hubieran disfrutado de una buena cantidad de imágenes de los mellizos reales haciendo travesuras (como suele ser habitual en ellos cuando acuden a los actos mas relajados de su agenda oficial). Pero esta vez la pequeña princesa acudió al evento en una silla de ruedas.

Acompañada de su hermano, su tía la princesa Carolina, Carlota Casiraghi y Mélanie-Antoinette De Massy la pequeña de siete años acudió a la Exposición Canina Internacional de Mónaco con una pierna escayolada y en silla de ruedas.

Las circunstancias la convirtieron en el centro de atención de su familia que se turnaron para hacerle mimos y ponerle encima cachorros para que la pequeña disfrutara de la visita. Hace apenas unas semanas pudimos ver a los mellizos reales visitando a su madre, la princesa Charlène, en Sudáfrica; después visitar Dublín con su padre, el príncipe Alberto II de Mónaco, una tierra a la que su abuela Grace Kelly estaba muy unida y pocos días después asistiendo a su primer día de colegio en Mónaco.

No sabemos en qué momento se ha producido el accidente que ha dejado a Bella (como cariñosamente la llama su madre) escayolada y en silla de ruedas, pero a la vista de toda la atención que ha recibido la pequeña desde su percance por parte de los Grimaldi y los Casiraghi en pleno estamos seguros de que la familia está más que acostumbrada de cuidar de los suyos ante la «mala pata» y escasa salud familiar.