La polémica relación de Charlène de Mónaco con el ex novio de Naomi Campbell, un billonario ruso que es, ahora mismo, su mayor apoyo

El cuento de terror que parece estar viviendo Charlène Wittstock (43 años) no para de complicarse. Tras su vuelta al Principado de Mónaco , supimos que la princesa se retiraba de la vida púbica por motivos de salud para averiguar a continuación que no vivía en palacio ni en un apartamento cercano, sino en una clínica privada donde se estaría recuperando de, entre otros, unos problemas de agotamiento mental y físico que arrastraría desde su larga estancia en Sudáfrica, también por motivos de salud. De momento, el príncipe Alberto (63 años) se niega a admitir ningún tipo de problema conyugal y dede fuentes oficiales se rechaza la hipótesis de un divorcio más o menos cercano. La princesa Charlène está triste , de eso no cabe duda. Y se apoya, según la prensa internacional, no en su esposo, sino en Vladislav Doronin, billonario ruso y ex novio de la supermodelo Naomi Campbell.

La sorpresa ha sido máxima: nadie había relacional hasta ahora a la princesa Charlène con el ex novio de Naomi Campbell, aunque existe testimonio gráfico de que se conocían: existen fotografías de los tres tomadas en 2011, durante la gala benéfica a favor de la lucha contra el sida que se organiza durante el Festival de Cannes. La supermodelo de 51 años y Vladislav Doronin, magnate inmobiliario y hotelero de 59, mantuvieron una relación sentimental entre 2008 y 2013 que terminó fatal. Él la demandó por quedarse con una fuerte suma de dinero y pertenencias por valor de tres millones de dólares. Doronin tampoco tiene un expediente cien por cien legal: este mes fue condenado a pagar algo más de un millón de euros de multa y a derribar una mansión que se ha construido irregularmente en San Josep (Ibiza).

Distintos periódicos europeos han publicado cómo fuentes cercanas a Charène Wittstock confirman que la princesa y Vladislav Doronin han estado en contacto recientemente e incluso se han visto y que este contacto habitual tiene que ver con los problemas matrimoniales que está teniendo con Alberto de Mónaco. De ser cierto este extremo, podríamos estar ante un príncipe Alberto que recurre a sus hijos para congraciarse con su madre (a través, por ejemplo, de unos inquietantes carteles que los niños mostraron desde el balcón de palacio en la celebración del Día Nacional de Mónaco) y una princesa Charlène que busca ya consuelo fuera de la pareja.

Recordemos que estos rumores de ruptura y divorcio tienen que ver con las infidelidades de Alberto y, en concreto, con una nueva reclamación de paternidad por parte de una mujer brasileña afincada en Italia. De confirmarse esta nueva paternidad sin vínculo matrimonial, sería la tercera que tendría que reconocer Alberto, con el agravante de que esta relación se produjo durante su matrimonio con Charlène Wittstock.