Nunca antes una ausencia dio tanto que hablar. Ni siquiera la de Carolina de Mónaco. De la de la princesa Charlene se ha dicho de todo: desde los famosos rumores de cirugía estética que le habría dejado la cara desfigurada o la casi muerte anunciada en Sudáfrica, al supuesto divorcio o la historia de las princesas locas y deprimidas que es ya un secreto a voces. Y sin saber nada a ciencia cierta, el Principado ha anunciado, una vez más de tantas, que la esposa de Alberto de Mónacoha vuelto (de verdad de la buena) a palacio para terminar de recuperarse y retomar su agenda oficial.
Tras casi un año de ausencia y misterios, Charlene ha abandonado la última clínica donde fue ingresada hace cuatro meses para volver a palacio con su familia. Especialmente con sus hijos mellizos de siete años, Gabrielle y Jacques, con los que por fin «se ha reunido felizmente» para evitar que entren a formar parte de la legendaria maldición de los Grimaldi: infelicidad, secretos, hijos ilegítimos y mucho drama.
En principio, la vuelta a la vida pública de la ex nadadora se daría en las próximas semanas. Eso sí, no podemos esperar que ocurra porque en el comunicado oficial aseguran que aunque su recuperación es favorable, aún necesita tiempo, además de «paz y tranquilidad».
Vídeo. La maldición que persigue a los Grimaldi.
«Tan pronto como su salud sea lo suficientemente fuerte, la Princesa espera otra vez pasar tiempo y socializar con los monegascos. Para que logre una recuperación completa, y como todavía necesita paz y tranquilidad, la pareja principesca pide por tanto que su vida privada se siga respetando en el entorno familiar«, cuentan desde palacio.
Llama especialmente la atención que también hayan decidido advertir al propio entorno familiar, el mismo que la apodó como la princesa triste y muda, que «su vida privada se siga respetando». Un recadito que nos confirma, una vez más, la mala relación de Charlene con Carolina de Mónaco y compañía en un principado al que la princesa nunca se ha adaptado y al que considera un «nido de serpientes y hienas». ¿Está preparada física y mentalmente Charlene para volver a lidiar con su peor pesadilla?