Por qué Alberto de Mónaco niega que una operación estética le ha desfigurado la cara a Charlène (aunque el rumor continúa)

Los casos de desapariciones misteriosas protagonizados por mujeres famosas se cuentan, al menos desde el siglo XX, con los dedos de una mano. Secuestros aparte, solo podemos rememorar el protagonizado por Agatha Christie en 1926, 11 días en los que no se supo el paradero de la escritora más leída del planeta, y el de Greta Garbo, recluida desde 1941 hasta su muerte en su piso de Manhattan, donde el declinar de su belleza la convenció para abandonar la fama. Con Charlène de Mónaco podríamos estar en un caso similar al de la Divina: alojada en una carísima clínica privada de salud mental (ya ha trascendido que podría ser la Paracelsus Recovery, en Suiza), ha renunciado a aparecer en público desde mayo de este año. En estos ocho meses la hemos visto en contadas ocasiones, la última a principios de noviembre y con una mascarilla que tapaba más de la mitad de su rostro. Imposible sujetar el rumor más insidioso que rodea a la princesa de Mónaco : que una operación de estética le ha desfigurado el rostro y, a consecuencia de ello, lucha contra una depresión .

El rumor, teoría o certeza proviene de la periodista española Pilar Eyre y ya es viral en medios de comunicación de toda Europa. Eyre sostiene, frente a la versión oficial mantenida por Alberto de Mónaco, que Charlène se sometió a una operación de estética en Dubái que ha sido el origen de todos los problemas de salud que la ex nadadora ha vivido este año, incluida esa infección otorrinolaringológica que, supuestamente, se debía a sus años de competición bajo el agua. El rumor es tan fuerte, que hasta el mísmísimo Alberto de Mónaco tuvo que salir al paso del mismo, negándolo expresamente. Sin embargo, pocos se explican ya que un cuadro de fatiga general impida a la princesa ver a sus hijos en el día de su cumpleaños o dejarse fotografiar, aunque sea a lo lejos. Las circunstancias, de alguna manera, favorecen el rumor de la cirugía fallida y poco pueden hacer desde palacio para remediarlo.

«La supuesta enfermedad de Charlene de Mónaco no es tal, sino que tiene el rostro desfigurado», escribe Pilar Eyre, una de las pocas periodistas europeas, si no la única, que se ha atrevido a hablar abiertamente de esa supuesta operación de estética que habría dañado la estabilidad emocional de la princesa monegasca. Es más: Eyre alude directamente a una «negligencia durante un estiramiento facial que se hizo en Dubái y que le ha deformado la cara». De confirmarse la noticia, algo que seguramente no ocurrirá jamás dadas las explicaciones del príncipe Alberto, la imagen de Charlène podría quedar dañada, sobre todo por la larga separación de sus dos hijos que ha ocasionado este misterioso asunto de su enfermedad. ¿Qué tipo de enfermedad mental puede separar a una madre de sus hijos? Sin duda, ha de ser algo grave y que no solo requiere descanso, cosa que podía obtener en palacio. ¿Y qué puede haber ocasionado un padecimiento psicológico tan enorme?