Quién es Christa Mayrhofer-Dukor, la prima de Grace Kelly que odia a la princesa Charlène de Mónaco y ha anunciado que su divorcio con el príncipe Alberto es inminente

Afirma ser prima lejana de Grace Kelly , íntima de Alberto II de Mónaco y presume de confidencias monegascas en la prensa italiana y austriaca dando sensacionales titulares. No es la primera vez que Christa Mayrhofer-Dukor acapara portadas que, de ser ciertos, son el abc de la traición palaciega. Hace años ya declaró al mundo entero lo poco que le gustaba la princesa Charlène , a la que catalogó de «torpe» «arrogante» y «mala persona», afirmó que Alberto sólo estaba con ella porque necesitaba un heredero y declaró en el Bild alemán que Charlène había tenido que recurrir a tratamientos de fertilidad para dárselo.

Ahora, con los rumores de crisis matrimonial disparados y filtrando una conversación de teléfono, la familiar de Alberto II Mónaco que menos cariño tiene a su mujer lo ha vuelto a hacer comunicando al mundo entero a través de la revista Oggi que el mismísimo príncipe le había dado a entender que el divorcio de la pareja real monegasca es «inminente».

Por mucho que ella presuma en los medios de descolgar el teléfono y hablar con Alberto de Mónaco, la realidad es que Christa Mayrhofer-Dukor, de 78 años, es un pariente bastante lejana del príncipe. Los abuelos de Grace Kelly y Christa eran hermanos, lo que convierte a la noble austriaca en una prima lejana de la mujer de Rainiero. A pesar del vínculo leve entre ambas la princesa de Mónaco invitó a Christa a vivir en el palacio monegasco durante un mes cuando tenía 18 años.

Ya en el pasado Christa Mayhofer-Dukor presumió ante la prensa de tener información exclusiva sobre el matrimonio de Charlène y Alberto… para ser desmentida por la propia casa del príncipe. Por ejemplo, en 2019 la misma revista Oggi publicó unas declaraciones de Christa afirmando que había hablado con Alberto de Mónaco en un acto protocolario al que el príncipe había acudido sin su mujer en Austria y que él le había dado a entender que Charlène estaba de nuevo embarazada. La gala de premios que había invitado al príncipe y los servicios de prensa del principado salieron del paso afirmando que Christa no acudió a ese evento al que no estaba invitada (y que Charlène, desde luego, no estaba embarazada).

Pero en realidad, si queremos buscar pistas sobre cómo es Christa Mayhofer-Dukor no tenemos más que revisar su currículum amoroso. Primero se casó con el abogado Paul Mayrhofer, con quien tuvo a su hija Eva, que años después se convertiría en condesa al casarse con el conde Wilderich Walderdorff.

Eva Walderdorff es una auténtica socialité en Austria y el año pasado protagonizó un drama social muy austríaco al ser expulsada de la ópera de Viena de por vida por colarse para ver una representación de Madama Butterfly. Fue con su hija Eva (y una bandeja de plata grabada por «sus primos de Viena») con quien Christa acudió a la boda de Charlène y Alberto hace ya diez años. En aquel momento aún concedía a Charlène el beneficio de la duda.

Christa enviudó para después casarse con un hombre inmensamente rico omo ella misma afirmó en una entrevista: «por su fortuna». El elegido fue Karl Wlaschek, 22 años mayor que ella, que acumulaba ya unos cuantos matrimonios (se casó cinco veces) y que cuando falleció en 2015 era el tercer hombre más rico de Austria. Fundador de la cadena de supermercados Billa se dice que la venta de su negocio en 1996 le reportó 1.000 millones de euros que invirtió en la compra de 250 edificios. Al morir, su fortuna ascendía a 3.700 millones de euros de los que Christa sólo recibió tres porque para entonces ya se había divorciado.

De nuevo sola, Christa se casó una tercera vez, con el hombre que la convertiría en aristócrata, añadiría un Dukor a su apellido... y la haría viuda de nuevo. ¿Fueron matrimonios por amor? Christa defiende que cuando se alacanza o se quiere alcanzar cierto estatus, los sentimientos y los intereses se mezclan: «Cuando Charlène se sometió a controles médicos antes de casarse, también tuvo claro que Alberto no se casaba con ella por amor. Así es la vida en esos rangos. Charlène quería convertirse en la esposa del regente de Mónaco y se lanzó a este objetivo como un buitre. Pero hablar de »negocios« es exagerado. Alberto y Charlène se querían, aunque ella no fuera el gran amor de Alberto«.