Ningún miembro de estas parejas de 'royals' tuvo que abrir un perfil en una app de citas para encontrar el amor , ahí no podemos identificarnos con ellos. Sin embargo, sí que debemos varias parejas reales a la intervención providencial de un amigo o un amiga celestina que hace las presentaciones. En el caso de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz , la verdadera historia de este flechazo se mantiene parcialmente en secreto. Lo que sabemos no ha sido confirmado, pero todo hace sospechar que su primer contacto tuvo lugar el 17 de octubre de 2002, cuando ambos cruzaron sus miradas por primera vez durante una cena.
Organizada por Pedro Erquicia, antiguo periodista de Televisión Española y director de algunos de los programas del canal, se trataba de una reunión entre diferentes empresarios, directores de cine e intelectuales a la que acudió el entonces príncipe Felipe y Letizia Ortiz, presentadora de los informativos de la cadena generalista. Algunas teorías afirman que este acercamiento fue promovido por el actual rey, aunque no hay nada confirmado al respecto. Hubo intercambio de teléfonos y citas secretas. Se dice que incluso se fueron de crucero por el Mediterráneo en 2003, el año en el que anunciaron su noviazgo. Por estas fechas, Letizia recibía sospechosos ramos de rosas rojas en la oficina.
El príncipe Carlos de Inglaterra conoció a Camilla Shand (su nombre de soltera) en 1971, en una fiesta. Una amiga de Carlos, la hija de un antiguo embajador de Chile en Londres, Lucía Santa Cruz, les presentó. Conectaron inmediatamente gracias a una oportuna broma de Camilla que rompió el fuego: mencionó que su tatarabuela había sido amante del tatarabuelo de Carlos. «Siento que tenemos algo en común», le dijo.
Inmediatamente comenzaron a quedar y solo se separaron cuando Carlos tuvo que cumplir con sus compromisos militares. A su vuelta, ella ya estaba comprometida con Andrew Parker Bowles, con el que se casó en 1973. El príncipe Carlos se casó con Diana Spencer en 1981, pero su romance intermitente con Camilla hizo que terminara en divorcio en 1995. Tras la trágica muerte de Diana, Camilla y Carlos reactivaron su historia de amor y se casaron, por fin, en 2005.
No podía ser de otra manera: a Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock les unió el amor por el deporte. Se conocieron en el Encuentro Internacional de Natación de Montecarlo en el año 2000. Ella ganó la medalla de oro de 200 metros a espalda. Él, como príncipe de Mónaco, presidía el certamen. Los que estaban aquel día en la piscina olímpica del estadio Louis II aseguran que Alberto se quedó prendado de la nadadora sudafricana. Sin embargo, no fue hasta dos años más tarde cuando el príncipe le pidió una cita en otra competición de natación en la que se encontraron. La relación, sin embargo, no llegó a cuajar, parece que por la distancia.
En ese intervalo de tiempo, aunque ambos (sobre todo él) tuvieron relaciones sentimentales varias, no se apagó del todo la atracción. En febrero de 2006, volvieron a unirse y dieron el paso de hacer pública su noviazgo en los Juegos Olímpicos de invierno de Turín. El traslado de Charlene a Mónaco en 2007, a la residencia de verano de Roc Agel, terminó de confirmar que la relación iba viento en popa. La última prueba de fuego fue la boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling el 19 de junio de 2010, a la que acudieron como pareja. Cuatro días más tarde, Alberto anunció su compromiso.
Se conocieron en 2001, cuando estudiaban en la Universidad de St Andrews. Ambos vivían en la misma residencia universitaria y coincidían con frecuencia en salas y halls. No empezaron a salir hasta 2003 y el compromiso no se anunció hasta 2010, después de que Guillermo hincara la rodilla durante un viaje a Kenia. Se casaron, en una ceremonia televisada en todo el mundo, el 29 de abril de 2011, diez años después de verse por primera vez.
Guillermo y Máxima de Holanda se conocieron en 1999 en la Feria de Sevilla, a la que ambos asistieron por separado y sin intenciones de buscar pareja: Máxima, de 28 años y vicepresidenta del banco Dresdner Kleinwort Benson de Nueva York, bailaba enfundada en un vestido de gitana en la Caseta del Real Club de Andalucía. El príncipe heredero al trono de Holanda no tuvo más remedio que invitarla a bailar después de que una amiga común los presentara. Muchos aseguran que, en ese momento, algo cambió en la cabeza del heredero que preocupaba a su madre por sus noches de fiesta y su pasión por la cerveza. A partir de esa noche, Máxima y Guillermo comenzaron a verse, a veces en Nueva York y otras en Europa.
Sólo tres meses después de aquella fiesta, la argentina conoció a quien sería su suegra, la reina Beatriz, en un yate en la Toscana. Un año después de conocer al príncipe, Máxima Zorreguieta se mudó a Bruselas y empezó un exhaustivo entrenamiento para convertirse en la consorte que necesitaba la monarquía: aprendió el idioma, historia y cultura de Holanda y renunció a la ciudadanía argentina. Guillermo y Máxima se casaron en febrero de 2002 sin la presencia de los padres de la novia, por la vinculación de su padre con la dictadura de Videla.
Para Sofía Hellqvist no ha sido fácil hacerse un hueco en la Familia Real. Muy popular entre el pueblo por su papel en un conocido reality de solteros de televisión, la ex modelo y ex stripper no era vista con buenos ojos por los reyes, ni siquiera por quienes más adelante acabarían convirtiéndose en sus cuñadas. Se conocieron, por pura casualidad, en un restaurante de Estocolmo en el que coincidieron con sus respectivas pandillas. Su relación se hizo pública en la primavera de 2010.
Su compromiso oficial con Carlos Felipe se anunció el 27 de junio de 2014 a través de un comunicado de la Casa Real. Igual que sucedía años después con Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, el hijo del Rey sueco salió en televisión a defender a su futura esposa de los ataques que según él había recibido de la prensa de su país. Además, aclaró que Sofía había sido recibida con los brazos abiertos por la familia real tras rumores que aseguraban que no había sido así. En abril de 2011 se iban a vivir a un inmueble privado en Djurgarden, algo que no se confirmó de manera oficial hasta dos meses más tarde. Finalmente, Sofía y Carlos Felipe, pese a la oposición general, se casaron en la capilla real del Palacio Real de Estocolmo el 13 de junio de 2015.
Haakon y Mette-Marit se conocieron a finales de los 90, a través de amigos en común, en el Festival Quart, el mayor espectáculo de rock de Noruega. Pero tuvieron que pasar unos años para que volvieran a encontrarse en el mismo escenario y se enamoraran perdidamente. Al poco tiempo, se fueron a vivir juntos, algo impensado para el heredero de la corona. El 1 de diciembre de 2000, cuando la Casa Real hizo público el compromiso, se desató el escándalo: el heredero del trono se casaría con una plebeya que era madre soltera y tenía un polémico pasado ligado a la noche y a los excesos. Sin ir más lejos, el padre de su hijo había sido condenado por tráfico de drogas
Las críticas fueron tan fenomenales que el príncipe pidió «comprensión» y su novia se vio obligada a dar explicaciones. «Hay algunos períodos en la vida, quizá en mi primera fase con Haakon, en los que todavía no puedo pensar sin tener que vomitar, porque fue muy duro, había mucha presión y llegué sin ninguna experiencia», ha recordado ella posteriormente. El 25 de agosto de 2001, el príncipe Haakon de Noruega y Mette-Marit Tjessem entraron juntos y de la mano a la catedral de Oslo, como protagonistas de la primera boda real del siglo XXI.
Nacido en 1973 de un padre funcionario y una madre empleada en una oficina de correos, Daniel Westling conoció a la heredera cuando regentaba una popular cadena de gimnasios en Estocolmo. Inmediatamente, se convirtió en el entrenador personal de la futura reina. A pesar de que en un primer momento el rey Carlos Gustavo no aprobó su noviazgo, finalmente en 2008 el monarca dio finalmente su permiso para que su futuro yerno se instalara en uno de los apartamentos del castillo de Drottningholm. Pese a ello, la pareja tuvo que esperar hasta el 24 de febrero de 2009 para anunciar su compromiso de manera oficial.
Amber Petty, una de las damas de honor de la princesa Mary, contó que Mary Donaldson y Frederik de Dinamarca se conocieron en una cena exclusiva organizada durante los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Se gustaron y comenzaron a salvar las distancias mediante largas conversaciones telefónicas: la factura de la casa real subió un 20%. Federico viajó cinco veces a Australia para estar con ella, antes de que Mary se trasladara a París en 2001. El suyo fue un noviazgo largo, pues la reina Margarita, conociendo las ideas y venidas sentimentales de su heredero, no quiso dar el visto bueno a la australiana hasta comprobar que realmente estaban enamorados y que la pareja podía funcionar.
«Nuestro noviazgo no fue un flechazo. La distancia geográfica y el estatus de Federico hacían incierta nuestra relación, incluso cuando en 2002 fijé mi residencia en Copenhague», ha recordado ella. Sin embargo, desde que se anunció oficialmente su noviazgo con el príncipe Federico, el 14 de febrero de 2002, Mary Donaldson es el miembro de la familia real más popular de Dinamarca, por encima incluso de su suegra, la reina Margarita. Federico y Mary se casaron el 14 de mayo de 2004 en la iglesia de Nuestra Señora, en la catedral de Copenhague.
20 de enero-18 de febrero
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