Atrapados en la red

Letizia y Felipe cumplen una semana en Instagram: lo que necesitan cambiar para mejorar el aprobado raspado

Presentes hasta ahora solo en X, Felipe y Letizia añadían un nuevo canal a la Casa Real coincidiendo con el décimo aniversario de la Proclamación del monarca. Hacemos balance de su primera semana de existencia.

La reina Letizia junto a la princesa Leonor en el Palacio Real. / GTRES

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

En el caso de que alguien no lo sepa aún, la Familia Real española ya está en Instagram . Si no tenemos en cuenta la ídem que unos cuantos famosos aseguran que tiene la reina Letizia para cotillear sin ser detectada. Este salto llega un poco tarde, sí, teniendo en cuenta que esta red social lleva catorce años en activo. Pero más vale tarde que nunca. Así que si alguien quiere llevar su obsesión por la realeza al siguiente nivel es importante (a ver, 'importante') que les siga en la cuenta @casareal.es. O, al menos, ayude a su madre obsesionada con la reina Letizia a instalarse Instagram en el móvil y convertirse en una fan más de los Borbones más digitales.

La Casa Real española, presente hasta el momento de forma oficial solo en Twitter (ahora X) y en YouTube ha dado este salto hacia la, suponemos, cercanía y transparencia con sus súbditos, con motivo de una ocasión muy especial: el décimo aniversario de la Proclamación de Felipe VI . Por eso el primer post no podía ser otro que un carrusel con diez imágenes de esa señalada jornada, que venían acompañadas de un mensaje personal del soberano: «Servicio, compromiso y deber, los tres pilares de mi desempeño como Rey».

Ese mismo día, un reel (así se llaman los vídeos verticales de Instagram para los legos en la materia) de los fastos de la Proclamación, al son del violín de Ara Malikian, se convertía en la publicación con más likes de la cuenta, de momento, superando los 80.000.

Avanzando a buen paso a la hora de captar 'followers', en el momento de escribir estas palabras la cuenta oficial de los reyes de España en Instagram tiene 201.000 fans. Por ahora están muy lejos (muy, muy) de los 13 millones de la Familia Real británica, o de los dos millones que tiene ya la recientemente creada por la Familia Imperial japonesa, la penúltima en sumarse a esta red social, pero acercándose ya a otras monarquías como la sueca o la holandesa. Con una semana de vida digital ya, es momento de analizar cuáles están siendo sus errores y sus aciertos.

Los puntos positivos: nuevo contenido y caza de la viralidad

No se puede decir que la cuenta de Instagram de la Casa Real saque buena nota en sus primeros días de vida. Apenas un aprobado raspado. Pero, esforzándonos un poco, podemos encontrar algunos brotes verdes. Además de un crecimiento en seguidores a buen ritmo (suponiendo que una buena parte no sean bots rusos), un detalle importante es que no se han limitado a replicar aquí el contenido de X, como se podía sospechar en un principio.

Obviamente no podemos esperar unas publicaciones desenfadadas nivel TikTok, pero al menos en los dos primeros posts se esfuerzan en elegir unas fotos con cierto grado de espontaneidad. Lamentablemente, eso se pierde en publicaciones más recientes como la visita de Felipe VI a las Repúblicas Bálticas o la presencia de la reina Sofía en una entrega de premios.

¿Uso de hashtags? Bien. ¿Seguir a las otras familias reales? Bien. ¿Poner en los links destacados los otros perfiles en redes de la Casa Real española y su página web? Bien. ¿Diferenciar en la stories destacadas los perfiles de Felipe, Letizia, Leonor y Sofía de las temáticas como audiencias o viajes al extranjero? Bien también.

Pero, de momento, el mayor mérito de los Community managers de la cuenta es no haber dejado pasar el momento más viral de la última semana: el discurso que la princesa y la infanta dedicaron a su padre el día de la Proclamación. En formato reel y añadiendo subtítulos, es el post que más se acerca a lo que sería deseable en una cuenta que pretenda ser moderna y cercana a lo que suele ver en esta red. Ese debería ser el camino a seguir.

Los fallos más clamorosos: falta de cercanía y de modernidad

El primero quizá es el más obvio: el nombre de la cuenta. Es lo que tiene tardar catorce años en abrirla, que todos los buenos nombres de perfiles están ya cogidos por cuentas de fans y tienes que conformarte con un @casareal.es con ese extraño punto ahí en medio. Al menos ya tienen el check azul de verificado para que se vea que son 'the real deal'.

Tampoco ayuda que al primer vistazo veamos un aspecto tan serio en prácticamente todos las publicaciones (en tres de los once posts aparecen imágenes de militares). No es que en la cuenta de Instagram de Carlos y Camilla o en la de Guillermo Alejandro aparezcan bailando 'La Macarena' o preparando la última receta viral, pero se echa en falta un aspecto más desenfadado y menos institucional. También se echa de menos que, como en el caso de las cuentas de las casas reales de los países escandinavos o en la de los príncipes de Gales, haya unos principitos que usar como útil cebo de likes.

Gráficamente, la cuenta también deja que desear. Aunque rápidamente corrigieron alguna falta de ortografía que se coló en el lanzamiento, los logos de las stories destacadas parecen sacados de una web de la Internet primigenia de 1995. También llama la atención que son demasiados para lo que es habitual en Instagram. Parece que ha sido un equipo de marketing y no de expertos en redes los que se han encargado de esta parcela.

La familia real por los actos del décimo aniversario de la proclamación del rey Felipe VI. / gtres

No ayuda tampoco no interactuar en ningún momento en la sección de comentarios. Moderar las controvertidas respuestas de los menos monárquicos puede ser farragoso, pero es la mejor manera de apostar por la cercanía y de ganar 'engagement' por el camino.

En resumen, más meteduras de pata que datos positivos, que se podrían solucionar fácilmente si se le dedica tiempo y presupuesto. Desde aquí damos un voto de confianza para que la cuenta oficial de los Reyes haya dado un necesario salto de calidad, modernidad y cercanía para cuando alcance su primer millón de seguidores.

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