Abandono, infidelidades y una relación muy tormentosa: la triste infancia de Ernesto y Christian, los hijos de Ernesto de Hannover

A la espera de que Carolina de Mónaco se posicione a favor o encontra de los hijos de su (aún) marido, Ernesto de Hannover sigue haciendo como que no pasa nada. Feliz con su nueva pareja, Claudia Stilianopoulos sigue enfretándose a su su hijo mayor por bienes materiales. ¿Qué relación tiene Ernesto con su primogénito?

Pincha para ver las fotos de Carolina de Mónaco más tiernas y los mejores looks./Getty images

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Elena Castelló
Elena Castelló

Ernesto y Christian de Hannover tenían 16 y 14 años respectivamente cuando Carolina de Mónaco y su padre, el príncipe Ernesto de Hanover se casaron. Fue en una fría y soleada mañana de enero en el palacio real de Montecarlo cuando la vida de los dos jóvenes cambió para siempre. Hasta entonces, ambos habían vivido con su madre, Chantal Hochuli , desde que el jefe de la casa güelfa y ella se divorciaron dos años atrás.

Ernesto, el heredero de la casa (e hijo promogénito del matirmonio), nació el 19 de julio de 1983, en Hildesheim, en Baja Sajonia, Alemania. Su bautismo fue el 15 de octubre de ese mismo año y entre sus padrinos estaban el entonces Príncipe Felipe de Borbón , primo segundo del príncipe Ernesto, y Federico de Grecia, primo carnal. Federica de Hannover, la abuela materna de Felipe y madre de la reina Sofía, era tía carnal de Ernesto. Poco después del heredero, nació Christian, el 1 de junio de 1985.

Las primeras noticias sobre una relación amorosa entre Carolina y Ernesto surgen en 1990. A pesar de que se hizo ver que Carolina había traicionado a una vieja amiga robándole el marido, Carolina y Chantal continuaron manteniendo una buena amistad tras oficializarse la relación de la princesa de Mónaco con el exmarido de la segunda. La prueba de esta buena relación es la cariñosa vinculación que desarrollaron, desde el principio del matrimonio, los dos hijos adolescentes del príncipe de Hannover con Carolina. Y puede que Chantal conservara rencores, pero fue lo suficientemente inteligente como para que no afectaran a sus hijos. Hoy, esa relación armoniosa se manifiesta en celebraciones familiares y en periodos de vacaciones compartidos.

Carolina de Mónaco y su marido Ernesto de Hannover. / Getty images

El divorcio entre Chantal y Ernesto llegó en 1997 dos años antes de la boda, una ceremonia civil, de Carolina y Ernesto , en enero de 1999. Chantal sigue conservando el título de princesa de Hannover, que también lleva Carolina de Mónaco . Chantal rehízo su vida con Alessandro Ruffo di Calabria, sobrino de la reina Paola de Bélgica y exmarido de Mafalda de Saboya, y, a continuación, con el británico Nick Scott, fallecido en mayo de 2017.

No se sabe qué relación mantiene el príncipe con su ex esposa, pero tanto Chantal como Carolina se han esforzado para que sus hijos tuvieran una buena relación fraternal. Pocos días antes de casarse en Mónaco, Ernesto y sus dos hijos asistieron a la gala inaugural del Festival del Circo, junto a los Grimaldi. Los dos adolescentes ocupaban sus asientos en la primera fila, junto a Andrea, Pierre y Charlotte, que tenían más o menos la misma edad que ellos. La princesa y Ernesto tuvieron una hija, Alexandra Charlotte, el 20 de julio de 1999, y la princesa de Mónaco ha tratado, desde siempre, que la relación entre los hermanos fuera la mejor posible. Los dos hijos de Ernesto de Hannover fueron invitados, por ejemplo, a la boda del príncipe Alberto y Charlène y mantienen una buena amistad con todos los hijos de Carolina –Andrea, Carlota y Pierre, además de con su hermana Alexandra–. Ernesto y Christian también asistieron a las bodas de Andrea y Pierre. Y todos los Casiraghi presenciaron, su vez, los enlaces de los hermanos Hannover.

Ernesto de Hannover el día de su boda con Chantal Hochuli / Getty images

El primer matrimonio de Ernesto con la ginebrina Chantal Hochuli, nacida en 1955, ya dio lugar a una dura polémica entre el príncipe Ernesto y su padre, que no aceptaba el matrimonio, a pesar de que Chantal pertenecía a una familia con una importante fortuna. Su padre era un prestigioso arquitecto y su madre la heredera de una empresa de chocolate. Pero no era noble, tal y como exigía la norma de la casa de Hannover. Finalmente Ernesto y Chantal se casaron el 19 de julio de 1981, en el castillo de Marienburg. Viven entre Hannover y Londres y pasan algunas temporadas en Mónaco. En su círculo más cercano está la princesa Carolina de Mónaco. De hecho, cuando en 1990 la Princesa Carolina se quedó viuda de Stefano Casiraghi, Chantal fue uno de sus apoyos.

La relación de Chantal con los hermanos Casiraghi, a los que ha visto crecer, es totalmente normal y afectuosa. Hoy Carolina, que sigue casada con el príncipe de Hannover, a pesar de estar separados desde hace varios años, ha hecho todo lo posible por evitar las polémicas familiares y mediar, especialmente la que enfrenta al heredero con su padre y que ha llegado a los tribunales. La prensa internacional asegura que Carolina no se divorcia de Ernesto precisamente para mantener la armonía familiar y evitar que el príncipe, que arrastra graves problemas con el alcohol, no dilapide la herencia familiar que le reclama ahora a su hijo mayor. ¿Qué ocurrirá ahora que Ernesto ha encontrado una nueva pareja con la española Claudia Stilianopoulos? Es difícil saberlo.

Boda de Ernesto y Ekaterina / Getty images

El objeto de la ira de Ernesto es su propio hijo mayor, Ernesto, el heredero de la casa de Hannover. Ernesto, casado con la diseñadora rusa Ekaterina Malysheva, con la que tiene tres hijos: Elizabeth Tatiana, de tres años, Welf August, de dos años, y Eleanora Dina, nacida el pasado mes de julio, se formó en la Universidad de Nueva York y estuvo varios años trabajando en Londres, en la banca de inversión. Ernesto y Ekaterina viven en Alemania. Los problemas entre padre e hijo empezaron con la gestión de la fundación familiar Duque de Cumberland que gestiona las propiedades alemanas y austriacas de los Hannover. Ernesto de Hannover se opuso, además, al matrimonio de Ernesto con Ekaterina. Su excusa era que, tras un divorcio, parte del patrimonio de los Hannover podría pasar a sus manos. No asistió a la boda y anunció que emprendería acciones legales contra su heredero para recuperar el castillo de Marienburg, sede de la dinastía, y el resto de propiedades que había cedido a su hijo desde 2005. La situación empeoró cuando Ernesto jr. anunció que iba a ceder el castillo de Marienburg al estado alemán por el valor simbólico de un euro, porque no podía mantenerlo. Las denuncias de Ernesto frenaron la operación. Sus nietos han sido bautizados sin su presencia.

Ernesto y su hermano Christian. / Getty images

Christian, el hijo menor, parece conservar una mejor relación con Ernesto, aunque es seguro que no ha roto sus vínculos con su hermano mayor. Él también estudió en Malvern College, en el Reino Unido, al igual que Ernesto y estudió en la Universidad de Nueva York. En Madrid siguió un master en dirección de empresas en el Instituto de Empresa. Se casó con la «it girl» y diseñadora peruana Alessandra de Osma el 16 de marzo de 2018, en la basílica de San Pedro de Lima. La pareja tiene mellizos, Nicolás y Sofía, nacidos el 7 de julio de 2020, en Madrid, donde residen. Quizá para evidenciar su mala relación con su primogénito, Ernesto ha viajado a Madrid para ver a sus nietos y se ha dejado fotografiar en el Parque del Retiro montando en patinete y conversando sonriente con Claudia Stilianopoulos, la que parece que es su actual pareja.

Ernesto de Hanover necesita todo el apoyo que pueda obtener para defenderse de las varias acusaciones por altercados con la policía – trató de agredir a varios agentes que le habían detenido e ingresado en una unidad de psiquiatría, en julio de 2020 y volvió a ser arrestado en su pabellón de caza de Grunau, en Austria, tras amenazar y coaccionar a una empleada y a su esposo–.

20 de enero-18 de febrero

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