Escándalo en el funeral del duque de Edimburgo: así manipula el príncipe Andrés a la reina Isabel II de Inglaterra para limpiar su imagen delante de toda la realeza europea

Más allá del verde militar del que vistieron todas las royals o el impresionante look de la reina Letizia , más allá de la sonada ausencia de Meghan y Harry, más allá incluso de las lágrimas (sí, lágrimas) en los ojos de la reina Isabel II y, por supuesto, más allá del propio homenajeado, el protagonista de la misa en memoria del duque de Edimburgo fue el príncipe Andrés . Y el escándalo en la prensa británica ha sido mayúsculo: ¿ está aprovechándose el duque de York de su madre, en su momento más dramático y vulnerable? Parece que hay consenso y, como dice el Daily Mail, «[el príncipe Andrés] se aferró a su madre de 95 años y continuó escoltándola hacia su asiento a la vista de los invitados y los medios [...] negándose a entregar a la reina al decano de Westminster cuando entraron a la Abadía«.

Los escándalos sexuales ligados al caso Epstein arruinaron la reputación del príncipe Andrés y la vida de unas cuantas personas, incluida, en gran medida, la de su madre, que en enero le despojó de sus títulos militares y sus funciones reales. Se pagaron millones a Virginia Roberts para resolver su demanda por violación (cuando era menor de edad) en contra del duque de York y parecía que, después de este escándalo (que él sigue negando), el ex marido de Sarah Ferguson desaparecería, de una vez, de la escena pública. Pero no: Andrés quiso ser el centro de atención en el 'in memorial' de su padre y lo consiguió. De hecho, según el Daily Mail, «el Príncipe Carlos y el Príncipe Guillermo no querían que él la guiara por el pasillo, pero Su Majestad no podía decirle que no a su hijo favorito y él insistió«. Se aprovechó de la situación.

«Las imágenes muestran cómo el decano se vio obligado a guiar torpemente a la pareja a través de la gran cámara, a pesar de que se esperaba que Andrés estuviera en un segundo plano«, describe el Daily Mail, que cita fuentes cercanas a la familia real para afirmar que a los Windsor no les ha gustado nada esta puesta en escena vergonzante del duque de York, al que acusan de » secuestrar una ceremonia que se suponía que se centraría en recordar al príncipe Felipe«. El medio británico asegura, incluso, que »sus hermanos y su hermana estaban consternados por el truco, ya que esperaban que prevaleciera el sentido común y que [Andrés] aceptara desempeñar un papel en la trastienda de la ceremonia«.

En la misa por el duque de Edimburgo el príncipe Andrés parece haber hecho caso omiso al heredero, Carlos de Inglaterra, que según el Mail le ordenó que «desapareciera» después del pago multimillonario a Virginia Roberts para resolver su demanda por violación. Así, en un « intento descarado por volver a ser el centro de atención«, el duque de York podría estar orquestando su vuelta a la escena pública para tener un papel protagonista en los fastos que tendrán lugar próximamente por el Jubileo de Platino de la reina Isabel.

En Inglaterra todo el mundo sabe que, a pesar de todo, Andrés es el hijo favorito de Isabel II, y su reprobable actitud en el momento más frágil y duro de la reina no ha sentado nada bien ni a la prensa, ni al pueblo ni, parece, a su propia familia. Hay consenso en que la única lectura que se puede sacar de esta reprobable actitud es que está utilizando la debilidad de su madre en su propio beneficio, con la única intención de limpiar su imagen ante la opinión pública y volver a la primera línea de la familia real. El Daily Mail es rotundo y sentencia: «las payasadas de ayer parecen mostrar que el duque no tuvo miedo de volver a ser el centro del escenario mientras el mundo miraba».