Sarah Ferguson confesando que lleva en terapia 25 años mientras publica lo que la prensa inglesa ha denominado «una novela para adultos» y ella publicita como «una novela romántica», el marido de su hija la princesa Eugenia pillado in fraganti en un yate con modelos en top less, el marido de la princesa Beatriz pillado in fraganti con su ex… ¿que ésta pasando con los York que se están convirtiendo en la peor pesadilla de la reina Isabel II este verano? Vayamos por partes.
La ex del príncipe Andrés, duque de York, f orma parte de la lista negra de los Windsor desde que los paparazzis la pillaron con su amante chupándole un pie (literalmente). En cuanto se publicaron esas imágenes tuvo que huir despavorida del palacio cargando con las niñas y el mismísimo duque de Edimburgo, el príncipe Felipe, le negó el acceso a Balmoral de por vida.
Así que no nos engañemos, no todo es Meghan Markle y Enrique de Sussex en la agenda negra de la reina Isabel II, esa en la escribe el nombre de sus familiares más latosos y seguro que Sara Ferguson se encuentra este verano de nuevo en esa lista. La ex duquesa de York está en plena promoción de su primera novela que ella quiere hacer pasar por «romántica» y en los medios británicos afirman que es «para adultos» y con evidentes paralelismos con la vida de la propia autora y no para de lanzar titulares a cada cual mejor que el anterior.
Hasta la fecha ya ha dicho que padece problemas mentales desde hace 25 años, que no le importaría volver a casarse con el príncipe Andrés porque es el hombre de su vida, que apoya a muerte a Meghan Markle y Enrique de Sussex y que la entrevista con Oprah le pareció estupenda, que la princesa Diana y ella eran piña y que su ex, el príncipe Andrés, es un caballero puro de corazón… a pesar de que fue retirado del servicio de sus funciones públicas a la Corona británica en 2019 por haber sido asociado a Jeffrey Epstein. Y todavía queda mucha promoción por delante.
Las dos hijas del duque de York no suelen contar con el beneplácito de la prensa sensacionalista británica donde las suelen incluir en el listado de royals que menos trabajan. Aún así Beatriz y Eugenia siguen dando titulares jugosos quieran o no. En las islas donde gobierna su abuela se cree que últimamente la familia real británica las emplea como un zasca continuo a Meghan Markle y Enrique. Aún no se explican que la boda de Eugenia fuera tan suntuosa como la del propio Enrique de Sussex y Meghan y que los anuncios de embarazo de ambas nietas de la reina se festejen por todo lo alto por todos los Windsor.
¿Pero cómo está la situación este verano con las dos princesas? Para empezar, lo de Beatriz y su boda a traición el verano pasado solo dos semanas después de acabarse con el confinamiento en Reino Unido por culpa del covid ya se lo han perdonado, así como lo que que escogiera ir hasta el altar para casarse con Edoardo Mapelli Mozzi, un millonario italiano que según la prensa inglesa simultaneó la relación de la princesa con la de la arquitecta Dar Huang, con la que vivía y tiene un hijo.
Hasta esta semana, y desde que se casó, la mayor preocupación de Beatriz parecía que era intentar no pronunciar ante su abuela la «palabra prohibida». Según en Daily Mail a su majestad Isabel II le desagrada profundamente que alguien diga embarazada en su presencia, porque lo considera vulgar, así que cuando habla con su abuela sobre su embarazo Beatriz tiene que decir «in the family way». Pero las cosas para la princesa embarazada acaban de cambiar porque su ya marido ha sido pillado esta misma semana, según el Daily Mail, paseando por la noche con su ex en el High Line Park de Nueva York.
Aunque quien se lleva la palma esta semana sobre los rumores de infidelidad es el marido de su hermana, la princesa Eugenia. Mientras ella se quedaba en casa cuidando de su bebé, August, Jack Brooksbank y tres mujeres (una de ellas en top less) navegaban en Capri, un momento idílico que han captado todos los paparazzis del lugar dando rienda suelta a todo tipo de especulaciones.
El Daily Mail se hizo eco de las imágenes pero, al mismo tiempo, apuntó a que el marido de la princesa Eugenia se encontraba en la isla y en el yate por motivos de trabajo y que sus tres acompañantes eran Rachel Zalis, directora global de la firma Casamigos, el tequila que usa de embajador a Jack Brooksbank, y las modelos Maria Buccellati y Erica Pelosini. Por supuesto a la prensa amarilla las explicaciones comerciales les ha dado igual: ya saben la tumultuosa relación que tienen los Windsor con los yates.