Cuando los expertos en familias reales e historia de las monarquías afirman que la dinastía que reina en Jordania supera en escándalo y secretos a los Windsor no exageran. Estamos, probablemente, ante uno de los episodios más increíbles que se pueden relatar sobre un monarca en el siglo XX. Hablamos del rey Hussein de Jordania, el rey playboy apasionado de los coches, los aviones y las mujeres que se casó cuatro veces, tuvo doce hijos y sembró en su legado la discordia que hoy ha terminado en un golpe de estado palaciego entre hermanos. Pues bien: tras su divorcio de la reina Dina ; su primera mujer, tuvo una historia de amor secreta orquestada nada menos que por la CIA en Hollywood. Un romance con la actriz de serie B más famosa de la época: Susan Cabot.
Los detalles de este escandaloso romance son públicos gracias a la desclasificación de unos informes de la CIA, ya que la monarquía hachemita se encargó d e enterrar cualquier pista que relacionara a Hussein con su amante en Hollywood. Todo el relato se cuenta en apenas tres páginas y confirma una fecha clave: 1959. El Rey tenía 24 años y llevaba ya dos años divorciado, tras un fallido matrimonio por conveniencia con la reina Dina. Parece que los servicios secretos estadounidenses estaban más que interesados en tejer una relación estrecha con Hussein por razones geopolíticas, y pensaron que una manera rápida de conseguirlo era satisfacer los deseos del joven rey en cuestión de mujeres.
En el dossier de la CIA se lee lo siguiente: «El Rey se mostraba especialmente deseoso de disfrutar de compañía femenina durante su visita a Los Ángeles, y se solicitó que se hicieran los arreglos apropiados para satisfacer este deseo». Los arreglos tuvieron que ver con un conocido de la agencia, famoso por surtir de chicas de Hollywood las fiestas del legendario millonario Howard Hughes. De hecho, el encuentro del rey Hussein con Susan Cabot se produjo en una fiesta en casa de uno de los amigos de Hughes, el millonario de la industria del petróleo Edwin Pauley.
Entonces Susan Cabot tenía 32 años y mucha experiencia en Hollywood y sus fiestas. De hecho, los intermediarios de la CIA le dijeron directamente que tenía que acostarse con el rey Hussein. El informe desclasificado asegura que la actriz declinó la propuesta, pero que finalmente «asistió a la fiesta y quedó encantada con Hussein, al que encontró de lo más encantador». Algunos días después de dicha fiesta, el monarca jordano pidió a la CIA que arreglara una cita entre él y Cabot en Nueva York. La agencia gubernamental alquiló una casa en Long Beach y una habitación en el Hotel Barclay de Manhattan para que pudieran verse con la mayor discreción.
La relación era arriesgada, y no solo porque un monarca no podía ser relacionado con una actriz de serie B, estrella de películas de terror de bajo presupuesto (no era precisamente Grace Kelly) y, además, casi diez años mayor. Además, Susan Cabot, cuyo nombre real era Harriet Shapiro, era judía. El escándalo hubiera sido máximo de saberse su romance con el único rey musulmán que puede demostrar ser descendiente de Mahoma. Por suerte para ambos, todo pudo mantenerse en secreto. No se sabe cuánto tiempo estuvieron juntos, pero lo que sigue te va a sorprender más aún. Eso sí: entramos en el territorio de la especulación.
En 1961, el rey Hussein conoce a Antoinette (Toni) Gardiner y en cuestión de seis meses se casa con ella. La princesa Muna, título que conserva hoy, es la madre del actual rey de Jordania, Abdalá II. En teoría, el romance con Susan Cabot tendría que haber terminado, pero la actriz tuvo un hijo en 1964, su único hijo, cuya paternidad se atribuye a Hussein. Este dato jamas debió hacerse público, pero las circunstancias de la muerte de Cabot en 1986 dieron lugar a un investigación que sacó a la luz un dato inquietante: la actriz recibía una mensualidad de 1.500 dólares de los abogados del Rey en Amman.
A sus 59 años, Susan Cabot fue asesinada en la casa que compartía que su hijo Timothy, de entonces 22 años, en Encino (California). Tony relató a la policía que «un latino vestido como un ninja japonés» había irrumpido en el domicilio de ambos y había cosido a su madre a golpes para robarles. Sin embargo, la policía descubrió que había sido su hijo el que había golpeado brutalmente a su madre con una pesa. Él se declaró culpable en el juicio y alegó problemas mentales. Parece ser que Cabot había sufrido de problemas mentales y su hijo también, a causa de unas hormonas del crecimiento que le obligó tomar en su infancia. Timothy nació con enanismo.
Los médicos confirmaron que Timothy había sido víctima de un «terrible experimento fallido»: en su niñez le inyectaron hormonas recogidas de la pituitaria de cadáveres para conseguir que creciera 30 centímetros. Los jueces tuvieron en cuenta su situación y salió libre en 1989, aunque murió en 2003 a causa de un fallo cardíaco sin que se aclarara su paternidad.
20 de enero-18 de febrero
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