Si olvidamos las intrigas palaciegas con hermanos y medio hermanos del rey de Jordania y su fabulosa reina, Rania, tenemos que reconocer que la familia real jordana suele posar en los retratos oficiales henchida de orgullo, y mucho de ese orgullo deviene de sus dos representantes femeninas: la princesa Iman y la princesa Salma. Las hijas de la reina Rania de Jordania y el rey Abdalá han conseguido convertirse en motivo de orgullo para sus padres… y en las princesas más atípicas y desconocidas del panorama royal.
Dos años después de que naciera el que hoy es el príncipe heredero de Jordania, el príncipe al Hussein, la reina Rania de Jordania dio a luz a la princesa Iman. La princesa que cuenta hoy con 25 años ha seguido una carrera tan discreta como repleta de formación de lujo.
Como su hermano mayor la hija mayor de Rania de Jordania se formó en la International Academy de Amman en la que, además, destacó por su desempeño deportivo en atletismo y como amazona. Tras su paso por Amman, la princesa viajó hasta Nueva York para completar su formación en la prestigiosa escuela de diseño Parsons de a que ya se ha graduado.
Para los medios aficionados a todo lo royal, Iman es la heredera directa de la belleza y el buen gusto de su madre ( buen gusto que alimenta con Prada y otras firmas de lujo). Aunque ha mantenido siempre un perfil bajo y discreto (al contrario que su madre no posee perfil de Instagram y por no saber no se sabe ni si tiene pareja o no), se la ha podido ver en visitas oficiales acompañando a sus padres, como cuando visitó con ellos China y Japón.
Vídeo. Rania de Jordania: sus mejores looks
En 2020 su compromiso con la agenda real jordana aumentó y acompañó a su madre a su primera visita oficial en tiempos de coronavirus a la zona de Um Qais, uno de los enclaves turísticos fundamentales del reino hachemita, y se divirtió posando sin mascarilla y cosiendo. Pero si hubo una ocasión en la que captó la atención de los medios fue cuando cumplió 13 años y acudió a la boda de la princesa Victoria de Suecia con Daniel Westling.
Nacida en el años 2000, la segunda hija de la reina Rania es casi opuesta a su hermano mayor. Mientras la carrera de Iman y su paso por Estados Unidos fue casi un secreto de estado (durante años no fue público ni siquiera qué estaba estudiando), los progresos de Salama han sido siempre bien aireados al mundo porque la princesa ha decidido convertirse en un ejemplo para todas sus coetáneas.
De izquierda a derecha, el príncipe heredero Al Hussein, la princesa Salama en su graduación de la cabdemia militar británica, el rey y la reina, y la princesa Iman. /
La princesa Salma, tras pasar su formación obligatoria en el mismo centro de Amman al que acudieron sus hermanos, eligió seguir formándose en una carrera militar. Y no en cualquiera, sino en la academia británica a la que acuden todos los royal europeas (y su propio padre cuando era joven) la Royal Military Academy Sandhurst.
En 2018 completó la fase británica de su entrenamiento militar para unirse posteriormente al ejército jordano y convertirse en la primera mujer de ese país en conseguir completar la formación para ser piloto militar. «¡ Brillante y trabajadora como siempre! Felicidades por recibir tus alas y prepárate para más éxitos y logros«, le dijo el príncipe Hussein cuando el padre de ambos le puso a su hermana su insignia oficial de piloto. Sin duda, las hijas de Rania de Jordania han sabido convertirse en el orgullo de su familia.