Hace unos meses se especuló con la posibilidad de que la infanta Elena estuviera saliendo con Ángel Villamor, el traumatólogo del rey emérito. Pero, a sus 58 años, divorciada y madre de dos hijos veinteañeros ( Victoria Federica y Froilán de Marichalar y Borbón) que siguen dándole alguna preocupación que otra, infanta Elena de Borbón parece no querer rehacer su vida sentimental o quizá haberla rehecho sin necesidad de compañía.
Ella sigue volcada en su trabajo en la Fundación Mapfre, en su vida familiar, en la hípica y en sus amistades. Su vida es discreta y salta a los titulares muy a su pesar, como cuando decidió vacunarse contra la covid en Abu Dabi, junto a la infanta Cristina, causando un gran revuelo, y recientemente, cuando se ha cambiado termporalmente de c asa al barrio de Almagro, por una obras de reforma en la suya. Ya no tiene agenda oficial desde que su hermano Felipe la excluyera, igual que a Cristina, de la Familia Real.
Ella es solo familia del Rey. Está muy unida a su padre, al que visita regularmente en su «retiro» y seguro que seguirá siendo un gran apoyo para su hermana la infanta Cristina, en su nueva soledad camino del divorcio. Pero, al igual que doña Cristina, doña Elena también fue una «soltera de oro» antes de su matrimonio con Jaime de Marichalar. Hubo un tiempo en que su nombre aparecía asociado a jóvenes deportistas, empresarios y aristócratas. Repasamos sus relaciones de juventud y las que se le han adjudicado como mujer divorciada.
Hay quien dice que fue el amor de su vida. El sevillano Luis Astolfi era la gran estrella de la hípica española en los años ochenta y éste se convirtió en su nexo de unión. Fue su primer novio, aunque nunca se hizo oficial. Ella tenía 23 años y él 27 cuando se conocieron y empezaron su relación en 1984. La primera vez que se les fotografió juntos fue el Rocío chico– el traslado de la Virgen del Rocío a su pueblo de Almonte, que se celebra en agosto cada siete años–, en 1986.
Solían salir siempre en grupo para evitar las imágenes de la prensa. La presencia de los guardaespaldas tampoco hacía fácil obtener fotos de ellos a solas. Sin embargo, sólo estuvieron dos años juntos. La razón: Astolfi le confesó a la Infanta que no se veía con fuerzas para afrontar el escrutinio constante de los medios de comunicación, aunque parece que ella sí quería hacer la relación oficial. Astolfi, cuatro veces olímpico.
Se casó en 1990 con Isabel Flórez, una empresaria sevillana, amiga de toda la vida., aunque se separaron en 2012. Tienen dos hijos, Luis, que también es jinete, y Marina. A pesar de los rumores sobre una supuesta nueva relación, se trata solo de una buena amistad que ha perdurado a lo largo de los años. Coinciden en campeonatos y en exhibiciones.
Parece que tuvieron una relación que duró apenas tres meses, según contó él en sus memorias, «De Cayetana a Cayetano». Se cuenta que el rey emérito llegó a decirle a la Duquesa de Alba «¡vamos a ser familia!», un comentario que escucharon algunos periodistas. Fue entonces cuando Cayetano se echó atrás. Él y la infanta guardan también una muy buena relación y coinciden en concursos hípicos.
Un año después de terminar su relación con Luis Astolfi, doña Elena se instaló en París un tiempo y parece que allí nació un romance con Jorge de Habsburgo-Lorena, segundo hijo del archiduque Otto de Habsburgo, jefe de la casa Imperial de Austria-Hungría, y nieto del último emperador.
La relación no prosperó porque parece que ella no sentía lo mismo que él. Hoy, Jorge está casado con la duquesa Eilika de Oldemburgo. También se habló de un posible idilio con el archiduque Martin de Austria-Este, hoy casado con la princesa Katharina de Oldemburgo. Parece que ambos guardan una buena relación con la Infanta. También se publicaron rumores sobre su supuesta relación con el duque Eberhard de Wurttenberg, pero solo eran eso, rumores.
En 1995, tres años antes de convertirse en la esposa de Jaime de Marichalar, los rumores la emparejaban con el arquitecto malagueño Alfredo Santos Galera, con el que parece que salió durante casi dos años, tras conocerse en 1992, en una salida de amigos a un conocido bar de copas de Madrid. Luego coincidieron en Sierra Nevada y en Málaga, de donde era Alfredo. Pero la relación no prosperó.
Apareció en las crónicas un año después de su divorcio de Jaime de Marichalar, en 2009. Los rumores arreciaron por la gran vinculación de Jaime Zuleta con la familia real. Sin embargo, el jinete estaba y está casado con la abogada Rocío Martín, sobrina de Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba, y solo era su entrenador, además de un amigo íntimo, pero solo amigo.
El jinete ocupo el siguiente puesto en la lista de posibles novios post-divorcio de la Infanta, pero sólo eran buenos amigos y habían coincidido en algunas vacaciones en Baleares.
Monitor de esquí de sus hijos Felipe y Victoria, fue el siguiente en la lista. Aparecía en una foto tomada en febrero de 2008 en Baqueira Beret, besando a la infanta, pero no parece que fuera una relación sentimental.
Su nombre surgió hace dos años. Acudieron juntos a un partido de baloncesto, a la cabalgata de Reyes, estuvieron de viaje en Río de Janeiro. Pero Fernando Garrido es director general del Instituto de Acción Social de Mapfre, y solo mantienen una muy buena relación profesional, por lo que no extraño verlos juntos.
Los rumores surgieron en 2020. Él es el médico del rey emérito y el responsable de sus últimas operaciones, entre ellas la de cadera, tras el accidente de Bostwana. Lo rumores nunca llegaron a confirmarse.