La polémica historia de Frances Roche, la madre de Lady Di que la abandonó cuando era niña y la traicionó antes de su trágica muerte vendiendo sus intimidades, secretos y dramas a la prensa

La figura de Diana de Gales sigue copando titulares. El 31 de agosto se cumplirán 24 años de su trágica y prematura muerte, pero su espíritu está más vivo que nunca . Muchos han querido marcar en los últimos meses un paralelismo entre su vida como miembro de la Familia Real británica y la de Meghan Markle, incluso ha vuelto a renacer como icono de estilo, influyendo en las tendencias de temporada . Títulos como la aclamada serie 'The Crown' han ahondado en su figura y la imagen del sobrecogedor primer cartel oficial de 'Spencer', el biopic que protagoniza Kristen Stewart y que se estrenará en pocos días en el Festival de Venecia, ha dado la vuelta al mundo. Parece que, incluso, el Príncipe Harry está preparando sus memorias . Sin embargo, a pesar de todo lo que creemos saber sobre Lady Di, hay una figura clave que, a menudo, se pasa por alto y que, sin duda, marcó la vida de Diana desde su infancia: su madre, Frances Roche. Esta es su escandalosa historia.

La vida de Lady Di ha estado marcada por el drama. A su trágica y prematura muerte se le suma el acoso casi enfermizo de la prensa durante años, un matrimonio infeliz marcado por el desamor y la infidelidad desde casi antes de sus comienzos, una malísima relación con su familia política (los Windsor, ni más ni menos, con la todopoderosa Reina II a la cabeza), las traiciones de los que creía sus amigos, los desórdenes alimenticios y, lo que muchos no saben: una infancia marcada por el abandono de su madre.

Cuando Diana solo tenía 6 años su madre hizo las maletas y se fue. Después de trece años de matrimonio, Frances Roche dejaba a su marido, el vizconde Althorp John Spencer y a sus cuatro hijos en común por el empresario australiano Peter Shand Kydd. Frances y John se habían casado en 1954 en una boda que fue el gran acotencimiento del año en la alta sociedad británica, y durante más de una década formaron una de las parejas más solicitadas y envidiadas, con una familia aparentemente idílica. Pero todo saltó por los aires y el escándalo fue mayúsculo entre en los círculos aristocráticos de la época. Desde ese momento, la pequeña Diana, Sarah, Jane y Charles (sus hermanos) quedaron bajo la tutela de su padre, y crecieron al cuidado de institutrices, niñeras y la feroz Lady Fermoy, su abuela (e íntima de la Reina Madre). La madre hacía apariciones esporádicas en la vida de sus hijos, tanto en sus primeros años, como en la edad adulta, cuando sus idas y venidas causaron aún más inestabilidad en Lady Di.

Diana de Gales contó a su biógrafo, Andrew Morton, que «mi madre me decepcionó terriblemente con la boda. No paraba de llorar y decía que no podía con la presión». Sin embargo, poco después de su 'sí, quiero' al Príncipe Carlos, Frances Roche volvió a aparecer en la vida de Lady Di (Peter Shand la había dejado por una mujer más joven). Pasaron unas vacaciones juntas con los pequeños Guillermo y Harry en la isla del magnate Richard Brandson y parecía que madre e hija podrían recuperar el tiempo perdido, pero su acercamiento no fue definitivo. Frances 'culpó' a su hija de su divorcio del australiano por la presión que había supuesto para la pareja la entrada de Diana en la Familia Real británica, e intentó entrometerse en las nuevas relaciones de Lady Di cuando esta, finalmente, puso fin a su relación con el Príncipe Carlos.

Esos asaltos a su vida privada dinamitaron los últimos cartuchos de una relación madre-hija marcada por las ausencias y las culpas, pero la gran explosión final llegó cuando una indiscreta Frances se dedicó a cacarear entre la prensa más amarillista de la época los secretos de Diana, que falleció el 31 de agosto de 1997 sin haberse reconciliado con su madre.