Por qué no vemos nunca a la princesa Leonor y la infanta Sofía relacionarse con sus primos Marichalar y Urdangarin

Todo debe cambiar para que lo sustancial continúe. Si se trataba de mantenerse a flote ante la sucesión de escándalos familiares, no hay duda de que el rey Felipe VI y la reina Letizia lo están consiguiendo. Sin embargo, su política de cordón sanitario con gran parte de su propia familia, los Marichalar y los Urdangarin , comienza a sonar a hueco a pie de calle, donde ya casi nadie termina de creerse que el rey le haya negado el pan y la sal a sus hermanas y a su propio padre. Sería muy cruel, demasiado, cortar absolutamente la relación. De hecho, muchos analistas ya comentan en abierto, en televisión, que existen llamadas de teléfono y visitas fuera de cámaras.

Es comprensible que la vinculación institucional se ponga en suspenso mientras la relación familiar sigue su curso, que tiene que ser el de la reconciliación. Lo que no se entiende es que tal cordón sanitario impida que exista relación, contacto y foto entre la princesa Leonor y la infanta Sofía y sus primos Urdangarin y Marichalar. No hay testimonio gráfico de una reunión desde 2013.

Efectivamente, las cronistas reales han ido salpicando sus crónicas con reuniones sin cámaras, casi siempre promovidas por la reina emérita Sofía, entre las niñas Borbón y la pequeña Urdangarín, pues Irene nació en el mismo año que Leonor y son buenas amigas. De hecho, parece que siempre ha existido mayor vinculación con los Urdangarín que con los Marichalar, varios años más mayores y acaso enredados con su madre, la infanta Elena, en una complicada relación con una cada vez más poderosa reina Letizia.

Lo cierto es que las infantas y sus hijos tuvieron que desertar de los veranos en Marivent al destaparse el caso Nóos y los problemas fiscales del rey emérito, cosa que se ha llevado por delante la tradicional reunión de todos los primos al calor de los veleros del puerto de Palma de Mallorca. La última foto que tenemos de todos ellos juntos tiene, como decíamos, casi una década.

No podemos, nadie puede de hecho, evaluar la relación familiar que puede existir entre las tres familias que han salido de Zarzuela: la familia real, los Urdangarín y los Marichalar. Sencillamente porque la política de Casa Real pasa por mantener una asepsia quirúrgica entre el núcleo Borbón y el resto de los miembros de la familia.

Sin embargo, esta escrupulosa separación pública que responde a una 'guerra de mayores' no debería salpicar a los primos, ni dificultando el encuentro entre ellos fuera de cámaras ni dando la apariencia cara a la ciudadanía que no tienen ninguna relación. ¿Acaso no es extraño este aislamiento de la familia real, al menos en lo que a las jóvenes generaciones se refiere? Y si es cierto que sí existe buena sintonía entre las hijas de Letizia y los hijos de la infanta Cristina, ¿por qué parece no haber contacto alguno entre Froilán, Victoria Feerica y Leonor y Sofía?