viaje romántico

Así fue la luna de miel de Letizia y Felipe: islas paradisíacas, hoteles de gran lujo y dos polémicas

Los reyes tuvieron dos lunas de miel: una por España y otra, privada, en la que recorrieron exóticos destinos. El viaje estuvo salpicado por la polémica cuando se supo su precio y que lo había organizado Corinna Larsen.

Felipe y Letizia en su luna de miel / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Fue justo al día siguiente su boda cuando los entonces príncipes de Asturias se dejaron ver en Cuenca, en el inicio de su luna de miel, que inauguraron haciendo un recorrido por España. En esta primera parada, se alojaron en el Parador Convento de San Pablo y cenaron en el mesón Casas Colgadas. Al día siguiente visitaron la catedral y el puente de San Pablo y se dirigieron a Albarracín, en Teruel.

Por la tarde llegaron a Zaragoza, donde visitaron la Basílica del Pilar. Su siguiente parada fue Sos del Rey Católico , en Zaragoza, donde pernoctaron en el Parador Nacional. Después viajaron a Olite, en Navarra y, más tarde, a San Sebastián, donde comieron en el restaurante de Arzak, tras visitar el museo Chillida Leku.

La pareja se mostró feliz y atendió a los numerosos curiosos que querían felicitarles por su boda y se hicieron fotos, siempre de la mano y con sonrisas muy cómplices. Eran, sin duda, una pareja enamorada .

Boda en Jordania

Don Felipe y doña Letizia regresaron a Madrid, tras este primer viaje y desde allí viajaron, junto a la reina Sofía, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, a Jordania, para asistir a la boda del príncipe Hamzah y la princesa Noor y donde parece que pasaron cinco días. Los entonces príncipes aprovecharon para visitar Petra, donde posaron para los fotógrafos. Don Felipe no se separó de su cámara de fotos y se llevó numerosos recuerdos de la antigua ciudad de los nabateos.

A partir del 31 de mayo, la pareja inició un viaje privado, desde Aqaba, y recorrió numerosos destinos exóticos, alojándose en algunos de los resorts más lujosos del mundo. Estuvieron en Samoa, Fiji, California, México o las islas del Pacífico. El viaje duró unas tres semanas, hasta el 22 de junio, cuando se cumplía un mes de su boda. Fue un recorrido de ensueño. El punto más lujoso del recorrido fue, probablemente, el resort Wakaya de las Islas Fiji, donde una suite cuesta 6.000 euros.

Felipa y Letizia en su luna de miel / gtres

Este complejo ofrece villas privadas en plena selva tropical que están rodeadas de arrecifes de coral y disponen de piscina privada, chef personal, jacuzzi y cancha de tenis. El complejo ofrece también paseos en helicóptero y una cocina de renombre internacional. Don Felipe y doña Letizia se hospedaron bajo el nombre de Sr. y Sra. Smith, un apodo que utilizaron en varias etapas de su viaje. De Wakaya, donde estuvieron cinco días, viajaron a la isla de Denarau, donde se alojaron en el hotel Sheraton, donde también hay villas con jardines privados.

Don Felipe y doña Letizia visitaron también Camboya, donde pernoctaron en el emblemático hotel Le Raffles, en Phnom Penh, donde la noche en la suite royal cuesta 1.500 euros y donde se puede disfrutar de servicio de mayordomo las 24 horas. Otras informaciones aseguraban que habrían visitado también Omán y la isla de Koh Muk, en Tailandia, y La India.

El precio de la luna de miel, revelado por la prensa inglesa

En 2020, este viaje de novios se vio envuelto en polémica cuando el diario británico '«The Telegraph' publicó en exclusiva su precio y quién había corrido con los gastos, muy elevados, del recorrido. Según el diario la luna de miel costó unos 450.000 dólares. La publicación aseguraba que los habían pagado, en parte, don Juan Carlos y, en parte, su amigo Josep Cusí, compañero de regatas. Este viaje habría sido un regalo de bodas de los reyes a su hijo y su esposa.

La polémica ya había salpicado a la luna de miel de Don Felipe y Doña Letizia cuando se supo, en 2014, que el viaje había sido organizado por Corinna Larsen, la amiga del rey Juan Carlos. Según la información, desvelada por «Vanity Fair», la ex princesa alemana gestionaba una agencia de viajes de lujo en aquel tiempo.

Corinna habría hecho las reservas, escogido los destinos y organizado todos los desplazamientos y los contactos con las embajadas para salvaguardar la total privacidad de los viajeros. Larsen comentaba a su círculo lo complicado que estaba siendo el proceso y que temía que pudiera haber una filtración, según relataba la revista. Aquel encargo parece ser que fue el primero de otros que realizó para Don Juan Carlos.