La reina, con el chaleco rojo de cooperación, en Guatemala / getty images

incansable

Lo que no se vio del segundo día de Letizia en Guatemala: la reina escucha a las mujeres, atiende a los niños y le roba plano al alcalde

No puede evitarlo. En cuanto se encienden los focos y enfoca la cámara, Letizia tiene que hacer lo que mejor sabe hacer: resumir en cuestión de segundos la misión de cooperación de España en Guatemala.

Dos escenas protagonizadas por sendas reinas dieron hoy la vuelta al mundo viral, aunque por motivos bien distintos. En una, Brigitte Macron, primera dama de Francia, intenta tomar de la mano a Camilla del Reino Unido tras depositar un ramo de flores en un memorial por los caídos en el desembarco de Normandía. Se ve perfectamente cómo la monarca británica, horrorizada por el contacto físico, se zafa como puede de su rubia amiga. En la otra, Letizia de España, en viaje de Cooperación en Guatemala, le roba el foco al alcalde de un pueblo para colocar el mensaje de la cooperación española 'comme il faut'.

Hemos aquí ante dos estampas hasta cierto punto extemporáneas. La reina Camilla no supo responder a un gesto de hermanamiento propio de estos tiempos de máxima exteriorización afectiva y, parapetada en el protocolo, dejó a la primera dama francesa en evidencia. La reina Letizia no puede, evidentemente, controlar su ansiedad de perfección, mucho menos cuando toca a su profesión. Por querer trasladar el mejor mensaje, le enmendó la plana a su anfitrión. Todo quedó inmortalizado por las cámaras.

Son dos anécdotas mínimas en un día interminable para ambas soberanas, pero qué reveladoras suelen ser estas instantáneas. Letizia no puede estar más en su salsa en sus viajes de cooperación. La reina va siempre vestida con chaleco y sobre el terreno, probablemente porque le recuerda a sus añoradas misiones de reportera. Sabemos que Letizia se prepara cada desplazamiento como si fuera a grabar una pieza para Informe Semanal. Comprensible que no quiera dejar fuera del minuto de oro el dato definitivo.

Qué pasó entre Letizia y el alcalde

La escena transcurrió como sigue. Letizia dedicó la primera parada de su segundo día en Guatemala a visitar el pueblo de San José de Chacayá, donde la cooperación española ha contribuido a mejorar el abastecimiento de agua y el saneamiento, además de llevar a cabo una iniciativa contra la desnutrición infantil. Las mujeres maya recibieron a la reina con hojas de pino en el suelo, símbolo de suerte y bienvenida.

Letizia escuchó las explicaciones que le dieron maestras y lideresas y estuvo en una clase infantil sobre higiene personal. Los niños se le dan de fábula a la reina. Va a ser una abuela tremenda. Las cámaras captan, sin embargo, la insumergible resistencia de la reina, una mujer de acción, a limitarse a la escucha de los testimonios que salen a su paso. Al saberse grabada, no podía evitar tomar la palabra en momentos en los que debía, sencillamente, prestar atención. Dejar que sus interlocutoras, que son las que viven en sus propias carnes las dificultades, llevaran la voz cantante.

La reina Letizia, en Guatemala, rodeada de niños. / casa real

Guatemala es un país arrasado por la pobreza y la violencia: está entre los estados más desiguales del mundo. La malnutrición infantil campa. Según Unicef, el 49,8% de los niños guatemaltecos sufre desnutrición crónica. Es el primer lugar en América Latina y el sexto en el mundo en cuanto a desnutrición infantil. La violencia contra las mujeres también están a la orden del día: es el segundo país de la región con más feminicidios. El primer es Brasil, con una población de 210 millones de personas y 1706 mujeres asesinadas en 2023. en Guatemala, con 18 millones de habitantes, las asesinadas fueron 601.

Luis Florencio García, alcalde de este pueblo situado a unos 150 kilómetros de Ciudad de Guatemala, cerraba la visita de Letizia a su pueblo con un agradecimiento ante las cámaras de Televisión Española. «Quiero dar las gracias a la cooperación española que ha venido a trabajar muy fuertemente con nosotros aquí en la municipalidad. Agradezco de todo corazón en nombre del consejo municipal y en nombre de San José de Chacayá. Mil gracias por el trabajo que han hecho, sobre todo en agua y saneamiento», llegó a decir. Hasta que fue interrumpido por la reina.

«Que además ha ayudado a reducir un 2% la desnutrición crónica infantil, que es muy importante. Porque ese 2% puede parecer poco, pero ahí hay vidas mucho más sanas de muchos niños y muchas niñas», apostilló Letizia, dando por terminado el discurso del alcalde. La reina tenía toda la razón: 37 niños sobrevivieron a la desnutrición gracias al programa de la cooperación española. El que quedó tocado en su orgullo fue el pobre Luis Florencio, interrumpido y corregido por su propia benefactora.

Letizia, siempre periodista

A estas alturas, parece ya difícil que Letizia controle estos desbordamientos informativos, arrebatos que no son más que tics de buena estudiante mezclados con los patrones propios de su vieja profesión, el periodismo. Tampoco parece probable que la reina Camilla se deje tocar y abrazar como mandan los tiempos, por mucho que sus asesores de comunicación la animen a ello.

La segunda jornada de Letizia en Guatemala tuvo dos paradas más, en Chimaltenango, donde la reina visitó un centro integral de atención a las mujeres y una iniciativa que busca el empoderamiento económico y político de las mujeres de los pueblos originarios, Y en Antigua Guatemala, donde mantuvo un encuentro con los cooperantes españoles que trabajan en la zona. Al terminar, antes de entrar en el coche blindado que la llevaba directa al aeropuerto, Letizia pudo despedirse de algunas fans que le gritaban «te amamos mucho», «te queremos». La reina les contestó: «Hasta luego, muy amables». A ella no le habría importado estrecharles la mano.