Quién es la condesa de Gisbert, la última aristócrata nombrada por el rey emérito Juan Carlos y la mujer que aconsejó al rey Felipe que hiciera un matrimonio a la altura

No es la primera ni la última foto que veremos de la reina Letizia con la condesa de Gisbert, aunque no es tanto como aristócrata sino como historiadora que recibe premios, acude a recepciones y figura como la intelectual con más influencia en la familia real española. Carmen Iglesias goza del favor y la amistad tanto de la reina como de la reina emérita Sofía , el rey Felipe VI, del que fue tutora durante 20 años, y el resto de los Borbón. Incluido el rey emérito Juan Carlos.

El crédito y la solvencia institucional de Carmen Iglesias (80 años), condesa de Gisbert desde 2014, recibe ahora el aval de su enésimo premio, que ha sido entregado por la emérita Sofía. Se trata del Premio de Historia Órdenes Españolas a toda su trayectoria investigadora, galardón que se sumará a la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y el Premio Nacional de Historia que Iglesias ya posee.

Catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Universidad Complutense y de las Ideas y Morales y Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos, Carmen Iglesias vivió un año clave en 2014. La historiadora y duquesa de Gisbert, especializada en lo hispánico y su proyección en el mundo, se convirtió en la primera mujer directora de la Real Academia de la Historia (RAH), de la que es miembro desde 1991.

La Academia de la Historia vivió varias polémicas en aquellos años, una de ellas por su resistencia a admitir a mujeres (entonces solo tres entre 32 académicos) y por declaraciones de su anterior director, Gonzalo Anes, marqués de Castrillón. Preguntado por la ausencia de académicas, Anes opinó que las historiadoras estaban «menos preparadas que los hombres».

La designación de Carmen Iglesias como directora de la RAH fue un bálsamo, pues también superó otra gran polémica por la biografía dedicada a Francisco Franco en el nuevo Diccionario Biográfico. La versión de Anes no mencionaba que Franco había sido un dictador. Tras la corrección de la condesa de Gisbert, el diccionario se completó con éxito en 2013 y se trasladó a internet en 2018.

Carmen Iglesias acertó al encargar rápidamente una nueva biografía de Francisco Franco que contara con fuentes historiográficas actualizadas que sí le calificó de dictador. Además, el número de mujeres que se han sentado en la Academia de la Historia desde su fundación pasó de tres a siete.

Quizá porque 14 de los 37 directores de la Real Academia de la Historia eran aristócratas, poco antes de ser elegida directora de la Academia de Historia, Carmen Iglesias recibió el ducado de Gisbert de manos del rey Juan Carlos I el 13 de mayo de 2014. Fue el último título nobiliario que entregó el rey emérito y no pasará a los descendientes de Iglesias, pues es vitalicio.

«La brillante e intensa labor académica y docente de doña María del Carmen Iglesias Cano, al servicio de España y de la Corona, merece ser reconocida de manera especial, por lo que, queriendo demostrarle mi Real aprecio», dijo el rey Juan Carlos de la entonces ya académica de la Real Academia de la Lengua.

La amistad de Carmen Iglesias con la familia real, en especial con el rey Juan Carlos y la reina Sofía, venía de largo Los eméritos decidieron que Iglesias fuera la tutora de la infanta Cristina desde 1984, mientras cursaba Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense. A finales de los 80, se convirtió además en profesora de historia del príncipe Felipe y en una persona de confianza.

La relación de amistad entre la familia real y la duquesa de Gisbert se ha mantenido a lo largo de los años, y Carmen Iglesias ha recibido encargos delicados de los reyes. Fue precisamente la historiadora la que habló con el príncipe Felipe cuando parecía que su romance con Eva Sannum prosperaría. Los reyes temían que se produjeran en España entrevistas tan terribles como la que concedió Diana Spencer en 1986,

Cuando la princesa de Gales reconoció en televisión que en su matrimonio eran tres, o sea, que su esposo Carlos de Inglaterra le era infiel, un escalofrío recorrió las espaldas coronadas de las familias reales europeas. Incluida la española. Los reyes quisieron trasladar a su heredero que debía tener cuidado al elegir a la futura reina y, según las crónicas, fue Carmen Iglesias la encargada de hacerlo.

La duquesa de Gisbert dijo al príncipe de Asturias que «todo el mundo espera un matrimonio de una altura». Parece que la respuesta del Príncipe Felipe fue la siguiente: «Mira, Carmen, cuando la excelencia solo era de unos pocos y la poseía solo un grupo social, tenía sentido, pero ahora la excelencia ha ido también hacia abajo y ha permeado todas las capas sociales». Su acierto es obvio: se llama Letizia Ortiz.