No es fácil, nada fácil, escudriñar la vida fuera de la agenda oficial de la reina Letizia, lógicamente parapetada en Zarzuela para preservar esa intimidad que tanto ha tenido que defender, para ella y para Leonor y Sofía. De hecho, de unos años a esta parte han disminuido los 'avistamientos' de Letizia 'en libertad'. La hemos visto en cenas, cines y conciertos .Ahora la hemos pillado en otro de sus hábitats naturales: la feria de alimentación bio y vida sostenible BioCultura.
Tiene todo el sentido que Letizia haya querido visitar una feria como BioCultura, la más importante del calendario anual dedicada a la vida sostenible en todos sus aspectos: desde alimentación bio a ropa artesana o productos de limpieza eco. De hecho, es la cita obligada para las personas que quieran mantenerse al día en cuanto a innovación, investigación y consumo en estilos de vida saludables. Lo último está aquí.
No es la primera vez, sin embargo, que la reina visita BioCultura, un detalle que subraya el compromiso personal de Letizia con los pequeños productores, artesanos y empresarios que deciden producir dentro de los parámetros de la sostenibilidad. Eso sí: en 2016, 2017 y 2018 lo ha hecho siempre a título personal, de incógnito y sin avisar, aunque se ha dejado fotografiar sin problemas para visibilizar este esfuerzo.
Sabemos del exhaustivo control que Letizia impone en la dieta familiar, escrupulosamente limpia de químicos y procesados y equilibrada al máximo desde el punto de vista de la nutrición. La reina controla al milímetro lo que entra en su organismo, y la prueba está en el vuelco que ha dado la narrativa al respecto de su físico en los últimos años.
Ya no nos acordamos, pero hace no demasiado la polémica al respecto de la delgadez de la reina Letizia eran intensa. Se le achacaba una falsa anorexia debido a su complexión delgada y a su estricta dieta. Ahora, gracias a su intenso entrenamiento, admiramos sus trabajados músculos.
Esta visita de la reina Letizia tiene especial significado, además, por coincidir con la COP27 o Cumbre del Clima en Egipto, la nueva reunión de líderes mundiales para atajar la crisis climática. Aunque la agenda institucional de la reina no tenga demasiados eventos en los que pueda mostrar su apoyo a la gran transformación a la que se aboca el sistema productivo mundial, este gesto indica que, al menos personalmente sí está comprometida con la conservación del legado de futuro.
Resulta significativo, sin embargo, que la reina haya querido romper su invisibilidad habitual con una visita a BioCultura. Hay que tener en cuenta que en los últimos años han disminuido las ocasiones en las que la veíamos asistir a distintos espectáculos, como una ciudadana más.
Esas salidas antes frecuentes a cines, rebajas, librerías, museos, cenas y teatros, ahora menudean.Puede que el parón de la pandemia haya influido. Quizá también una mayor conciencia de los costosos operativos de seguridad que genera cada una de sus salidas.
En esta visita a BioCultura, la reina ha vuelto a recorrer atentamente todos los pasillos de la feria, pero se detuvo un poco más en algunos. Se llevó, por ejemplo, embutidos ecológicos de La Rioja, con lo que volvemos a comprobar que no es es ni vegetariana ni vegana. Estos productos artesanos, además, se agotaron.
Letizia quiso detenerse también en el 'stand' de Dr. Goerg, una marca especializada en todo tipo de productos realizados con coco. También le llamó la atención la artesanía de TicSilver, con joyas de plata realizadas en filigrana cordobesa y charra y relojes y pulseras elaborados con madera y acero.
En todo caso, parece que Letizia sí ha valorado como suficientemente importante esta salida a BioCultura y, ciertamente, su apoyo aunque sea a título personal lo es. De esta manera tenemos claro que la posición de la reina al respecto de lo ecológico no tiene que ver únicamente con la alimentación y la salud, sino también con una conciencia de la creciente centralidad que la crisis climática tiene en el debate público.