Las últimas especulaciones que han convertido en centro de atención al príncipe Lorenzo de Bélgica conciernen a la supuesta ruptura de su matrimonio. Fue el pasado mes de julio, en el desfile del Día Nacional, que fue noticia también porque acudió, por primera vez, Delphine Boël, la hija extramatrimonial del emérito rey Alberto II –padre de Lorenzo–, a la que había reconocido tras años de negación. Pero, casi igual de llamativa fue la ausencia de la Princesa Claire, esposa de Lorenzo, el hermano menor del rey Felipe, por segundo año consecutivo. No estuvo ni en la Misa, ni en la Tribuna Real del Desfile. Claire no ha asistido a ningún acto con la Familia Real desde el concierto de Navidad de 2019. Pero Laurent de Bélgica, lejos de sumarse a esa norma de la Realeza de no hacer comentarios sobre su vida privada, lo dejó claro: «No puedo decir nada al respecto, porque no hay nada que decir. No vivimos separados, eso no es cierto. No sé de dónde viene todo y tampoco me interesa. Punto«.
La prensa, que le considera un alborotador, le llama el «rebelga». Conocidas son sus fotografías durante el desfile nacional de 2019, ostensiblemente aburrido e inquieto, sin quitarse las gafas de sol, mirando su reloj cada dos por tres y hablando por el móvil la mayor parte del tiempo, a pesar de que su esposa se dirigía a él sin disimulo para que dejara de hacerlo. Cuando terminó la ceremonia desapareció sin saludar al primer ministro, Charles Michel. Una periodista se le acercó, para hablarle de su gran popularidad, y el respondió: «No hago nada especial, soy siempre yo mismo».
De él se dice que está obsesionado por el dinero, que incluso regatea al pagar una pizza. En 2007 se convirtió en el primer miembro de la familia real belga en declarar como testigo en un juicio por un caso millonario de desvío de fondos. Admitió que había recibido 175.000 euros de su consejero personal, el coronel Noël Vaessen, para ayudarle a decorar y mantener su mansión, regalo de sus padres, y que sabía que el dinero procedía de la Marina. Sin embargo, negó saber que su origen fuera fraudulento, ante el Tribunal de Hasselt, en el que se juzgaba a 12 empresarios y altos oficiales por supuestas facturas falsas y desvío de fondos. A modo de explicación, dijo que, en los años noventa, no tenía suficientes ingresos para mantener su casa. Fue exonerado, porque no se pudo demostrar su implicación. Desde ese día, estuvo apartado durante una larga temporada de la vida oficial de Palacio.
Pero detrás de sus constantes salidas de tono y a pesar de que hace ostentación de su título y exhibe una fachada arrogante y vanidosa, su vida personal ha sido desgraciada y solitaria. Lorenzo Benoît Baudouin Marie de Bélgica nació el 19 de octubre de 1963 en el Castillo de Belvedere, en Bruselas. Es el tercer hijo del rey emérito Alberto II y la reina Paola. Sus hermanos son el actual rey de los belgas, Felipe, nacido el 15 de abril de 1960, y la princesa Astrid, nacida el 5 de junio de 1962. Ocupa el duodécimo lugar en la orden de sucesión al trono de Bélgica. Desde su juventud multiplicó las provocaciones. Parece que Lorenzo nunca supo cómo encontrar su lugar en la familia real. Asiduo de los internados y de escaparse de ellos, siempre sufrió de la falta de afecto de sus padres, ocupados en sus aventuras extramatrimoniales, que acostumbraban a dejarle en manos de asesores y colaboradores. Nació en la misma época que la hija ilegítima del rey Alberto II, Delphine Boël, hoy reconocida. «. Considerado ciclotímico y melancólico, parece haber sufrido, más que su hermana y su hermano, las desavenencias de sus padres y la indiferencia de su tío Balduino y su tía Fabiola, a pesar de su imagen familiar y almibarada.
Vivió con sus tíos y con otros familiares y amigos. Sufrió acoso por parte de sus compañeros en la escuela segundaria. Para tratar de solucionarlo, Palacio envió al joven príncipe a una remota universidad católica de Ohio, donde Laurent mostró una adicción a asistir a misa: hasta veinte a la semana, sin contar las sesiones confesionales. Al salir de la Real Escuela Militar, donde estudio a continuación, decidió ingresar en la Armada. Fue nombrado alférez de segunda clase en septiembre de 1985 y juró como oficial un mes después. Se especializó como buceador y piloto de helicóptero y fue ascendido al rango de Capitán en junio de 2004.
Lorenzo ha sido siempre considerado como el verso suelto de los Sajonia-Coburgo-Gotha. Hace lo que quiere y critica a quien quiere. En una entrevista con la prensa de su país afirmó: «Mi familia nunca me apoyó. Todo comenzó con mi tío el rey Balduino, luego con mi padre el rey Alberto II. Ellos fueron como la Stasi. Voluntaria o involuntariamente se pone en el centro de atención, como cuando sufrió una caída llegando a la boda de Alberto y Charlene de Mónaco, en 2011, y rodó por la alfombra roja. Inmediatamente circularon rumores sobre su posible estado de embriaguez.
El príncipe ha tenido, además, un trato posesivo y violento con sus parejas. Diane de Schaetzen, novia de Lorenzo entre 1993 y 1995, recibió una paliza que acabó con ella en el hospital, un incidente que la familia real hizo lo posible por tapar. En otra ocasión, le retiraron su permiso de conducir por exceso de velocidad en las calles de Bruselas, y no era la primera vez, ni fue la última. Ante la amenaza del Gobierno de reducir su asignación por viajar sin permiso del Gobierno, Lorenzo de Bélgica escribió una carta de siete páginas al primer ministro, Charles Michel, en la que afirmaba que estaba abocado al «aislamiento social» y que su reducción salarial violaba la convención europea de derechos humanos. Además acusaba a su familia de impedirle encontrar un trabajo, lo que amenazaba su salud. El origen de la penalización era que Laurent había incumplido de forma reiterada la prohibición de acudir a encuentros internacionales sin pedir permiso al Gobierno. El hermano del rey Felipe había acudido por su cuenta a un encuentro en la embajada china con dignatarios extranjeros para celebrar el 90 aniversario de la creación chino y luego lo contó en Twitter.
Pero, a pesar de los rumores, la gran fuerza del príncipe Laurent es su esposa, la princesa Claire. Todo su entorno asegura que se cuidan el uno al otro y que su amor es real. Parece que ella sabe cómo calmar a Lorenzo, como apoyarlo. La pareja se casó el 12 de abril de 2003 en la catedral de Sainte-Gudule y tiene tres hijos: Louise de Bélgica, nacida el 6 de febrero de 2004 y los gemelos Nicolás de Bélgica y Aymeric de Bélgica, nacidos el 13 de diciembre de 2005. Quizá la paciencia de Claire ha llegado al límite. Quizá Lorenzo ha sucumbido definitivamente a sus obsesiones por el dinero, las mujeres y la velocidad y no ha podido evitarlo.