la niñera celestina

Quién es Mabel Anderson, la mujer responsable de que el príncipe Carlos se enamorara de Camilla Parker Bowles

Cuando Carlos y Camilla se conocieron ella quería darle celos a su novio intermitente, Andrew Parker Bowles, y él creyó conocer a su alma gemela. Un flechazo que sólo puede ser explicado si se conoce quién fue Mabel Anderson.

Carlos y Camilla al inicio de su romance, en una imagen de 1975. / GTRES

Silvia Vivas
Silvia Vivas

El secreto de por qué todo un futuro rey como Carlos III perdió la cabeza por una ama de casa sin más aspiraciones que vivir tranquilamente en el campo como Camilla Parker Bowles tiene una explicación: Mabel Anderson. No en vano, como se afirma en el poema de William Ross, «la mano que mece la cuna es la mano que domina el mundo», y en este caso, esa mano forjó el corazón de un rey.

A nadie se le escapa que Carlos III cuando era pequeño no recibió precisamente el amor de unos padres candorosos . Su progenitor, Felipe de Edimburgo, lo consideraba decepcionante y poco varonil y su madre, la reina Isabel II, profundamente irritante.

Por su parte, el príncipe y heredero de la corona estaba realmente desesperado por conseguir la aceptación de sus padres, especialmente la de su madre. pero era una batalla perdida. Como confesó uno de los asesores que le vio crecer a la periodista británica Tina Brown: «Carlos estaba demasiado necesitado, era demasiado vulnerable, demasiado emocional, demasiado complicado, demasiado egocéntrico… El tipo de persona que ella no podía soportar».

La necesidad de afecto maternal acompañó a Carlos III durante toda su infancia y juventud y eso explicó años después el «cuelgue» que sintió nada más ver a Camilla Shand enfundada en sus botas de cuero y sus pantalones de montar ajustados. Un flechazo que se explica analizando el único vínculo satisfactorio que tuvo durante la primera etapa de su vida con una mujer , el que mantuvo con su niñera Mabel Anderson.

Quién fue Mabel Anderson y por qué es tan importante en la vida de Carlos III

Mabel Anderson fue la sirviente leal y discreta de los Windsor durante seis décadas, el tiempo que actuó de niñera de los príncipes y, posteriormente, como parte del personal del palacio de Buckingham. Su confianza con Isabel II era tan grande que la propia monarca la invitó en 2010 a unirse a las vacaciones de verano privadas de la familia real y a menudo se acercaba al palacio para ver la televisión con la reina.

Pero por encima de todo este aprecio, quien más amaba a la niñera era el príncipe Carlos. Mabel llegó a su vida como una madre sustituta cuando era apenas un bebé. Hija de un policía escocés fallecido en un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial, fue contratada originalmente como enfermera para que ayudara a una embarazada Isabel II y luego se acabó convirtiendo en la cuidadora principal del sensible heredero de la corona.

Mabel Anderson, niñera del entonces príncipe Carlos de Inglaterra. / gtres

Su presencia al lado del príncipe era tan común que en los años 60 se convirtió en una especie de celebridad royal, hasta el público y los periodistas la percibían como parte fundamental de la familia real y le hacían fotos.

A pesar de entrar al servicio de los Windsor con 22 años y soltera, el protocolo del Palacio de Buckingham obligaba a todos a llamarla señora. Una norma que seguían hasta los periodistas y el resto de la gente fuera de los muros de palacio… Excepto Carlos, el príncipe de Gales, que la llamó siempre Mipsy.

Mipsy fue su gran apoyo en los peores momentos, como cuando fue enviado al internado escocés que supuso el gran trauma de su infancia. El niño le escribía largas cartas a su niñera todos los días en las que le decía lo mucho que la echaba de menos.

Cuando Mipsy se jubiló, Carlos siguió velando por ella, incluso le consiguió una «casa de gracia», en un ala de Frogmore House, y envió a su decorador personal para que pusiera a punto la casa de su querida niñera. Por su parte, Mabel Anderson siempre estuvo de su parte y se lo demostró año tras año. Incluso cuando la reina no entendía las decisiones de su hijo, Carlos podía contar con Mipsy.

Por qué se enamoró Carlos III de Camilla

Cuenta Tina Brown en su libro Palace Papers que Mabel Anderson y la joven Camilla tenían mucho en común, tanto en el físico como en la actitud. Algunas crónicas de la época la describen como una joven inteligente y divertida y la única aristócrata del momento que no parecía haber chupado una ortiga antes de salir de casa.

Con los años, como el buen vino, Camilla mejoró aún más, especialmente a los ojos de Carlos, que jamás había olvidado el breve affair que mantuvieron en los años 70 antes de que ella se casara.

El príncipe Carlos y Camilla Parker, en una imagen de 1979. / getty

El príncipe, siempre necesitado de una mujer fuerte y maternal que le sirviera de apoyo, encontró en la Camilla desengañada de su matrimonio y madre de dos hijos una amante leal y tierna. Cuando la relación de Carlos y Diana saltó definitivamente por los aires, el príncipe se refugió en su antiguo amor y ella le acogió sin fisuras, justo como hubiera hecho su niñera de toda la vida por él.

Así las cosas, cuando Carlos y Camilla pudieron divorciarse y mantener una relación pseudo oficial, el heredero de la corona ya no buscó el beneplácito de su madre, la reina. En su lugar invitó a su ex niñera, Mabel Anderson, a un crucero por el Egeo para que intimara con Camilla. Y, como siempre, Mabel le apoyó en su decisión.

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