La triste historia de Mercedes Cejuela, la suegra de Simeón de Bulgaria que murió antes de ver a su hija, Margarita Gómez-Acebo, convertida en princesa

Mercedes Cejuela, hija predilecta de las fiestas de la alta sociedad madrileña y madre de la mujer que se convertiría en la mujer de Simeón de Bulgaria, tuvo una vida tan acomodada como cruel fue su desenlace. Ni su belleza ni su patrimonio lograron evitar su muerte prematura a los 32 años.

Mercedes Cejuela con el vestido que le regaló su prometido, Manuel Gómez-Acebo, para el día de su boda. / fotos cedidas turner

Silvia Vivas
Silvia Vivas

La vida de Simeón de Bulgaria y su mujer Margarita Gómez-Acebo ha estado salpicada de detalles trágicos, como los años de exilio o el fallecimiento de su hijo Kardam. Pero ninguna de esas circunstancias es más triste que el hecho de que la zarina de Bulgaria perdiera a sus padres cuando apenas era un bebé. Mercedes Cejuela, niña mimada de la alta sociedad madrileña desde su nacimiento, se convirtió contra todo pronóstico en la protagonista de una historia con un desenlace cruel: su fusilamiento en la finca familiar cuando apenas tenía 32 años.

Cuando Mercedes Cejuela vino al mundo nadie hacía prever que este se convertiría en su destino, el destino apuntaba precisamente a que su vida iba a discurrir de fiesta en fiesta y de acto social en acto social. Como bien describe Marisol Donis en su libro «Anfitrionas» (Turner) , en el que descubre la crónica social de los salones de Madrid entre finales del siglo XIX y principios del XX, «Merceditas» Cejuela llegó al mundo en una cuna casi de oro.

Mercedes Cejuela en la época en la que realizó su puesta de largo / Fotos cedidas Turner

Hija de Manuel Cejuela y Mercedes Fernández Molano, dos miembros destacados de la alta burguesía madrileña, la infancia de Mercedes Cejuela transcurrió plácida entre el palacete que la familia tenía en la calle Orfila y la finca familiar La Arboleda en Collado Villalba en la que celebraría su puesta de largo en 1923 y donde sería fusilada durante la guerra civil.

Los cronistas de sociedad de la época estaban encantados con la niña de tirabuzones rubios. En su honor se hacían fiestas y se repartían regalos en el día de Reyes y en cuanto tuvo voz y voto (y fue muy pronto) ella misma se encargaba de organizar las mejores fiestas infantiles de la época. Hasta se construyó en el palacete su propio teatro, el teatro Merceditas, en el que con 13 años debutó con sus mejores amigos en una representación de Cenicienta en la que se había reservado para ella misma el mejor papel, el de príncipe.

Con semejante capacidad para captar la atención de todos no es extraño que cuando en 1923 se cortó los tirabuzones y escenificó su puesta de largo la llovieran los pretendientes. Al final Mercedes Cejuela encontró al candidato perfecto en el hijo de los marqueses de Cortina Manuel Gómez-Acebo. La boda de Merceditas ya convertida en doña Mercedes se celebró en 1929 en la iglesia de San Fermín de los Navarros. La pareja recibió más de 400 regalos y celebró su luna de miel recorriendo Estados Unidos y Cuba.

El matrimonio dio como fruto dos hijos. Primero llegó el varón, José Luis, que acabaría casado con la marquesa de Vallcabra María del Carmen Sáenz de Hereida y Despujol. En 1935 llegaría Margarita Gómez-Acebo, pero la alegría de tener por fin «la parejita» duraría poco. En 1936 estalló la Guerra Civil y la familia se refugió en su finca de Collado Villalba. Milicianos republicanos entraron en la finca y tras retener a la familia durante meses, finalmente Mercedes y su marido fueron fusilados dejando huérfana a la niña que acabaría convirtiéndose en la esposa de Simeón de Bulgaria.