La breve, apasionada y mediática historia de amor de Naty Abascal y Ramón Mendoza: así fue la polémica infidelidad que dinamitó su matrimonio con el Duque de Feria

Fue uno de los escándalos que sacudieron a la sociedad sevillana, a finales de los años ochenta. La duquesa de Feria, Naty Abascal, todavía casada con el duque, Rafael de Medina y Fernández de Córdoba , tenía un idilio con el entonces presidente del Real Madrid, el empresario Ramón Mendoza. Él salía, desde hacía años, con la suiza Jeannine Girod, ex mujer de Carlos Falcó , marqués de Griñón y madre de sus dos hijos mayores, Manuel y Sandra.

A Naty y Ramón los habían visto paseando por la Plaza Roja de Moscú, donde Mendoza tenía negocios. Naty era una mujer de gran personalidad, una de las anfitrionas más importantes de la sociedad sevillana (que llora su ausencia esta Semana Santa) , con una trayectoria intensamente cosmopolita y perteneciente a un mundo, el de la moda, muy distinto a lo que Mendoza había conocido hasta ese momento. Poco después, Naty Abascal y Rafael Medina se divorciaron. Pero el amor de Mendoza no fue lo que Naty esperaba.

El matrimonio de Naty Abascal con Rafael Medina, Duque de Feria , no había sido fácil. Eran amigos desde la adolescencia y habían sido novios, antes de que Naty se fuera a Estados Unidos y se convirtiera en una modelo internacional. La madre de Naty había abierto la primera boutique de Sevilla. Y su padre era un abogado con prósperos negocios agrícolas. Divorciada –se había casado en 1970 con el piloto escocés de carreras Murray Livingstone Smith, unión que duró cinco años– y modelo, había posado desnuda en la revista Playboy, algo difícil de asumir para los padres de Rafael Medina, Duques de Medinaceli, una de las casas nobiliarios más importantes y antiguas de España. Naty había vuelto a Sevilla en busca de una vida más tradicional. Fue entonces cuando inició un segundo noviazgo con Rafael Medina. Pero ya tenía un pasado, aunque perteneciera a una familia bien.

Por eso Naty desafió a Rafael Medina: «Tú no tienes valor para enfrentarte a tu familia, por eso no te casas conmigo», le dijo. Se casaron en la ermita del Rocío, en 1977. Naty hizo gala de su estilo con un vestido con cinturón azul y flores rosas en el pelo. Tuvieron dos hijos, Rafael y Luis Medina (ahora acusado de estafa) , y en apariencia todo funcionó bien durante una década. Naty pasó de la Factory de Warhol y de las sesiones de fotos con Richard Avedon a las selectas reuniones de la nobleza española y a las listas de las más elegantes. Pero, Rafael Medina confesaría años después que no se casó enamorado, que solo estaba subyugado por el físico de Naty, y que días antes de la boda estuvo a punto de volverse atrás.

Él era un hombre solitario, que no había sentido nunca el afecto de sus padres, Rafael Medina y Vilallonga, que había sido alcalde de Sevilla en los años 40, y Victoria Eugenia Fernández de Córdoba , grande de España, y ahijada de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Había estado prometido con una joven sevillana, pero el compromiso se anuló a pocas semanas del enlace. Sufría un trastorno bipolar, que le sería diagnosticado mucho más tarde, y ya entonces había padecido graves depresiones, que le habían llevado a internarse en la Clínica de Navarra.

Pronto se vio que Naty y Rafael tenían caracteres incompatibles y gustos muy distintos. Rafael llegó a decir que a Naty le gustaba ser siempre el centro de atracción, algo difícil de sobrellevar, pero que siempre consiguió tener buena imagen. Naty declararía años después a ¡Hola!: «El problema fue que un día Rafael dejó de ser la persona encantadora que era, y con la que me había casado. Y no le estoy culpando aquí, porque creo que, psíquicamente no estaba bien. En el fondo era un enfermo».

En el verano de 1988, el matrimonio pasó unos días de vacaciones en el yate propiedad de Ramón Mendoza, junto con otros amigos, como el editor Jesús Polanco y su mujer. Una noche, Medina escuchó una fuerte discusión entre Mendoza y su pareja, Jeannine Girod, que decía que le había pillado besándose con Naty. Poco tiempo después, le contaron al duque que Naty y Mendoza habían sido vistos en la Plaza Roja de Moscú y que estaban juntos. Él ya había notado los coqueteos de ella. Entonces pidió la separación, algo que quería hacer desde hacía tiempo. Años después, cuando él le pidió la anulación eclesiástica, ella se negó, alegando que habían tenido mala suerte, pero que se habían casado por amor.

Sin embargo, Mendoza nunca le dio a Naty lo que ella quería. Su relación apenas duro un año y medio. Rafael Medina asegura que, para el presidente del Real Madrid, Naty fue solo un trofeo. Era la duquesa de Feria y él la había conseguido. Dicen que ella se habría casado con Mendoza, pero tras pedírselo, él cambió de opinión. Ni se divorció de su primera mujer, Rosario Solano, con la que tenía seis hijos, ni dejó realmente a su pareja. Ramón volvió junto a Jeannine Girod, con la que en total estuvo 25 años, tras unos meses en los que estuvo con ambas. Dicen que Naty amenazó con demandarlo por incumplimiento de promesas. Durante un tiempo, parece que él siguió pagando la casa de Naty en Madrid.

Ramón Mendoza era un hombre inteligente y con un gran poder de seducción. Durante su mandato como presidente del Real Madrid, convirtió al equipo en la formación con más títulos de España. Atractivo y bon vivant, cultivaba fama de conquistador. Había perdido a su madre en el parto y su infancia había sido pobre y solitaria. Estudió Derecho y sus primeros negocios los hizo vendiendo apuntes. Fue un hombre hecho a sí mismo, que hizo fortuna comerciando con la Unión Soviética y luego se convirtió en el modernizador del Real Madrid. Falleció en Nassau, Bahamas, el 14 de abril de 2001, mientras pasaba unas vacaciones con dos de sus hijos y sus familias. Tras el idilio con Ramón Mendoza, a Naty no se le ha vuelto a conocer ninguna pareja. En alguna ocasión ha dicho que tenía un amigo especial, pero que no vivía en España.