La segunda gran tragedia de Naty Abascal después del escándalo del duque de Feria: humillada por su hijo Luis Medina y con la reputación de su familia en caída libre

El escándalo es máximo y, probablemente, mucho mayor que el protagonizado por el duque de Feria en los años 90. Luis Medina, hijo de Naty Abascal, ha sido acusado de estafa al Ayuntamiento de Madrid, por vender material sanitario defectuoso y a precio inflado en los peores momentos de la pandemia.

Naty Abascal, madre de Luis Media y del actual duque de Feria, sentada junto a su perro. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

En 1994, Naty Abascal cogió a sus dos hijos adolescentes, Rafael y Luis y se marchó espantada a Reino Unido. Huía del mayor escándalo al que se ha enfrentado la aristocracia española en las últimas décadas. Rafael Medina y Fernández de Córdoba, duque de Feria y su ex marido desde 1977 a 1988, fue condenado por corrupción de menores y tráfico de drogas a 18 años de cárcel, que se quedaron en nueve (él cumplió dos). Los medios de comunicación contaron todos los detalles de su lamentable vida: frecuentaba los prostíbulos de Sevilla, donde consumía ingentes cantidad de alcohol y cocaína y solicitaba los servicios de prostitutas menores y llegó a raptar dos veces a una niña de cinco años, a la que desnudó y fotografió desnuda. La revista Interviú publicó unas fotos en el que se le veía con varias niñas desnudas. La vergüenza cayó sobre la casa de Medinaceli . Cuando salió de la cárcel, tuvo que volver a entrar brevemente por conducir ebrio. En 2000, cinco años después de salir de prisión, intentó suicidarse. Lo consiguió en 2001.

La humillación pública de Naty Abascal fue total. De hecho, muchos apostaron a que la modelo y sus hijos jamás se recuperaría de un golpe tan bajo. Ella ya se había desmarcado de los Medinacelli, gracias a un romance con Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid, que rompió un matrimonio insoportable con el duque de Feria. Sin embargo, debido a sus hijos estaba unida al escandaloso destino de Rafael Medina de por vida. Trató por todos los medios de separarlos de su padre, pero a la vuelta de Estados Unidos retomaron el contacto. De hecho, su hijo pequeño, Luis Medina, volvió a vivir con su padre en la Casa Pilatos, el palacio sevillano de los Medinacelli.

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La comparación entre ambos hermanos siempre tuvo a su padre como eje referencia. « Luis es más como su padre, aunque físicamente no se parezcan», escribía en 2002 la periodista María Eugenia Yagüe. «Fuma igual que él, hace los mismos gestos, cuenta las mismas trolas, es tan 'vivalavirge'n como Rafael padre, un encanto pero menos consistente que el mayor», dicen de Luisito, que trabaja de relaciones públicas en un hotel en Madrid».

En 2002, cuando el duque de Feria se quitó la vida tras un almuerzo con sus dos hijos, supimos del enorme sacrificio que Naty Abascal había hecho por ellos. La modelo sufragó sus estudios, primero en Reino Unido y luego en Estados Unidos, sin ninguna ayuda por parte de los Medinacelli, distanciados en todos los sentidos de Rafael Medina padre. La abuela, Victoria de Medinacelli, ignoró a sus nietos y fue el denodado trabajo de Naty, siempre con la mochila del paso por la cárcel de su ex, la que se aseguró de que tuvieran un futuro en el mundo de la empresa y las finanzas. Ni Rafa ni Luis heredaron más que títulos, pues el dinero de lo familia ya lo gestionaba el duque de Segorbe, Ignacio, desde la fundación. Los dos hermanos tuvieron que buscarse la vida para mantener un ritmo de vida a la altura de sus títulos, nuevo duque de Feria y marqués de Villalba, el título que Rafael le cedió a su hermano Luis.

Ha sido precisamente Luis, el que siempre fue señalado como viva imagen de su padre, el que vuelve a humillar a Naty Abascal y a colocarla, por segunda vez en su vida, en una situación de máxima vulnerabilidad social. Ha sido imputado por estafa y blanqueo de capitales como comisionista en una venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid, un escándalo con un reproche ético superlativo al producirse mientras cientos de personas morían en pandemia. Aquí ya no se trata de un hombre enfermo de alcohol, drogas y depresión, sino de un muy calculado plan para obtener, con mentiras, dinero público. Se ha conocido, además, que Luis Media se compró un yate a medias con su hermano con su comisión, más de un millón de euros. De esta manera, su reprochable conducta salpica a su hermano, que acaba de estrenarse como ejecutivo estrella de Dimas Gimeno en Wow, la tienda de lujo que acaba de inaugurarse en la Gran Vía de Madrid.

Puede que este sea el momento más delicado para Naty Abascal y sus hijos, Luis y Rafael Medina. Jamás había estado su reputación tan el peligro, ni cuando el anterior duque de Feria vio cómo sus fotografías más perturbadoras llegaban a los quioscos. Todo lo conseguido por la ex modelo puede quedar sepultado por un escándalo superlativo, achacable únicamente a un comportamiento éticamente reprochable que, sin duda, les pasará factura. Se terminaron los homenajes, fiestas y alfombras rojas, y seguramente hasta las invitaciones a bodas y banquetes de la aristocracia y la jet set nacional que, con buen criterio, huirá de cualquier relación con un comisionista señalado por Anticorrupción como estafador.

¿Cuantos años tiene Naty Abascal?

Naty Abascal (79 años) tendrá que retirarse a sus cuarteles, algo que en parte ya había hecho tras su jubilación como estilista estrella en 2019. El más dañado será Rafael Medina, duque de Feria, y Laura Vecino, la madre de sus dos hijos y sucesora de Abascal en sus labores de estilista para una conocida publicación. Admirados en la industria de la moda como grandes profesionales, ¿cómo evitarán que les salpique la conducta indigna del duque de Villalba? «Cobré un millón, pero no es ilegal», es lo único que ha dicho tras conocerse su imputación. Algo con muy poca clase de quien figura, año tras año, en la lista de los más elegantes del mundo.

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