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Desde 1990 la Fundación Princesa de Asturias concede el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias. Este galardón se limita al Principado y pone en valor cualidades como la defensa del patrimonio histórico, natural o cultural, así como la solidaridad de sus habitantes. Se enmarca dentro de los Premios Princesa de Asturias y conlleva una dotación económica para el pueblo y la visita de la Familia Real con motivo de la conmemoración.
La princesa Leonor está al frente de estos premios desde que pasó a ser heredera al trono en 2014, pero hasta 2015 no se hizo vigente el cambio de nombre en la Fundación. Repasamos los pueblos que han sido galardonados desde este momento a la actualidad.
La capital de Rivadeva, situada entre la Sierra del Cuera y el mar, recoge casi todo el amrco histórico y cultural: desde el arte parietal al legado indiano. La riqueza del pueblo se debe a la gran impronta que dejaron las personas que emigraron a América en los 50 y regresaron a su lugar de origen.
El rey fue el encargado de dar el discurso de estos premios el primer año de la Fundación Princesa de Asturias. En él destacó la cooperación del pueblo y su carácter solidario, participativo y de unidad. Reconoció a esta villa como solidaria, cosmopolita y alegre.
La personalidad histórica de esta comarca se remonta a la Edad Media. Forma parte de la Biosfera Osco-Eo y Tierras de Burón, declarada por la UNESCO en 2007. Su historia está marcada por un origen agrario y un auge industrial al inicio de la Edad Moderna gracias al laboreo del hierro. Aunque la emigración mermó su población, la colaboración comunitaria ha hecho posible que la vida vuelva a la comarca.
La dificultad de la tierra no hace fácil el trabajo de la misma, por eso el rey quiso felicitar a sus habitantes por el éxito de la construcción del pueblo a pesar de las adversidades. La historia ha sido testigo del buen hacer de los habitantes para elevar la comarca.
Esta localidad de casi 100 habitantes vive de la agricultura y la ganadería, oficios que tradicionalmente han formado parte de su historia. En el S.XIV fue convertido en coto. La construcción en Porreñu ha estado principalmente en manos de sus habitantes, que a base del trabajo comunitario han levantado las infraestructuras del lugar.
El discurso de Felipe VI recalcó la alegría, autenticidad y sencillez de sus habitantes a la hora de impulsar mejoras sin descuidar la tradición. Tuvieron también mención especial los valores de respeto, conciencia y hospitalidad de los ciudadano de Porreñu.
Situado en el valle del río Muniellos, este pueblo ha estado ligado desde siempre al aprovechamiento de la madera. En 2002 fue declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO. El esfuerzo de sus vecinos radica en sacar el máximo partido al auge turístico sin descuidar el tesoro natural que poseen.
Felipe VI valoró el patrimonio natural del pueblo, y quiso felicitar a sus habitantes por el esfuerzo y sacrificio para preservarla. El cuidado de la naturaleza en Asturias y España son, según reconoció en rey, esencial para la buena presevación del mundo rural.
Este balcón a los Picos de Europa no llega a los 100 vecinos. En Asiego podemos encontrar desde yacimientos arqueológicos como la cueva prehistórica Covaciella, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1994, hasta resquicios medievales. Destaca por su famosa fábrica de quesos de cabrales, oficio que surge por el interés en aprovechar el excedente lácteo de su ganadería.
Asiegu fue el primer pueblo en el que Leonor dio un discurso por la entrega de estos premios. En él recalcó la importancia de esta entrega para ella, pues considera fundamental remarcar los valores de los habitantes a la hora de defender y mantener la tradición y el futuro del pueblo.
Este pueblo con vistas al mar cuenta con aproximadamente 300 habitantes. Vive principalmente de los pastizales y de la hostelería. Además, poseen una potente tradición empresarial, como su fábrica de quesos. Su arquitectura refleja y mantiene viva la potente herencia indiana de la región.
Leonor quiso poner en valor la belleza del puelo y el empeño de los habitantes por mantener vivo su legado. Sin dejar de lado los avances tecnológicos, Somao destaca por incluir a los más jóvenes e inculcarle sus tradiciones.
Este pueblo está situado al límete con León, a 1486 metros de altitud, lo que hace que sus condiciones de vida sean muy duras, especialmente en invierno. Desde el S.XIV la ganadería es su principal medio de subsistencia, y actualmente la mayoría de las personas que se dedican a ello no superan los 40 años. En 1988 fue declarado Parque Natural, y desde entonces el turismo se convirtió en otra importante fuente de ingresos.
En su discurso, la Princesa recalcó la hospitalidad del pueblo y su fortaleza a la hora de aunar tradición y modernidad. Se deshizo en halagos hacia el ímpetu del pueblo por asegurar el futuro de su oficio en las nuevas generaciones.
