Que la vida amorosa de los Grimaldi, especialmente de los que siguen en el candelero como la princesa Carolina de Mónaco, su hermana Estefanía y el príncipe Alberto, no ha sido un camino de rosas ha quedado claro en los titulares de las revistas del corazón durante décadas. Sin analizar la tendencia al desastre vital que parece tener la familia que formaron Grace Kelly y el príncipe Rainiero de Mónaco, los desamores y ex de sus hijos han proporcionado a paparazzis, periodistas y cotillas un nutrido grupo de anécdotas públicas vergonzantes. Consultando el ranking de los peores ex de los Grimaldi podemos deducir que Ernesto, príncipe de Hannover (y aún marido de Carolina de Mónaco); el públicamente infiel marido de Estefanía, Daniel Ducruet, y la madre del primer hijo de Alberto de Mónaco, Nicole Coste, son el trío que más vergüenza le ha hecho pasar a los hermanos monegascos.
Casarse con Carolina de Mónaco y despreciar la oportunidad de estar con una de las mujeres más elegantes del planeta para poder irte de borrachera cuando te venga en gana solo se le podría ocurrir a un príncipe alemán. Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco sellaron su unión con una discreta boda en el palacio monegasco el 23 de enero de 1999 (y con el nacimiento de una hija en común, la princesa Alexandra de Hannover).
Pero tan pronto como los problemas con el alcohol de Ernesto fueron evidentes los estragos en la imagen pública de Carolina lo fueron aún más: de reina del glamour pasó a convertirse en la princesa más humillada de Europa en un pestañeo. No sabemos a ciencia cierta si fue la pelea a tortas en Kenia, los paraguazos con la prensa, las fotos del príncipe haciendo pis en público o el walk of shame de Carolina en la boda de Felipe y Letizia las gotas que colmaron el vaso de la paciencia de Carolina. Lo que está claro es que en 2009 se hartó de pasar vergüenza en público y en privado.
Desafortunadamente para ella el hecho de ya no estar juntos no le ha ahorrado a la primogénita de Mónaco todo tipo de titulares capaces de hacerle sentir vergüenza ajena. Sin duda los peores de ellos se produjeron cuando Ernesto de Hannover decidió sustituir a Carolina de Mónaco por una mujer 34 años más joven que él llamada Simona y cuyo mayor mérito era haber posado para una campaña publicitaria de burdeles de lujo en Austria.
En 2014 la revista Bunte fotografiaba por última vez a la pareja formada por Simona y Ernesto en el Oktoberfest de Múnich bebiendo tanques de cerveza. «Ernesto Augusto de Hannover muestra a su amante en el Oktoberfest. Una nueva humillación para su todavía esposa Carolina», titulaba la publicación alemana. Con el tiempo Simona acabó mandando a la porra a Ernesto, pero la tónica ha continuado igual para Carolina desde entonces: cada vez que Ernesto se echa una nueva novia, en Europa se titula el reportaje como « una nueva humillación para Carolina».
Mientras de Tamara Rotolo, la madre de la hija mayor de Alberto de Mónaco ( Jazmin Grace Grimaldi), no sabemos nada de nada, de Nicole Coste sabemos demasiado. Esta madre coraje que llevó al príncipe regente monegasco ante los tribunales para que reconociera la paternidad de su hijo, Alexandre Grimaldi-Coste, se ha caracterizado por soltar auténticas bombas contra los Grimaldi desde la portada del Paris Match para vergüenza pública y enfado del príncipe.
Vía Paris Match el mundo se enteró de su existencia y de su pleito con Alberto y vía Paris Match (y con el peor timing posible) Nicole resurgió de sus cenizas el año pasado para, entre otras cosas, poner verde a la princesa Charlène. En plena vorágine de los rumores de divorcio entre Charlène y Alberto, Nicole Coste decidió que el mejor plan para celebrar la mayoría de edad de su hijo era explicar en los medios que Charlène no era el alma cándida y triste que aparentaba en las fotos oficiales.
Afirmó que había «vivido cosas» con Charlène antes de su boda que la habían « escandalizado y preocupado». «Como madre, no encuentro palabras para describir sus actos», afirmó. Tras esta primera humillación pública Alberto de Mónaco le dio la réplica a su ex en los medios confesando que estaba muy enfadado con esas declaraciones, pero Nicole Coste ha decidido hacer oídos sordos a los estado de ánimo del padre de su hijo.
Este mismo año, en la última celebración de Santa Devota (a la que obviamente Charlène no acudió), Nicole Coste declaró desafiante: «No me importa lo que pase con ella. ¿Por qué debería importarme? Todo lo que le está pasando es karma«. Y como colofón declaró: » La gente de Mónaco me quiere más que a Charlène. Me aman y me respetan». Esta vez Alberto de Mónaco no contestó nada de nada, ¿quizá se ha muerto de la vergüenza?
Por obra y gracias de una boda exprés y celebrada regañadientes el ex guardaespaldas y ex pescadero Daniel Ducruet acabó convertido en el yerno menos deseado del príncipe Rainiero. La princesa Estefanía, enamorada hasta el tuétano de Daniel Ducruet desde 1992 lo apostó todo por esta relación que avanzó excesivamente rápido para el gusto de los Grimaldi. Tan rápido que apenas en un par de años la pareja ya tenía un hijo, Louis, y otro en camino, Pauline.
Pero para desgracia de la princesa Estefanía lo de Daniel Ducruet explotó por los aires apenas un año después de celebrar su boda. Se casaron en 1995 y en 1996 Ducruet fue pillado in fraganti con Fili Houteman, una stripper belga, haciendo lo propio en una tumbona de piscina. No contento con humillar a la princesa en los titulares de la prensa rosa tras el divorcio Daniel Ducruet tardó años en hacer propósito de enmienda.
Intentó cimentar una carrera como cantante (con claras referencias a la carrera de su ex esposa), que por supuesto no tuvo éxito. Por si no tenía bastante con verle hacer el ridículo cantando, en 2005 Estefanía tuvo que soportar ver a Daniel Ducruet participando en un reality de famosos (la versión francesa de La granja) en el que se «filtró» un audio (que resultó ser falso) de Daniel Ducruet manteniendo relaciones con una mujer casada que abandonó el programa a la en cuanto los audios se hicieron públicos.
Eso sin olvidar la gloriosa pelea de bar por la que acabó detenido y condenado a diez meses de prisión que al final no cumplió. Afortunadamente, y al contrario que Ernesto de Hannover y Nicole Coste, Daniel Ducruet sí parece haber encontrado la estabilidad con el tiempo y hoy por hoy su relación con Estefanía es cordial y con cero vergüenza por ambas partes.