noviazgo
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Ambos tienen 17 años, ambos son rubios y responsables, ambos son hijos de reyes, pero su acceso al trono difiere bastante. Mientras el príncipe Gabriel de Bélgica es el segundo de los cuatro hijos de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica y ocupa el segundo puesto en la línea de sucesión belga la princesa Amalia de Orange es la heredera del trono de los Países Bajos. Aún así hay muchas más cosas que los unen a las que lo separan y los medios dedicados 100% al gossip royal (e incluso un Tiktoker que subió un vídeo borroso diciendo que esos dos que pasean de la mano por una calle de La Haya era la heredera y el príncipe) insisten en emparejarlos, ¿por qué? Por el mismo morbo que les da saber a ciencia cierta que nunca se podrían casar.
Como si fuera un spin off de Juegos de tronos el «romance secreto» gestado más en los medios y apoyado por la rumorología que en la vida real entre el príncipe Gabriel de Bélgica y la heredera de la reina Máxima, hoy por hoy, nunca podría llegar a buen puerto. Una ley aprobada nada más y nada menos que en el siglo XIX se lo impide.
En aquel momento, en plena revolución belga por la independencia, tenía todo el sentido impedir por decreto cualquier unión con la casa reinante en Holanda, una medida con la que se quería dejar claro que Bélgica nunca jamás volverían caer en la órbita de los Países Bajos. La ley belga de 1830 establece «la exclusión perpetua de la familia Orange-Nassau de cualquier poder en Bélgica».
Desde el siglo XIX hasta ahora ha llovido mucho y no se sabe cómo la población belga reaccionaría ahora mismo a una posible unión vía matrimonio entre las dos casas reinantes. Lo que sí es 100% cierto es que cuando la princesa de los Paises Bajos decida a contraer matrimonio (dentro de bastantes años, esperamos) el Parlamento debe dar su aprobación al enlace.
Pero claro, todo esto no son más que elucubraciones históricas, la realidad es que la princesa Catalina Amalia acaba de iniciar su año sabático con un viaje a Mallorca y que la prensa holandesa y la alemana se ha encargado tanto de destapar este viaje secreto como de buscarle novios a la princesa en lugares mucho más cercanos que la corte belga.
Como el roce hace el cariño el primer candidato a primer amor de la princesa Amalia ha sido un pobre muchacho y compañero de estudios llamado Brent con el que la princesa tiene amistad desde 2019. Ambos han realizado lugares históricos juntos y hasta han escrito un musical en amor y compañía. del que la princesa ha hablado en sus contadas apariciones públicas como si fuera uno de sus recuerdos más queridos. ¿Será porque lo hizo con Brent? Solo el tiempo lo dirá.