La princesa Catalina Amalia de Orange y su futura boda gay (que es todo especulación) que pone en peligro su reinado: ¿es la heredera del trono holandés la que más bullying sufre de Europa?

La casa real de los Países Bajos genera tantos contenidos semanales sobre los modelitos y tocados que estrena la reina Máxima como de críticas, teorías y dudas sobre la institución monárquica. Pero cuando no son las caras vacaciones de los reyes de los Países Bajos las que están en el punto de mira no cabe duda de que el objetivo de todos los dardos envenenados es siempre el mismo: la heredera del trono, la princesa Catalina Amalia de Orange .

Discreta, tímida y con un físico que no se parece al de sus compañeras royal, bastante más espigadas, a sus escasos 17 años Catalina Amalia de Orange ya ha sufrido todo tipo de bullying mediático: se hacen bromas de dudoso gusto sobre su peso, se cuestionan sus atribuciones, se critica su decisión de tomarse un año sabático antes de comenzar la universidad... y ahora le ha tocado lidiar con un inesperado frente: su futuro matrimonio con una mujer de su misma sexo.

La cuestión sobre si la heredera del trono holandés debería o no renunciar al trono si se enamora y decide casarse con una mujer partió de una fuente inesperada: el mismísimo primer ministro Mark Rutte. Cumpliendo una tradición familiar, la princesa ha concedido una serie de entrevistas a la periodista Claudia de Breij que se ha encargado de compilar todo lo que le ha dicho la heredera y hacer un libro con un retrato de la misma. El objetivo es dar a conocer a la princesa Catalina Amalia a su pueblo... pero como todo lo que tiene que ver con la hija de la reina Máxima las buenas intenciones han caído en saco roto.

Paralelamente a su retrato «oficial» otro autor, Peter Rehwinkel, ha aprovechado para sacar su propia biografía no autorizada sobre la princesa, y en ella apuntaba a que la heredera está «atrapada» en su cargo: los únicos motivos por los que podría no convertirse en reina son que padeciera una evidente enfermedad psiquiátrica o que se enamorara de una persona de su mismo sexo.

Pues bien, ante el listado de excepciones los propios grupos parlamentarios se preguntaron si ese último supuesto era cierto ya que el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en los Países Bajos desde hace 20 años, ¿es la heredera al trono una excepción? El primer ministro se vio obligado a dar explicaciones en el Parlamento, según relata el periódico De Telegraaf.

Lo que vino a decir el primer ministro es un sí... pero no. La princesa, como ciudadana holandesa que es, podrá casarse con quién le dé la gana y no por ello está obligada a abdicar al trono. Otro asunto es el debate que se abre sobre cómo sobreviviría la monarquía al hecho de que Catalina amalia fuera una reina que, por la naturaleza de su matrimonio, no iba a tener «sucesores legítimos». Las reglas del juego monárquico holandés no reconoce como legítimos los hijos concebidos por donación de esperma o los niños adoptados.

«No tiene sentido intentar decidir eso ahora. El derecho de familia puede cambiar con el tiempo», explicó el primer ministro para salir del paso. De momento la princesa Catalina Amalia no parece tener ni novio ni novia, solo un montón de polémicas que gestionar que se generan de forma automática a su alrededor haga ella lo que haga. No nos extraña que en la única ocasión en la que ha hablado con los medios confesara que no se ve como futura reina, sin duda, no se lo están poniendo fácil.