El tercer juicio de paternidad de Alberto II de Mónaco: el mal trago que la princesa Charlène prefiere pasar en Sudáfrica

Desde que la princesa Charlène diera la reina de todas las espantadas (que aprenda Christopher O'Neill ) abandonando Mónaco para irse a Sudáfrica el pasado mes de marzo su matrimonio con el príncipe Alberto ha quedado a merced de los rumores. Con su estancia sudafricana alargada de forma involuntaria la princesa se ha perdido todo tipo de eventos importantes para los monegascos, desde su propio aniversario de boda, al premio de fórmula I, el cumpleaños de Carlota Casiraghi o el aniversario de boda de Tatiana Santo Domingo y Andrea Casiraghi.

Pero lo que peor lleva, sin duda, la princesa instalada en África no es el perderse estas citas, sino la distancia que la separa de sus hijos y su esposo... y los rumores. A pesar de que ha intentado todo tipo de estrategias vía redes sociales y ha concedido entrevistas en medios afines para dejar claro que es su mala salud lo que le impide volver al principado, la prensa rosa sigue a lo suyo y esparce teorías muy locas sobre por qué no está instalada en el palacio monegasco. La última de ellas tiene que ver con la última demanda de paternidad que se ha interpuesto contra el príncipe Alberto y que, de confirmarse, le convertiría en el padre de tres hijos fuera del matrimonio ( ya tiene dos reconocidos, Jazmin Grace y Alexandre ).

La fecha de regreso de la princesa a Mónaco aún está en el aire, pero ella misma ha dicho esta semana que confía en regresar al lado de su familia en octubre de este año. Tanto el equipo médico que la asiste como ella misma esperan que para entonces, si todo progresa de la forma prevista, se habrá recuperado por completo de las complicaciones médicas que la impiden montarse en un avión.

Para intentar acallar los rumores de divorcio de la paeaja monegasca, a Charlène no le ha quedado más remedio que contar con pelos y señales todos sus problemas de salud en público. Su mala salud radica en una intervención que se realizó en la bocaantes de su llegada a Sudáfrica, país al que viajó para hacerse eco de una campaña por la defensa de la naturaleza.

Desgraciadamente para ella el implante que le realizaron en Europa desarrolló una infección que no fue detectada hasta que dio serios problemas... en África. Para cuando la princesa sufrió los primeros síntomas de que algo no iba bien, el problema estaba muy avanazado. Los médicos detectaron que la infección había atacado al hueso y a los oídos de Charlène y la desaconsejaron montar en avión.

Para solucionar ambos problemas la princesa se ha tenido que someter a varios procedimientos quirúrgicos que tardarán meses en curar por completo. Si todo va bien para octubre de este año se podrá confirmar que el tratamiento ha funcionado y el problema está resuelto. Hasta ese momento la princesa Charlène no puede montarse en un avión porque sus oídos no soportarían la diferencia de presión de la cabina.

Pero todo esto ha sido sutilmente ignorado por parte de la prensa que apunta a tres pistas para esparcir el siguiente rumor: Charlène a huído de Mónaco ante la posibilidad de que su marido tenga un tercer hijo extramatrimonial.

Por todos es conocido que el príncipe Alberto tardó bastante en casarse y no fue precisamente célibe durante su etapa de soltero. A lo largo de su vida Alberto II de Mónaco ha tenido que hacer frente a todo tipo de rumores, desde que era homosexual (y por eso no se casaba), a todo lo contrario, que era un auténtico playboy con preferencia por las top models de los 90.

Pero el más sangrante de todos esos rumores para la pareja que gobierna en el principado es el que afirma que Charlène intentó huir de su propia boda al enterarse de que el príncipe podría tener un tercer hijo secreto. Para aquel entonces el príncipe de Mónaco ya había sido obligado, vía demanda y test de ADN, a reconocer a dos hijos extramatrimoniales de dos relaciones distintas: Alexandre Grimaldi-Conte y Jazmin Grace Grimaldi.

Ahora esa pesadilla se repite y la secuencia de los hechos, según la prensa rosa más amarillistaa, explica por qué Charlène está en Sudáfrica (y se va a quedar allí). Según algunos medios, como el portal especializado en realeza Histoires Royales, la demanda italiana de paternidad lleva años gestándose aunque el asunto haya explotado ahora.

De la mujer que afirma haber tenido una hija con Alberto de Mónaco que nació hace ya 15 años solo sabemos que responde al seudónimo de Marina S., que tiene 34 años, que es brasileña( pero tanto ella como su hija residen en Italia) y que, tirando de ironía, tiene un abogado que se apellida Grimaldi.

La mujer afirma que Alberto de Mónaco es consciente de la existencia de esta hija secreta desde que la criatura vino al mundo, pero que ha sido imposible llegar a un acuerdo con él para que reconozca la paternidad de la criatura, por lo que se ha visto obligada a pedirla vía demanda en un tribunal italiano.

La noticia de que iba a interponer esta demanda, con petición de test de ADN de por medio, llegó al palacio monegasco en diciembre del pasado año... Justo cuando la princesa Charlène hizo su plot twist capilar y se rapó la cabeza. El juicio estaba fijado para febrero de este año, justo cuando Charlène comenzó a viajar en solitario a Sudáfrica. Pero la pandemia retrasó el proceso legal... lo que coincide con la estancia alargada artificalmente de Charlène en Sudáfrica.

Hasta ahora no se conocía la nueva fecha del juicio pero la vista ya está fijada para septiembre... ¿Está esperando la princesa de Mónaco a ver el resultado del juicio antes de volver al principado junto a su esposo? Hasta septiembre, no lo sabremos, pero lo que está claro es que la noticia de que su marido tiene más hijos fuera que dentro del matrimonio le va a llegar rodeada de su familia en Sudáfrica.