La extraña relación de la princesa Charlène de Mónaco con sus hijos (y con los del príncipe Alberto)

El ataque a la princesa Charlène desde las páginas de París Match protagonizado por Nicole Coste , la madre del primer hijo varón del príncipe Alberto de Mónaco, aún duele en el Principado. En el que pasará a la historia personal del principado como un «annus horribilis» por la dilatada ausencia de la princesa y las dudas sobre su salud, las declaraciones de la ex del príncipe contando cómo Charlène ha ignorado y relegado a un segundo plano a su hijo Alexandre Grimaldi Coste han sido la guinda del pastel de la discordia. ¿Se está intentado boicotear a los mellizos reales y a Charlène como madre (además de como princesa)?

La respuesta a Nicole Coste ha llegado desde otra publicación, la revista People. La publicación asegura haber realizado una entrevista a una amiga muy cercana a la pareja real monegasca y se ha lanzado a defender a Charlène como madre.

Según esta publicación (y como ya se sospechaba desde las páginas de la prensa más rosa), el tránsito de Charlène de nadadora olímpica a royal no ha sido sencillo para la sudafricana. Charlène era muy consciente de que además de los posados y los eventos su principal papel en el Principado consistía en darle un heredero legítimo a Alberto. Y decimos legítimo porque para cuando se celebró la boda entre ambos el príncipe ya tenía descendencia nacida fuera del matrimonio, concretamente un niño llamado Alexandre y una joven llamada Jazmin Grace.

No fue hasta que nacieron los mellizos reales, Gabriela y Jaime, que Charlène no se sintió 100% integrada en la familia real monegasca… aunque desde la boda hasta el nacimiento habían transcurrido ya seis años. Con la llegada de sus propios hijos Charlène se centró en su papel como madre dejando de lado muchos de sus deberes como princesa, y esto no se entendió bien en su entorno.

«Ella es increíblemente protectora con los niños (...). Se ve a sí misma como la protectora de los herederos, y no como la princesa de Mónaco«, afirma la fuente de People que después asegura que Charlène es una madre involucrada, cariñosa, que intentó por todos los medios que sus hijos tuvieran una vida lo más normal posible.

Tan normal y anónima fue esa crianza que podemos afirmar sin equivocarnos que nunca habíamos visto tanto a los mellizos reales como en los meses en los que su madre ha estado ausente . Gabriela y Jaime han ido de la mano de su padre a todo tipo de eventos, desde inauguraciones y exposiciones a viajes oficiales, un auténtico espectáculo que contrasta con las contadas ocasiones en las que los vimos de bebés posando en el balcón de palacio.

Tener a sus hijos validó a Charlène como princesa consorte… pero también agudizó sus ganas de escaparse de vez en cuando de sus obligaciones principescas y de su repleta agenda. ¿Pero cómo se manejó Charlène con los hijos de su marido antes de que Gabriella y Jacques llegaran a su vida? Según Nicole Coste, mal.

A pesar de que Alexandre Grimaldi vivía en Francia con su madre también pasaba temporadas visitando a su padre y tenía habitación propia en el palacio monegasco. Según Nicole Coste, antes del nacimiento de sus propios hijos la princesa Charlène vio «cosas que la alarmaron» y afirma que trasladó la habitación de Alexandre al ala de personal cuando el niño contaba con siete años de edad.

Para la fuente de People esto es, simplemente, mentira. «La princesa Charlène era en realidad la que intentaba mantener unida a toda la familia«, afirma para después asegurar que para los niños la princesa «es una especie de heroína».

Resulta complicado pensar que la misma mujer que se sintió en la cuerda floja por no tener un heredero rápidamente tras su boda fuera capaz de lidiar con los hijos de las relaciones anteriores de su esposo de una forma tan genial que acabara convirtiéndose en una «heroína» a sus ojos. Pero de lo que no cabe ninguna duda es de que la ausencia de sus propios hijos durante estos meses lejos de Mónaco está pasando factura a la princesa. Solo cabe esperar que finalmente pueda reunirse con ellos en octubre como está previsto, aunque tenga que seguir afrontando los rumores de crisis matrimonial, al menos tendrá a sus hijos cerca y volver a «protegerlos».