La princesa Charlène de Mónaco lleva meses lejos de su casa, sus hijos la princesa Gabriela y el príncipe Jacques, su agenda oficial monegasca y su marido, el príncipe Alberto . Meses en los que desde la distancia y la enfermedad ella ha intentado combatir los rumores constantes de que su ausencia de La Roca era, en realidad, una huída hacia el divorcio. Pero no ha habido podcast, post de Instagram ni publicación sudafricana de Charlène que haya podido competir con la repercusión de las portadas de Bunte o Paris Match afirmando que el divorcio está en el aire. Unas portadas a las que hay que añadir las explosivas declaraciones de la ex pareja del príncipe, Nicole Coste , contra Charlene o las vertidas por la pariente lejana del príncipe, Christa Mayrhofer-Dukor que tuvo su momento de gloria veraniego afirmando que el príncipe Alberto le había confesado telefónicamente que el divocrio era cosa hecha.
Y mientras todo esto pasaba el príncipe Alberto guardaba silencio, inauguraba cosas llevando de la mano a sus hijos, cumplía a rajatabla con su calendario de eventos reales, viajaba hasta a Japón su hacía falta... pero de su mujer, ni una palabra, ni una foto, ni una visita, incluso el mismo día de su aniversario de boda, guardó silencio.
Hoy el príncipe Alberto reconoce que su (nula) política de comunicación ha avivado las llamas del descrédito de su matrimonio y ese ha sido su gran error. La última visita a su mujer en Sudáfrica no ha ayudado a calmar los rumores, sino más bien lo contrario. Desde que Charlène abandonó Mónaco en mayo el príncipe solo había acudido con sus hijos a visitarla en una ocasión. En aquel momento el aspecto demacrado de la princesa preocupó. En esta segunda ocasión, también. Pero lo peor es que las imágenes de ellos dos juntos no han convencido a nadie a pesar de los abrazos (un tanto ortopédicos) y las sonrisas (nulas en el caso de la hiaj de ambos) de la familia .
Como las imágenes familiares no parecieron calmar las aguas el príncipe se decidió a hablar por fin y de una vez por todas: comunicó que la vuelta de Charlène al principado sería inminente. Con un timing desastroso para la credibilidad de la pareja, el mismo día que todo el mundo se hacía eco de la buena noticia, Charlène fue ingresada de nuevo en un hospital. La respuesta de Alberto ante este nuevo revés fue, de nuevo, no comentar lo sucedido e irse de Mónaco para visitar con los niños Irlanda.
La portada en Paris Match de Nicole Coste, la madre de su hijo Alexandre Grimaldi-Coste, hablando de Charlène como poco menos que una «madrastra malvada» de cuento de hadas echó más leña al fuego. Y, por una vez, Alberto de Mónaco se ha decidido a intentar despejar los rumores y habladurías con una entrevista «como dios manda», ¿pero no es demasiado tarde?
El príncipe Alberto ha hablado para la revista People y ha contestado a todas y cada una de las cosas que se han dicho de su matrimonio y de Charlène en los últimos meses. Para empezar, intenta lavar la imagen de su esposa, «la princesa triste» e inestable. No se fue de Mónaco enfadada con él. No es una criatura caprichosa ni una mala madre que ha dejado atrás a su familia.
¿Por qué se fue Charlène de Mónaco? Para evaluar la labor que la fundación que lleva su nombre (y en la que trabaja su hermano y su cuñada) desarrolla en su país natal y, de paso, visitar a la familia. ¿Por qué permanece allí? Por los problemas de salud que Charlène lleva explicando meses y que esperan que estén solucionados en breve.
¿Por qué todo el mundo dice que se van a divorciar? Por que la pareja monegasca, como todo lo que tiene que ver con los hijos de Grace Kelly , es un blanco fácil para la prensa, los medios y los rumores devido a sus sobreexposicción mediática. Y la pregunta del millón, ¿por qué no ha dicho nada sobre este tema hasta que ha llegado a este punto? Porque ha cometido un error. «Probablemente debería haberme pronunciado antes sobre los rumores. Pero estaba concentrado en cuidar de los niños. Y pensé que las habladurías desaparecerían«. Las habladurías no solo no han desaparecido, han crecido, ¿bastará una entrevista en People para acabar con ellas?
20 de enero-18 de febrero
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