Leonor cumple 16 años y cruza el primer hito de la que será su biografía oficial como futura reina: con su nueva etapa en el internado de Gales toma las riendas de su manera de entender el mundo y, probablemente, de su forma de relacionarse con él. De esta crucial etapa fuera de España va a depender, y mucho, su trayectoria futura al servicio del país, años que no van a ser fáciles para una institución que enfrenta ahora sus momentos más delicados. Sin duda, los reyes Felipe y Letizia conceden la máxima importancia a la formación de la princesa heredera y todas las expertas que hemos consultado la resaltan, pero nos interesa hacer luz sobre lo que no parece entrar en los planes de la casa real o, al menos, lo que no se prioriza. ¿Qué retos va a tener que enfrentar la princesa Leonor a su vuelta del UWC Atlantic College de Gales? Cuatro expertas en realeza contestan desde ángulos distintos, todos muy interesantes. Una idea se repite: necesitamos conocer a la princesa.
«Hasta ahora hemos sabido muy pocas cosas de Leonor y de su hermana la infanta Sofía», opina Paloma Barrientos, periodista que sigue la casa real desde hace más de 20 años y autora de 'La infanta invisible' (2014), sobre la infanta Cristina. «Los españoles, y más los de su generación, la conocen poco y esta lejanía hace que se pierda el contacto con la que será jefe de Estado. Eso es un peligro. Ha estado tan protegida, tan resguardad entre las paredes de palacio por la reina Letizia, que es imposible saber cómo es, qué le gusta, cuáles son sus aficiones, qué deporte practica… Cuestiones cotidianas que nos acercarían de una manera más afectiva a la princesa de Asturias«.
«Al final, Lo que no se ve, no se conoce. Por eso sería muy positivo para el futuro de la monarquía que Leonor hiciera más apariciones no institucionales, que desarrollara actividades solidarias y saliera más a la calle. Su imagen, como la de su hermana, es un activo para la corona. No es bueno que se trate con tanto celo, como si fuera el tesoro de 'El señor de los anillos'».
Pilar Eyre, periodista y novelista de éxito, puede ser ahora mismo la máxima autoridad en casa real, al menos en cuanto a su trascendencia popular. Ha escrito los superventas 'La soledad de la Reina' (2012) y 'Yo, el Rey' (2020), que además será convertida en serie de televisión. La escritora coincide con Barrientos en el reto que la princesa Leonor tiene por delante. «Que la conozcan. Le interesa patearse escuelas, asociaciones de vecinos, hospitales, actos culturales, refugios de animales, barrios marginales, prisiones de mujeres, fábricas... Huir de la endogamia de los amigos pijos y ponerse al lado de desfavorecidos de la tierra. Y ser amable, humilde, empática. Mezclarse con la gente. No se puede amar lo que no se conoce».
Pilar Eyre es concluyente, además, con el mayor reto que enfrentará su siglo: la crisis climática. «Leonor necesita conocer de verdad qué es el cambio climático y los retos ecológicos a los que se enfrentarán las personas de su generación», condluye esta autora de éxito, finalista del Premio Planeta. Barrientos señala un modelo posible para Leonor, en un país que no nos queda tan lejos: Bélgica. «No estaría mal que en casa real siguieran las pautas de la heredera belga dando más normalidad y menos opacidad al futuro de la princesa Leonor como futura reina».
Durante 18 años, Carmen Enríquez siguió toda la actividad de casa real como corresponsal de la televisión pública y continúa ofreciendo análisis en distintos medios de comunicación. Su perspectiva al respecto de los retos de Leonor es doble. «Su reto propio es prepararse para ejercer el papel que le corresponde como heredera de la Corona. A su vuelta a España, tendrá que conocer el mundo militar y castrense, pues va a ser la jefa suprema de las Fuerzas Armadas, y pasar por la universidad, primero por una española y luego, como su padre, seguramente hará un master en el extranjero. Le quedará por delante el reto de país, que tiene que ver con el referéndum sobre la forma del estado que está sobre el papel. No es algo que pueda determinar, pero puede llevar una vida honesta, ejemplar, que es lo que se ha requerido siempre a la familia real».
Autora de la única biografía de la reina Sofía que contó con el testimonio de la reina emérita, 'Doña Sofía. La reina habla de su vida' (2008), Carmen Enríquez destaca además el papel primordial de cualquier monarca: «Por supuesto, tendrá que dar continuidad a la cadena dinástica y elegir pareja. Los cónyuges de las reinas siempre plantean problemas… No asumen el papel de consortes, sino que son príncipes o toman algún título honorífico para evitar la tentación de interferir en la gobernanza del país. De ahí que no se les nombre reyes. También está el artículo 57 de la Constitución que da preeminencia a los hombres sobre las mujeres en la sucesión al trono. Zapatero trató de reformarlo pero no se llegó a hacer. Pero, bueno, para todas esas cosas todavía queda tiempo por delante…».
Nuestra última experta, Pilar Vidal, lidia a diario con la información de casa real como jefa de la sección Gente del diario ABC. Vidal destaca su preparación académica y nivel cultural: «Por no jugar, no juega ni a la play,ni tiene perfil en redes sociales», señala. Y señala el horizonte inmediato de la princesa Leonor: el romántico. «Aún no es época de romances pero en breve le tocará lidiar con ello. Me gustaría que, al igual que ocurrió con sus padres, se enamorara y se casara por amor. Estoy segura de que nos dará buenos titulares porque es muy guapa. En este sentido, su padre será un buen consejero a la hora de elegir a sus amigos de confianza. Y si algún día llega a reinar, será una monarca moderna y conocedora de la realidad, c on una fuerte sensibilidad, que ejercerá su papel igual o mejor que su madre, porque ella lo ha aprendido desde la cuna».