La increíble historia a lo Cenicienta (que acabó en divorcio) de la princesa Muna de Jordania: la muchacha británica que pasó de trabajar de secretaria a casarse con el rey Hussein

Solo tenía 18 años cuando se cruzó con el rey Hussein de Jordania. Pasó de secretaria a casarse con Hussein de Jordania. Como Cenicienta.

La princesa Muna con sus dos primeros hijos, el futuro rey Abdalá II y su hermano, el príncipe Faisal. Pincha sobre la foto si quieres ver los mejores looks de su sucesora, la reina Rania. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Aunque la familia real que ha monopolizado la crónica social del siglo XX y lo que llevamos del XXI son los Windsor, existe una 'royal family' aún más trepidante: la familia real de Jordania . Todo lo que rodea al rey Hussein , fallecido en 1999, es oro a efectos virales. De hecho, los matrimonios sucesivos de este Rey enamoradizo podrían inspirar una serie de Netflix que ya quisiera 'The Crown'.

El joven rey Hussein de Jordania subió al trono con 17 años en 1953, después de presenciar el asesinato del rey Abdalá I, su abuelo, en 1951, y que su padre fuera depuesto después de un año de reinado por enfermedad mental (esquizofrenia). Rápidamente, a los 19, acordaron su matrimonio con una prima de 26, la princesa Dina. Un año después, el rey Hussein quiso tomar las riendas de su vida y poner las cartas sobre la mesa. Y lo hizo a lo grande gracias a la princesa Muna.

La historia de amor entre el rey Hussein y la princesa Muna tiene todos los elementos del cuento romántico de la Cenicienta, y no estamos exagerando. Antes de convertirse en princesa y de cambiar su nombre y religión, Muna se llamaba Antoniette (Toni) Avril Gardiner y era hija de un militar del ejército británico destinado en Malasia. Toni nació en 1941 en Suffolk, Inglaterra, pero pronto la familia se trasladó a la entonces colonia británica. De hecho, cursó sus estudios de primaria en Kuala Lumpur y allí se convirtió en una apreciada jugadora de hockey.

Algunos años antes de la declaración de independencia de Malasia en 1963, la familia vuelve al Reino Unido donde Toni trabaja como secretaria, una vida aburrida de la que pudo librarse, de nuevo, gracias a su padre. El ejército le asignó un nuevo destino en Jordania y su hija no dudó en acompañarle.

Aunque no era precisamente fácil para una mujer joven y extranjera encontrar trabajo en Amman, Toni logró rápidamente colocarse como secretaria ayudante en el rodaje de 'Lawrence de Arabia', la clásica película de David Lean protagonizada por Peter O'Toole. El director solicitó la cooperación del ejército jordano para rodar algunas escenas y el rey Hussein visitó el set de filmación donde, casualidad o destino, estaba la futura princesa Muna. En la biografía no autorizada del Rey se relata otra versión de su primer encuentro: allí se afirma que se produjo en una fiesta de disfraces en la que fue precisamente Toni la que interpeló al Rey hachemita: «Su Majestad va hecho un desastre», parece que le dijo.

Las crónicas hablan de un noviazgo no rápido: rapidísimo. En pocos meses se decidió y se celebró la boda, todo un escándalo en la sociedad de la época por unir los destinos de un rey jordano con una extranjera. En aquel momento era inconstitucional que un rey musulmán se casara fuera de su religión, cosa que prueba la tremenda determinación de Hussein a la hora de casarse con aquella joven británica.

Toni tuvo que convertirse el Islam (aunque se rumoreó que jamás dejó su fe cristiana) y volver a bautizarse en su nueva fe. Tomó el nombre de Muna al-Hussein y solo después de dar a luz a su primer hijo , el hoy monarca Abdalá II, asumió el título de princesa real. El 25 de mayo de 1961, con un vestido a la moda occidental ey un collar de diamantes, la pareja oficializó su relación en una ceremonia en el palacio de Zahran.

La estampa era la de una Cenicienta: la joven británica que, en cuestión de semanas, pasa de trabajar de 9 a 5 para ganarse la vida a sentarse en un trono real. La vida de la princesa Muna cambia radicalmente desde ese momento, y no solo con la llegada de su primogénito Abdalá en 1962, del príncipe Faisal (1963) y de las gemelas Aisha y Zein (1968).

No solo tiene que acompañar al rey Hussein a todo tipo de actos oficiales y representar a Jordania en su intensa agenda internacional, sino que vive los peores años de la monarquía jordana, con constantes amenazas de muerte al Rey y una inestabilidad política peligrosa. Aunque en 1971 acudieron juntos a las gran fiesta de Persépolis a la que el Sha y la emperatriz Farah invitaron a todas las monarquías, dos meses después anunciaron su divorcio. Fue una sorpresa.

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Muna, que conservó su título de Alteza Real tras el divorcio, tuvo que dividir su tiempo entre Jordania e Inglaterra para seguir al lado de sus hijos. Su posición en la corte no era ideal, sobre todo después de que el rey Hussein se hubiera vuelto a casar con Alia Toukan, a la que sí se le dio el título de reina. Al fin y al cabo, sólo era madre de dos príncipes que no estaban destinados a subir al trono, ya que el heredero aún era el príncipe Hassan, hermano de Hussein. Es probablemente esta condición de menor importancia le permitió durante años mantener su puesto, porque no representaba ninguna amenaza y no le movía ninguna ambición.

Durante todos estos años, la princesa concentró su energía en la educación y la salud. Esto llevó a la creación de la Fundación de Becas Princesa Muna para Enfermería, que forma a enfermeras. Desde que su hijo se convirtió en rey, el papel de Muna se ha ampliado. Ha realizado varios viajes oficiales al extranjero, casi siempre sobre temas de salud pública.

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