Así fue la vida de Anastasia de Grecia, la plebeya millonaria (y divorciada) que se casó con Cristóbal de Grecia y Dinamarca: muerte prematura, una vida triste y mala relación con el rey Constantino I

Es uno de los personajes más interesantes de la realeza europa. Norteamericana y muy rica, entró a formar parte de la familia real griega por su matrimonio con el príncipe Cristóbal de Grecia y Dinamarca. Tras varios años de oposición, el rey Constantino I le concedió ser Princesa con tratamiento de Alteza Real.

La Princesa Anastasia de Grecia y Dinamarca: este era su tratamiento real, tras su matrimonio con el príncipe Cristóbal de Grecia y Dinamarca, el menor de los ocho hijos del rey Jorge I de Grecia y de la reina Olga, Gran Duquesa de Rusia. Jorge I permaneció en el trono 50 años, el reinado más largo de un rey griego, hasta que fue asesinado en 1913, por un mendigo al que atribuyeron ser «un terrorista socialista». Le sucedió su hijo, Constantino I.

En las turbulencias que atravesó la familia real griega a comienzos de los años veinte, muchos decían que debían ocupar el trono Cristóbal y su esposa Anastasia, pero nunca se consideró seriamente. A Cristóbal también le ofrecieron los tronos de Albania, Lituania y Portugal, pero los rechazó.

La razón de tanta popularidad residía en su esposa Anastasia, una estadounidense, 10 años mayor que él, con una gran fortuna, precisamente lo que no tenía la familia real griega. Su matrimonio fue breve, pero intenso.

El nombre original de Anastasia era Nonnie May (o Nancy) Stewart y había nacido en Zanesville, Ohio, en 1878. Cuando era niña, su familia se mudó a Cleveland. Sus amigos de la infancia la llamaban «Pinkie». Se educó principalmente en casa, hasta los 17 años, cuando la inscribieron en la escuela universitaria para niñas, Miss Porter's School, en Connecticut. Siendo todavía adolescente, contrajo un fugaz matrimonio con el banquero George H. Worthington, nieto del industrial George Worthington, pero el matrimonio duró apenas cuatro años y Worthington falleció poco después del divorcio.

Conoció a su tercer marido, Cristóbal de Grecia y Dinamarca, diez años menor que ella. El encuentro tuvo lugar en 1914 en Biarritz, Francia y ese mismo año anunciaron su compromiso. / getty images

Con solo 22 años, volvió a casarse casi inmediatamente con William Bateman Leeds, que había ganado una fortuna de 40 millones de dólares en el negocio del estaño. Se divorció de su esposa en 1900 y, pocos días después, se casó con Nancy. Tuvieron un hijo, pero Nancy se quedó viuda en 1908. Era muy joven y muy rica. Eligió permanecer en Europa, sobre todo en París, después de la muerte de su esposo, y comenzó a moverse en los círculos aristocráticos del continente. Así fue como conoció a su tercer marido, Cristóbal de Grecia y Dinamarca, diez años menor que ella.

El encuentro tuvo lugar en 1914 en Biarritz, Francia, y ese mismo año anunciaron su compromiso en la isla de Capri. Pero Nancy era una plebeya divorciada, y muchos miembros de la familia real griega no aprobaban el matrimonio. Otras versiones aseguran que los lazos de la familia real griega con la familia real alemana y sus simpatías con la causa alemana, en plena Guerra Mundial, perturbaban seriamente a Nancy, que no quería ser despreciada en su país natal si se la consideraba partidaria de un enemigo de Estados Unidos.

El matrimonio se retrasó seis años. Fue en 1920 cuando la familia real griega cambió de opinión y Nancy y Cristóbal, hermano entonces del rey Constantino I de Grecia, se casaron. Muchos dicen que, en ese momento, la familia real necesitaba más que nunca el dinero de Nancy, ahora Anastasia, porque, tras la guerra, atravesaba serios problemas financieros y el rey necesitaba apoyo. Anastasia y Cristóbal se casaron, sin embargo, en Vevey, en una ceremonia ortodoxa, siguiendo la ley suiza, que consagraba la separación total de bienes.

En 1921, esta rica estadounidense convertida en princesa era muy popular en toda Europa y Estados Unidos. Su historia resultaba fascinante: unía la belleza a la riqueza y al propósito de ser aceptada en la alta sociedad. La prensa estadounidense a menudo se refería a ella como «La princesa del dólar» o «La princesa del millón de dólares». Amante del lujo y gran coleccionista de maestros de la pintura, de muebles de gran valor y de joyas, fue una de las mejores clientas de Cartier, hasta el punto de que disponía de su propio salón privado en la prestigiosa joyería en París.

La pareja se estableció en Palermo, donde mandaron construir la Villa Anastasia, compaginando Italia con largas temporadas en Atenas. Fue por esta época cuando el hijo de Anastasia, casi todavía adolescente, se casó con otra princesa, la gran duquesa Xenia Georgievna de Rusia, sobrina del príncipe Cristóbal. Un matrimonio al que Nancy se opuso en un principio, por la juventud de los contrayentes, que se comprometieron tan solo 24 horas después de conocerse. Pero que finalmente se celebró, estrechando los lazos con la familia real.

La vida de Nancy fue, sin embargo, triste a partir de entonces. Le diagnosticaron un cáncer de estómago poco después de su boda. Su matrimonio solo duró tres años. Murió el 29 de agosto de 1923 a la edad de 45 años en Londres. Fue enterrada, sin embargo, en el cementerio Woodlawn, en Queens, Nueva York, según había dejado escrito en su testamento. Lo prefirió al camposanto real griego. El príncipe Cristóbal volvió a casarse el 11 de febrero de 1929 con la princesa Francisca de Orléans, en Palermo. Tuvieron un hijo, Miguel de Grecia, nacido el 7 de enero de 1939, uno de los primos más queridos de la Reina Sofía.

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