Ángela María Téllez-Girón, la discreta Duquesa de Osuna que se divorció, se volvió a casar con su primo y que rivalizaba en títulos y poder con la Duquesa de Alba

Doña Ángela María fue, como las demás grandes duquesas de España , una importante «socialité» de su tiempo, pero dentro de una enorme discreción. Su padre murió cuando ella tenía ocho meses de edad. Tuvo una niñez feliz, entre Madrid y Sevilla y fue buena estudiante. Llegó a hablar con soltura cuatro idiomas, lo que le permitió relacionarse con muchos personajes internacionales y mantener un ambiente muy cosmopolita en su casa. Su puesta de largo fue un gran acontecimiento social, como la de la Duquesa de Alba , al igual que su boda, que filmó el No-Do.

Se casó, en primeras nupcias con Pedro de Solís Beaumont y Lasso de la Vega, nieto de los marqueses de la Motilla, en 1946, en la Parroquia de San Bartolomé, junto a su castillo de Espejo, en Córdoba, ante mil invitados. La madre de Ángela, entonces Duquesa viuda, mandó que se repartieran 10.000 comidas entre todos los habitantes del pueblo. La novia iba acompañada de ocho damas de honor y dos pajes. Los novios partieron de luna de miel a las Islas Canarias.

De este matrimonio nacieron sus hijas Angela María, la actual duquesa de Osuna, y Gracia, fallecida a principios de año, Duquesa de Plasencia y de Morignano. La Duquesa enviudó en 1959 y de su segundo matrimonio, celebrado en 1963, con José María de la Torre y Montalvo, marqués de Montemuzo, diplomático y archivista, nacieron Pilar, duquesa de Uceda y marquesa de Belmonte, y Asunción, duquesa de Medina de Rioseco y condesa de Salazar. Su segundo marido también falleció, en 1991.

El ducado de Osuna fue creado en 1562 por el rey Felipe II y otorgado a Pedro Téllez-Girón y de la Cueva, v conde de Ureña. A él han ido unidos los Ducados de Arcos, de Béjar, de Benavente, de Gandía, del Infantado, de Pastrana o de Lerma: hasta trece ducados, doce marquesados, trece condados y un vizcondado. El apellido Téllez-Girón ha permanecido en la familia desde entonces.

Familia del poeta Rafael de León, la XVI Duquesa de Osuna era una gran amante de su poesía, así como de los toros y del flamenco. Era una parte muy importante del alma de Sevilla. Organizaba renombradas fiestas en su casa palacio de la Plaza de Nuestro Padre Jesús de la Redención, a las que acudía toda la aristocracia, y a las que en varias ocasiones acudió Don Juan, conde de Barcelona, padre del rey Juan Carlos . En ellas había cante y baile, dos cosas que la apasionaban. De una gran devoción religiosa, fue camarera de honor de la Virgen de las Aguas y en Semana Santa cosía a mano joyas propias y de otras nobles para adornar el manto de la virgen, en la noche previa al Lunes Santo.

Su hija mayor, y quien ostenta hoy el título de Duquesa de Osuna, es Angela María Solís-Beaumont y Téllez-Girón, que hoy tiene 71 años. Como su madre, la duquesa actual es una de las aristócratas más importantes y discretas de España. Además de Duquesa de Osuna, título con Grandeza Inmemorial, posee 12 títulos más: entre ellos es condesa-duquesa de Benavente, condesa de Peñaranda de Bracamonte, también con grandeza de España, de Puebla de Montalbán y de Pinto, además de marquesa de Jabalquinto y Lombay, condesa de Oropesa, con Grandeza de España, condesa de Alcaudete, y marquesa de Berlanga, Frechilla, Villarramiel y Toral.

La actual duquesa siempre ha protegido su intimidad a capa y espada. Se casó por primera vez, con Álvaro de Ulloa y Suelves, conde de Adanero y marqués de Castro Serna, en 1973, en una boda que fue todo un acontecimiento social porque los novios tuvieron como padrino a Don Juan, representado por el Marqués de Castro. La novia llevaba la espectacular tiara de la familia sujetando su velo antiguo bordado. Tras la ceremonia se sirvió un almuerzo en el palacio familiar de los Condes de Montalbán, en la Puebla de Montalbán, en Toledo.

El matrimonio tuvo dos hijas –la mayor también se llama Ángela María, como su madre y su abuela; la segunda, Cristina–, pero acabó en divorcio. Angela María se casó por segunda vez con su primo Pedro Romero de Solís-Beaumont, matrimonio que también fracasó en 1994. Dicen quienes la conocen que la actual Duquesa de Osuna es una mujer muy sencilla, que no se deja atar por los prejuicios y que lleva sus importantes títulos con una gran naturalidad. Su hija Ángela, primogénita, casada con Javier Gil de Biedma Villalonga, Vizconde de Nava de la Asunción, recibió de su abuela el condado de Ureña y solicitó el de Gandía, mientras Cristina, su hermana, casada con Jaime Álvarez de las Asturias Bohorques, el marquesado de Jarandilla. Cristina tiene dos hijos, Beatriz y Jaime.

La casa de Osuna cuenta con un valiosísimo patrimonio histórico y artístico, pero a diferencia de lo sucedido con los Medinaceli, los Medina Sidonia y los Alba, no se ha constituido en una Fundación. El título y su patrimonio llegaron a su máximo esplendor en el siglo XVIII, cuando era titular Pedro de Alcántara Téllez-Girón, casado con Josefa Pimentel y Téllez-Girón, la condesa duquesa de Benavente a la que pintó Goya. Entre las propiedades del Ducado figuran los castillos de Arcos o Beauraing, en Bélgica, y los palacios de Gandía, Aranjuez, Marchena y Montalbán, entre otros, y una importante colección de arte. Los más emblemáticos son el castillo de espejo, en Córdoba, la Casa Palacio de Sevilla, del siglo XVII, o la Casa Palacio de Toledo, en la Puebla de Montalbán, del siglo XVI. La XVI Duquesa repartió gran parte de sus títulos entre sus hijas y sus nietas, con lo que el patrimonio se ha diseminado en los últimos años.

Se cuenta que la condesa duquesa que inmortalizó Goya, Josefa Pimentel, casada con Pedro de Alcántara, Duque de Osuna, tenía a su servicio un centenar de criados, entre ellos un peluquero francés que peinaba a los lacayos a la moda. De esta época data el Palacio del Capricho, construido en Madrid en medio de un hermoso jardín barroco. Tenían una gran vida social: a sus salones acudían Moratín o el músico Boccherini.