Así fue el difícil primer verano de la reina Letizia en Mallorca: problemas con la reina Sofía y falta de intimidad

Las primeras vacaciones de Letizia en Mallorca fueron en 2004. Aquel agosto marcó una relación difícil de la actual reina con la isla... y con su familia política.

El primer verano de doña Letizia en Mallorca. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Las primeras vacaciones de la reina Letizia en Mallorca fueron en 2004, pocos meses después de contraer matrimonio con Felipe VI . Un año después se convirtió en madre y en 2007 viajó por primera vez con la infanta Sofía. Doña Letizia no ha faltado un solo año a su cita con la isla. Mientras, tanto ella como su entorno familiar han ido sufriendo un gran cambio.

Sin embargo, aquel primer mes de agosto marcó una relación difícil de doña Letizia con la isla que quizá vaya pareja a los problemas que originaron su adaptación a la familia real. En aquellas semanas se convirtió en el centro de atención en las regatas, en la que participaban su marido, su cuñada Cristina y su suegro.

Letizia apareció, el segundo día de la competición, aquel 2004, rodeada de sus cuñados, Iñaki Urdangarín y Jaime de Marichalar, la Reina Sofía y todos sus sobrinos, en la lancha Somni. Era su primera aparición pública en unas regatas en Mallorca como princesa de Asturias y miembro de la familia real. Vestida con unas bermudas blancas y una camiseta estilo kaftán del mismo color, se protegía del sol con una visera de color verde y unas gafas de sol.

Los príncipes de Asturias acudieron esa noche a la cena de tripulaciones que se celebró en el Castillo Militar de San Carlos en Portopí. Posaron en el Palacio de La Almudaina y también se fotografiaron en el Real Club Náutico de Palma de Mallorca con doña Sofía y don Juan Carlos.

Vídeo. Familia Real española: los escándalos que la han destrozado

Los actuales reyes nunca se hospedaron en las habitaciones del palacio de Marivent, sino en Son Vent, un palacete anexo de quinientos metros cuadrados, ocho habitaciones, jardín y piscina. Esto permitía al nuevo matrimonio y, más tarde a sus hijas, una vida más independiente de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Pero la falta de intimidad era constante en cada salida de palacio.

Lo primero con lo que se encontró doña Letizia fue con un enorme revuelo de periodistas y fotógrafos allá donde iba. Salió un par de días más a contemplar las regatas de la Copa del Rey, y se vistió de la misma forma todas las veces, pensando que así los fotógrafos perderían interés. «Me pongo el uniforme de todos los días para ver si se cansan de las fotos», comentó, según ha contado la periodista de ABC Almudena Martinez-Fornés. Pero, los informadores no se cansaron, sino todo lo contrario.

Doña Letizia y la reina Sofía, cómplices en Mallorca en el verano de 2004. / gtres

Doña Letizia se dio cuenta, desde ese primer verano, de cómo su vida personal y familiar, que es la parte que está más expuesta en Mallorca y la que ella siempre ha tratado de proteger más, no dejarían de ser perseguidas. Hiciera lo que hiciera.

La reina trató de compartir la pasión marinera de su nueva familia política. Pero su escasa afición marinera ha permanecido igual a lo largo de los años. Ni siquiera Leonor y Sofía han aprendido a navegar, a diferencia de todos sus primos, que cada verano acudían a la escuela de Cala Nova. Doña Letizia se dio cuenta de que debía encontrar su hueco y frente a una familia real volcada en el mar, ella empezó a proponer excursiones al interior de la isla y a lugares con encanto o atractivo cultural, lo que ha ayudado a promocionar el lado menos conocido de Mallorca durante todos estos años.

Doña Letizia tampoco se sintió integrada en el círculo de amistades de don Felipe. Habitualmente, el rey compartía salidas con el príncipe Kyril de Bulgaria y con sus primos, los hermanos Gómez-Acebo , además de con sus compañeros de regatas. Los Bulgaria y los Gómez-Acebo, así como los primos griegos, pasaban temporadas en Marivent.

La nueva princesa de Asturias no encajó desde el principio con ninguno de ellos que, sin embargo, tenían una relación muy cercana con sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina. Siempre se ha dicho que los amigos de don Felipe no fueron efusivos con doña Letizia, que los consideró «pijos».

Don Felipe, sin embargo, sigue reservando algunos huecos en su agenda mallorquina para salir a cenar con sus compañeros de regatas, un plan del que nunca ha formado parte doña Letizia. Entre estos acompañantes del príncipe, con los que comparte cenas en sencillos chiringuitos y siempre lejos de las cámaras, están el almirante Jaime Rodríguez-Toubes, que pertenece a una conocida familia de marinos gallegos; Ricardo Álvarez-Maldonado, capitán del Aifos, el barco de la Armada con el que compite el rey en la regata mallorquina; o el mallorquín Javier Sans, navegante profesional y uno de los regatistas oceánicos más experimentados del mundo.

Hay un amigo del rey, sin embargo, que ha encajado muy bien con doña Letizia desde el principio. Es el músico Jaume Anglada, también regatista del Aifos, que mantiene una amistad de años ya con el matrimonio real. Doña Letizia tiene también una cariñosa relación con su mujer, Pilar, que suele visitar con frecuencia Son Vent. Los reyes y sus hijas han asistido, en numerosas ocasiones, a los conciertos de Anglada en el Club Naútico, cada año, después de un día de regatas. Doña Letizia es una verdadera fan del cantautor mallorquín y, siempre que puede, acude a alguno de sus recitales.

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?