La reina Letizia, retratada por Annie Leibovitz para la colección del Banco de España. /
Preparémonos para unas líneas incómodas pero necesarias: es imposible que un acontecimiento tan relevante como la presentación de un nuevo retrato de la reina Letizia y Felipe VI pase inadvertido o reciba aplauso unánime. La reina Letizia ha de estar ya muy acostumbrada a recibir cierto tipo de correctivos virales, pero en lo que se refiere a las fotografías tomadas por Annie Leibovitz debemos conceder que no todas son destructivas. Y que siempre es interesante escuchar criterios distintos al propio.
Diremos el pecado y no el pecador, aunque todas las críticas a las fotografías de Leibovitz que vamos a recoger a continuación se hacen eco y reúnen impresiones volcadas por todo tipo de personas, la mayoría profesionales vinculados al comentario político o social, pero también expertos en moda, protocolo e imagen política. Como en la mayoría de los casos han coincidido varias o incluso muchas opiniones, nos quedamos con lo importante, el contenido, y evitamos señalar a su autor.
En todas las comunicaciones que han rodeado la presentación de las fotos a los reyes Felipe y Letizia , aparecen señalados como responsables de prácticamente todo lo que respecta a los retratos tanto Banco de España, la institución que encargó el trabajo, como Annie Leibovitz. Por lo que parece, los monarcas pusieron a disposición un día y casi todo lo demás lo decidieron otros: la indumentaria del soberano, los símbolos, la estancia, el formato…
Puede que tanto diferir las decisiones solo sea un recurso para evitar responsabilidades, pero lo que transmite es una sensación de impotencia de Casa Real notable. Si nos guiamos por lo publicado y explicado en la presentación a la prensa del retrato de los Reyes , lo único que cabe imputar a la reina Letizia es la elección de su look, como ya sabemos de Balenciaga. Eso sí: a la combinación de vestido negro y capa llevada a modo de estola no se le han hecho apenas críticas.
Una de las críticas más unánimes en todos los frentes, el popular y el profesional, es que «la reina no parece una reina». Es cierto: Annie Leibovitz ilumina a Letizia como si estuviera entrando en cualquier alfombra roja de la 'A list' de Hollywood. Su actitud es innegable: aquí vemos a una mujer de acción, no a una monarca serenísima.
Cabe subrayar que la pose de sus manos, con el dedo apuntando al suelo, parecen evocar el posado de la duquesa de Alba en el famoso retrato de Goya. Ese gesto que apunta a una inscripción en la arena que dice 'Solo Goya' se interpretó como señal de un hipotético romance entre el pintor y la aristócrata. Quizá Letizia quiso subrayar su más inseparable anillo, famoso por llevar dos inscripciones: «Mientras yo exista, serás amado» y «El amor lo mueve todo».
En las redes sociales, una de las críticas más viscerales tuvo que ver con la elección del día de presentación de los retratos de los reyes Felipe y Letizia, después de nueve meses de espera desde que se tomaran las fotografías. Por un lado, se reprochó a los monarcas que este despliegue de pompa y boato se presentara con la tragedia de la DANA aún sin resolver y el fango todavía presente en las calles y garajes de los valencianos. Pero, además, se adujo que tras aguardar nueve meses podría haberse extendido más la espera.
La audiencia digital prácticamente se dividió al respecto de la cuestión de la tiara o, como deberíamos denominarla en España (tiara es un anglicismo), diadema. Hay quien opina que la reina Letizia está espectacular sin los atributos propios de una reina y hubo quien se lamentó amargamente de que su imagen tuviera más que ver con la de una modelo o una actriz que con una reina consorte. Se confirmó en la presentación de los retratos: Annie Leibovitz logró que Letizia posara sin diadema y eligió las fotos en las que, efectivamente, no la lleva.
Esta crítica sí que merece referencia a su autora, pues no hemos detectado que nadie en las redes haya aludido a ninguna dificultad para reconocer a la reina Letizia en los retratos de Annie Leibovitz. Ha sido la periodista y novelista Pilar Eyre la que se ha quejado de este particular: «¿Estáis seguros de que es ella? Esos ojos abiertos y asustados, la nariz chata, haciendo morritos y todo bajo una bruma neblinosa dificultan la identificación«, opina la experta en casas reales.
Como siempre que una imagen se hace viral, los más ingeniosos de Twitter/X apuntan sus propias interpretaciones de la misma en forma de meme. Basta añadir una frase al retrato de la reina Letizia, por ejemplo esta: «¡Traedme el corazón de Blancanieves!». Evidentemente, se alude al parecido de la reina con la madrastra del famoso cuento. Hubo más de un comentario que, además, quiso ver un parecido entre Letizia y Demi Moore, últimamente popular gracias a la película 'La sustancia'.
Muchísimos comentarios en las redes sociales han mostrado extrañeza e incomprensión ante el uso de la luz en el retrato de Annie Leibovitz a los reyes Felipe y Letizia. Sobre todo, por el contraste entre la claridad que realza a la reina y la oscuridad de la que emerge el monarca. «La luz es horrible y el color decadente, no les favorece nada y parece artificial». «La ambientación es oscura, emocionalmente lúgubre». «Felipe está en las tinieblas».
«No es serio que Letizia parezca agregada con Photoshop de otra imagen, en otras condiciones de luz en ese entorno», comentaba.
El díptico realizado por Annie Leibovitz por encargo de Banco de España, como regalo a los reyes Felipe y Letizia por su primera década de reinado. /
Esta es una de las pocas críticas que hemos leído en perfiles de Instagram internacionales, dedicados a comentar las novedades de las casas reales europeas. «Leibovitz siempre ha realizado los retratos de las personas que no pertenecen a Hollywood con un estilo diferenciado: oscuro, taciturno, como si una tormenta estuviera a punto de descargar en la habitación. Artísticamente, es una creadora de un solo truco. Sus fotos de Isabel II también eran demasiado oscuras y deprimentes. Definitivamente, no es una fotógrafa de la realeza».
Esta es otra de las críticas que se ha repetido una y otra vez: «El encuadre está inclinado»; «demasiado techo y ellos muy bajos, casi corta los pies al Rey». La cuestión del encuadre del retrato de los reyes Felipe y Letizia puede ser una de las claves menos comentadas del díptico, pero deja claro que la estadounidense no da puntada sin hilo. De la misma manera que quiso elevar a Letizia con la luz y dejar al monarca en una zona oscura, con el encuadre también dice mucho.
Leibovitz ha utilizado en la fotografía de los monarcas españoles (aunque se presente como díptico, en realidad vemos una única escena) el llamado plano holandés: la cámara se inclina al respecto de la línea del horizonte para provocar una sensación de inestabilidad. Se utiliza mucho en el cine (sobre todo de terror o fantasía) para incidir en la sensibilidad del espectador provocándole inquietud, tensión, conflicto o sorpresa.
Era imposible que no se detectara cómo la reina mira directamente a cámara, con su conocida expresión desafiante, mientras que el rey parece mirar a una tercera persona, fuera del encuadre fotográfico. Uno de lo comentarios sobre esta circunstancias trató de explicar la escena de la siguiente manera:
«El más oscuro y en posición de descanso; ella más iluminada y en tensión. La reina mira directamente al espectador, mientras que el Rey mira al espectador que mira a Letizia. Claramente el retrato es de ella y el Rey es un decorado más. Necesario para entenderla a ella».
Este es otro comentario que no se prodigó en las redes sociales y que solo le hemos leído a Ana Polo Alonso, autora de la biografía de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba. «Annie Leibovitz escogió la Sala Gasparini del palacio real para los retratos de Felipe y Letizia. Personalmente, me parece un horror. El palacio es precioso, pero esta sala es de un rococó excesivo. Además, no casa con la tradición artística española, de una elegante austeridad».
Algunas pistas que periodistas y comentaristas van dejando aquí y allá parecen apuntar a que los reyes Felipe y Letizia podrían no estar del todo satisfechos con el resultado del encargo de Banco de España a Annie Leibovitz. La primera tiene que ver con una de las pocas condiciones que Casa real puso para aceptar el regalo: que la fotografía estuviera en la galería de retratos reales. No se entiende la insistencia en estar en dicha galería, pero posar sin diadema (sin tiara) ni ornamentos propios de la posición.
Además, las crónicas refirieron un momento comprometido en la presentación a prensa de los retratos de Leibovitz. «¿Los reyes están satisfechos con el resultado?», se preguntó. «A ver, la fotografía…», empezó a explicar la comisaria de Banco de España, Yolanda Romero. No pudo terminar, porque fue interrumpida por una segunda portavoz de Banco de España que zanjó la cuestión: «Yo creo que nosotros no tenemos que entrar en eso. Es una obra artística de una calidad indecible».