No se puede decir que la reina Sofía haya sido una consorte polémica. Para su fortuna, le tocó vivir unos tiempos en los que la monarquía se situaba fuera y un poco por encima del debate público, el lugar privilegiado de una institución frágil que se buscaba proteger. Eso hizo que la viéramos más que la escucháramos durante la mayor parte de su reinado. Hasta que llegó Pilar Urbano.
Como también sucede hoy, la reina Sofía se expresó más mediante las imágenes y los gestos que con sus propias palabras, en una articulación que hubiera chocado bastante a los españoles pues su acento es, aún hoy, importante. Nadie duda del papel central que jugó en el prolegómeno franquista y primeros años del reinado de Juan Carlos I , pero su rol posterior fue limitado. Más que esposa, la visualizamos como madre.
Pese a su comodidad en ese segundo plano que Casa Real siempre busca para las consortes, la reina Sofía quiso conceder una larga entrevista a la periodista Pilar Urbano que sirvió para alimentar su primera y única biografía oficial, publicada en 2008. Se llamo 'La Reina muy de cerca' (Ed. Planeta) y fue un bombazo editorial que marcó escuela. No lo olvidemos: España aún no sabía nada del matrimonio fallido de los monarcas ni Urbano hablaba en ningún caso del tema.
En aquel interesantísimo volumen, la reina Sofía expresaba abiertamente parte de sus creencias morales, muy marcadas por sus heterodoxas creencias religiosas, por su estricta educación a la vieja usanza y por su propia generación. Rechazaba algunas de las cuestiones que entonces empezaban a debatirse y hoy ya están resueltas legislativamente, como la eutanasia o el aborto. Y se manifestaba sobre la cuestión gay.
No podemos olvidar algo importante: en un Estado que apenas dejaba de ser confesional, la cuestión de los derechos LGTBIQ+ no estaba, ni de lejos, en la mente de los españoles y mucho menos de la familia real. De hecho, cuando la democracia amnistió a los presos políticos que aún estaban en las cárceles 'se olvidó' de liberar a los homosexuales y lesbianas que habían sido encerrados por el mero hecho de su orientación sexual.
Ni en los años 80 ni en los 90 hubo debate público en el 'mainstream' sobre derechos para gays y lesbianas, más allá del miedo y el estigma que alimentó la aparición del Sida y que aún sufrimos hoy, pese a la efectividad de los fármacos. En este contexto, es comprensible que los reyes no se hubieran manifestado ni una sola vez a lo largo de su reinado en cuanto a esta cuestión.
Con la perspectiva de los acontecimientos, podemos hoy lanzar hipótesis de la razón por la que la reina Sofía quiso hacerse oír en 2008. Hablamos del momento más dulce de la relación del rey Juan Carlos I con Corinna Larsen, hasta el punto que al año siguiente se mudó con su hijo Alexander cerca de Zarzuela, a La Angorrilla. Se trata de una residencia de Patrimonio Nacional ubicada en el monte de El Pardo que se reformó entonces para añadir garaje y piscina cubierta.
¿Fue la biografía de Pilar Urbano una rebeldía de la reina Sofía para poner sobreaviso al rey Juan Carlos? Jamás lo sabremos, aunque sí se ha publicado que el emérito llegó a comunicar a su familia que pensaba pedir el divorcio. Sea como fuere, la polémica sobre el libro se centró en las manifestaciones de la reina sobre el matrimonio gay , legalizado en 2005, que fueron las siguientes: «Es respetable que los gays se casen, pero que no lo llamen matrimonio».
El escándalo fue enorme y Casa Real tuvo que emitir un comunicado que sostenía que las «supuestas afirmaciones» de la emérita a Pilar Urbano «no reflejan su profunda actitud de respeto« hacia todo el mundo y su «cercanía hacia quienes sufren, son perseguidos o discriminados». La nota añadía que la reina Sofía lamentaba «profundamente que la inexactitud de las palabras que se le atribuyen haya producido malestar o disgusto en personas o instituciones, a las que siempre ha profesado y profesa un profundo respeto».
En todo caso, la centralidad de la cuestión LGTBIQ+ en 2008 no tenía nada que ver con la que la reina Sofía podía atribuirle, en su visión de la sociedad anclada en otras décadas. La prueba es que el primer acto como reyes de Felipe y Letizia fue la invitación a los representantes de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y de la Fundación Triángulo, dos de los principales colectivos de defensa de los derechos de los homosexuales.
Pilar Eyre, periodista y escritora que ha publicado su propia biografía sobre la reina Sofía, 'La soledad de la reina' (Ed. La esfera de los libros), esta no autorizada, abunda sobre la polémica gay de la reina Sofía. Eyre opina que todo se originó en «interpretaciones» de Pilar Urbano a las palabras de la reina. ¿Pudo afectar al texto que Urbano sea numeraria del Opus Dei?
«Lo cierto es que son extrañas las manifestaciones de la reina Sofía al respecto de la cuestión gay, pues tiene primos alemanes que lo son y el jefe de la casa de Baviera también es gay», explica Pilar Eyre. «Realmente no tiene mucho sentido y no me creo la versión del libro», sentencia.
20 de enero-18 de febrero
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