Felipe VI (entonces príncipe), don Juan Carlos de Borbón, la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina posan en un viaje de esquí a Baqueira. /
Es de sobra conocido el esquí (que la familia real siempre practicaba en Navidad) como una de las grandes aficiones de los Borbones; una que han dejado en los últimos años por la crisis de la monarquía. O tal vez lo hicieron por lo que parece una maldición borbónica: los accidentes siempre han estado presentes en sus viajes de esquí y algunos perdieron la vida practicando su deporte favorito, mientras que Felipe VI se quedó a poco de hacerlo. El rey Juan Carlos I sufrió una lesión que ha arrastrado de por vida.
La infanta Cristina y su familia han pasado estas vacaciones navideñas en Baqueira, después de años sin visitar las pistas. Pero la tradición de escapar al pirineo catalán a practicar su deporte favorito no la inventaron ellos: los eméritos fueron mucho desde jóvenes. Tanto es así, que el rey Juan Carlos tiene anécdotas para rato e incluso se rompió una rodilla en una ocasión. Era «la meseta tibial externa» y requería «intervención quirúrgica», según el médico de la pista que le atendió en el momento, Manuel-Alex Vidal. Estaba en lo cierto. La lesión en el futuro le acarreó mayores problemas de movilidad.
El incidente sucedió en el año 91, cuando el emérito tenía 53 años, al ser alcanzado por otro esquiador, que resbaló al girar chocando contra él. Con motivo de la operación que tuvo lugar como consecuencia del golpe, la familia canceló las vacaciones y el rey comentó jocosamente, días después, que había sido «mala pata». Clavos y menisco reconstruido aparte, el accidente que dejó secuelas de por vida en el rey -con 80 años volvió a ser operado de esa rodilla derecha para un cambio de prótesis– no es nada comparado con la suerte que sufrió su primo unos años atrás.
Alfonso de Borbón en un viaje de esquí. /
También a la edad de 53 años, Alfonso de Borbón tuvo otro accidente de esquí, que tuvo un final mucho más trágico. Y tal vez a consecuencia del mismo la familia desterrara Colorado del mapa para siempre como retiro de invierno. El duque de Cádiz falleció de forma extraña mientras pasaba las vacaciones blancas de enero de 1989 en la estación de Beaver Creek. El que fuera primo del emérito y primer marido de Carmen Martínez Bordiú chocó con un cable de acero mientras descendía por una de las pistas y murió desangrado porque le seccionó la ateria carótida.
Las especulaciones en torno al suceso siempre han estado presentes, pero la policía cerró el caso declarando negligencia contra la pista de esquí, que pagó a la familia lo que se traduciría en más de un millón de euros actuales. La investigación sobre la más de media hora que tardaron los servicios sanitarios en llegar o el hecho de que el cable se levantara por un operario a la altura de 1,75 metros justo cuando él pasaba –a pesar de que iba junto al campeón de esquí Tony Sailer– nunca llegó a buen puerto. Sin embargo, su madre, Emmanuela Dampierre, siempre sostuvo que había sido un asesinato orquestado para frustrar sus aspiraciones al trono francés.
El entonces príncipe Felipe preparándose para esquiar. /
Quien no tuvo, para su suerte, un accidente del estilo fue el actual rey Felipe VI. Cuenta le periodista Pilar Eyre que cuando era joven podría haberse caído por un acantilado para salvar a unos esquiadores por los que no se podía ya hacer nada. Por lo visto, tuvieron que frenarlo para que no se lanzara al vacío intentando socorrerlos.
Otro incidente que se quedó en un susto tuvo lugar en 1978, cuando ETA colocó una bomba durante un apagón en el hotel Montarto, muy cercano al chalet de La Pleta en el que se alojaba la familia real. Aprovechando la confusión de un apagón, un miembro de la organización colocó el artefacto, para llamar al día siguiente advirtiendo del peligro. El resultado fue el desalojo del hotel y la detonación controlada del artefacto por parte de la policía. Según el rey Juan Carlos I, lo que les protegió fue su «buena estrella», como él siempre se ha referido a la suerte que ha velado por los reyes.