Ni en carácter, actitud, ni en relaciones amorosas: analizamos por qué el rey Felipe VI no se parece en nada a su padre Don Juan Carlos (que atrae el escándalo)

Ni por temperamento, ni por carácter, ni por actitud. El rey Felipe VI no se parece en casi nada a su padre, el rey Juan Carlos I, un monarca de fuerte personalidad, que ha marcado profundamente la historia de España. Felipe pertenece a una generación muy distinta, la que nació con la democracia, y cuyo mayor reto es, precisamente, hacer olvidar los escándalos de su padre sin echar a perder su legado.

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Elena Castelló
Elena Castelló

El rey Felipe VI cumple 54 años el 30 de enero . Ascendió al trono hace casi ocho años, pero muchas cosas han cambiado desde aquel junio de 2014 para la pareja real formada por Felipe VI y la reina Letizia . De maneras sobrias y tímido a media que ha avanzado su reinado (o quizá gracias a su matrimonio) el hijo de don Juan Carlos y doña Sofía ha ido abriéndose a la gente y actuando con naturalidad. Y gracias a ello podemos afirmar que, sin duda, el actual monarca es muy distinto a su padre, el rey emérito . De hecho, los biógrafos de Felipe aseguran que su temperamento es más parecido al de su madre, la reina Sofía. aprovechando su cumpleaños repasamos momentos de la biografía del rey Felipe que explican por qué es un hombre completamente diferente a su padre.

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1. El rey Felipe VI nació en España (no en el exilio como su padre)

Al contrario que don Juan Carlos de Borbón, que nació en el exilio romano de la familia real, Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos vino al mundo a las 12:35, en la clínica Nuestra Señora de Loreto en Madrid el 30 de enero de 1968. Su llegada significaba que la línea dinástica estaba asegurada. Don Juan Carlos, en aquel momento todavía príncipe, brindó con los periodistas que acudieron a cubrir la noticia a la clínica mientras declaraba: «Mi alegría es grande por este primer varón de mis hijos. He saltado de alegría cuando me han dado la noticia».

El bautizo de Felipe fue un acontecimiento familiar, pero también político. Reunió a toda la familia Borbón, incluida la reina Victoria Eugenia, que llegó desde Lausana y pisaba por primera vez suelo español desde la proclamación de la República. La situación de los entonces príncipes de España, en pleno Franquismo, no era fácil: la reina Sofía ha descrito esa época como el tiempo en el que «no eran nadie». Pero doña Sofía se esmeró por crear un cálido ambiente familiar y por hacer todo lo posible para que tanto las infantas como el Don Felipe pudieran tener una infancia lo más normal posible.

El rey Felipe VI nació en España. / Getty images

2. Su madre, la reina Sofía, siguió muy de cerca su crianza y educación

La reina Sofía había estudiado enfermería y puericultura en Atenas y había ejercido en la Maternidad Mitera, fundada por su madre, la reina Federica. Era una joven formada y de mentalidad abierta dispuesta a criar a su propio hijo. Existen fotografías en las que se la ve bañando a Don Felipe en un lavabo y dándole el biberón. Es conocida la anécdota de una rabieta de don Felipe, con apenas dos años, por un juguete que no le daban, y la respuesta de doña Sofía: «Tiene que aprender a que siempre será el último». Doña Sofía fue la tutora de su hijo, pendiente de sus decisiones escolares y a la hora de supervisar su educación. En numerosas ocasiones era ella quien se encargaba de llevarle al colegio. Una experiencia que don Juan Carlos no conoció en su infancia : a los cuatro años comenzó su formación con los manieristas en Suiza mientras sus padres se establecían en Portugal.

3. Felipe VI fue al colegio y se educó como un alumno más

A pesar de que su madre tratara de proporcionarle una vida feliz y protegida, la infancia de don Felipe no fue como la de cualquier niño: en 1977 , a los nueve años, fue proclamado príncipe de Asturias y heredero a la Corona, en Covadonga, y a los 13 pronunció su primer discurso en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias. A pesar de estas responsabilidades sus padres procuraron que el entorno del príncipe no fuera solo el de la aristocracia, como le había sucedido a Don Juan Carlos desde que fue enviado a estudiar a España.

Felipe VI no fue educado en Palacio, como era lo habitual en la generación de su padre, sino que acudió al colegio. Don Felipe estudió en Santa María de los Rosales, un centro laico, pero de inspiración cristiana, fundado por un grupo de nobles del entorno del Rey Juan Carlos en 1952. En aquel momento a este centro acudían hijos de familias burguesas y de él provienen algunos de los amigos de la infancia de Don Felipe, como Álvaro Fuster. Un ambiente mucho más relajado que el que rodeó al joven Juan Carlos en Las Jarillas.

4. Felipe VI completó sus estudios en el extranjero

Nuestro actual rey estudió COU, lo que ahora es el Bachillerato, en Lakefield College School, en Toronto, Canadá. Esto le permitió sentir, por primera vez, lo que era la independencia, al contrario de lo que le pasó a su padre, que tuvo que aprender a estar solo desde niño. En Canadá practicó mucho deporte, como el baloncesto, una afición que le ha seguido acompañando, además de la vela, una pasión que comparte con toda su familia, y que también practicó su abuelo, el conde de Barcelona, Don Juan .

5. Ha sido el primer Borbón universitario

Cuando volvió de Canadá inició tres años de formación militar y, a continuación, se matriculó en la Universidad Autónoma, en Derecho. Además habla con fluidez inglés, francés y catalán. Su formación fue meticulosamente diseñada. Se le considera el rey mejor preparado de la historia de España. Para finalizar su formación, volvió al extranjero, a la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, una de las más prestigiosas del mundo. Allí estudió un master en Relaciones Internacionales.

6. Escogió a una plebeya, Letizia, por esposa

A diferencia de su padre, que escogió a una princesa de sangre real, descendiente directa del Kaiser Guillermo II de Alemania y emparentada con las familias reales de Suecia, Dinamarca y Noruega, Felipe de Borbón fue educado en la idea de casarse «por amor». Pero el camino no fue fácil, porque debía escoger a la consorte «adecuada» y ninguna de las parejas que eligió entre jóvenes de su generación, lo era. Hasta que llegó Letizia Ortiz, periodista, divorciada y nieta de un taxista, una joven de la clase media española que cogía el metro para ir la Universidad y había estudiado en un Instituto de Enseñanza Media. Don Felipe apostó por su relación, con todas sus dificultades, hasta el punto de amenazar con dejar su condición de heredero al trono si no era admitida su relación con Letizia. Su matrimonio no es un acuerdo, es el de una pareja enamorada y cómplice.

7. Le gusta el deporte, pero también la música, el cine y las largas conversaciones

De todos es conocida la afición de su padre, el rey emérito, por la caza. El actual rey parece tener otros gustos. Una de las aficiones más arraigadas de Don Felipe es el deporte, algo que sí comparte con su padre. Pero, tiene, además, pasión por la cultura, algo que don Juan Carlos nunca ha mostrado. Quizá por la influencia de doña Letizia o porque ha retomado antiguas aficiones, a don Felipe le gusta ir al cine, en versión original, se le ha podido ver acudiendo a conciertos en vivo y es un asiduo lector de obras de ciencia ficción e historia además de un amante declarado de la pintura.