Llegó el temido día de dar explicaciones y Tamara Falcó superó con creces la mayor crisis reputacional que ha tenido que enfrentar en su breve pero intensa vida influencer, no hay perdón para Iñigo Onieva gracias a los hackers que se encargaron de desvelar el engaño a la marquesa de Griñón.
Quien pensara que la hija de Isabel Preysler iba a cobijarse indefinidamente en casa de mamá o, peor aún, en un retiro espiritual para dedicarse al rezo con sus amigas, se ha equivocado de plano. Tamara ha vuelto e Íñigo Onieva es ya casi historia.
Sin duda, los avatares de la pareja aún pueden dar muchas vueltas, aunque él queda herido gravemente en su imagen, algo que no le va a venir bien a su carrera como relaciones públicas de alto standing. Para el caso, su perfil de Instgram ha engordado en 20.000 segudores durante estos días. El de ella, en 80.0000. La superioridad viral de Tamara Falcó y de sus perspectivas de negocio son incontestables.
La increíble situación en la que se ha encontrado la marquesa, impelida a aparecer en público en su peor momento sentimental, no es nada nueva. En 2017, otra influencer estrella tuvo que presentarse en una rueda de prensa para cumplir con un contrato de marca en pleno anuncio de su divorcio. Fue Paula Echevarría en una rueda de prensa histórica en la que solo acertó a decir: «En mi casa pasan cosas». Luego, se echó a llorar.
Sin duda, la situación de Paula Echevarría era mucho más crítica que la de Tamara Falcó, pues la asturiana rompía doce años de matrimonio y una familia junto a Daniella, su hija de ocho. La hija de Isabel Preysler, sin embargo, ha sufrido daño en su orgullo debido a la humillación pública que han infringido los vídeos de Íñigo Onieva, en los que se abraza y se besa con distintas chicas.
El balance de la relación entre Íñigo y Tamara, aunque deficitaria en lo sentimental, sí presume de beneficios, y enormes, en lo económico. Indudablemente, la carrera profesional de Onieva ha disfrutado de un relanzamiento sobresaliente desde que comenzara su relación con Falcó. Sin embargo, ella también ha vivido los años más dorados de su carrera en la influencia al lado del joven relaciones públicas.
Imposible conocer los ceros que llevan los incontables contratos de Tamara Falcó, aunque a tenor del lujo de su nueva casa, su primera casa en propiedad, deben ser muchos. La marquesa de Griñón estrenará en breve un ático en Puerta de Hierro, en el barrio madrileño de Peñagrande, valorado en un millón y medio de euros.
Construido precisamente por el estudio de arquitectura que la ha obligado a salir de su encierro en la casa de Isabel Preysler y firmado Joaquín Torres, Tamara contó en su momento que se había comprado un «piso chiquitito». Tiene cuatro habitaciones y está en una urbanización que cuenta con piscina, gimnasio, jardín y zona social gourmet. Y está a 200 metros de la casa de su madre.
Tamara pululaba al fondo del cuadro de los Falcó-Preysler cuando Masterchef Celebrity la sacó en 2019 del fondo de armario de la prensa del corazón. En noviembre ganó el 'talent show' y se disparó su cotización. Su naturalidad a la hora de mostrar el fondo y la forma de lo aristocrático la convirtió en uno de esos personajes que adora la televisión porque caminan sobre la cuerda floja del meme.
Íñigo y Tamara se conocieron en marzo de 2020, prácticamente después de terminar la resaca del reality de cocina. En pleno año pandémico, la maquinaria de facturar de la marca Tamara se puso a funcionar, impulsada por su primer programa de cocina en Televisión Española, 'Cocina al punto con Peña y Tamara', y su debut en 'El Hormiguero' de Pablo Motos. Inevitablemente, su perfil de Instagram superó el millón de seguidores y se convirtió en objeto de deseo de las marcas.
Hoy, con más de 1.400.000 seguidores en Instagram, el refrendo de Tamara no baja de los 2.500 euros. El goteo de grandes marcas que han caído embrujadas por el característico acento de Tamara, sobre todo desde que cuenta con la atractiva compañía de Íñigo Onieva, no para: Bra, Jaguar, Nestle, OPI, Tous Sisley… Porcelanosa es al única marca que lleva de serie, pues heredó la cuenta de su madre.
En 2021, con el romance ya a toda máquina en los canales virales y convertida ya en marquesa de Griñón, Tamara Falcó vivió su año grande con apariciones estelares en 'El desafío' y 'El Hormiguero', además de titularse como chef Le Cordon Bleu y publicar el libro 'Las recetas de mi madre'. Su 40 cumpleaños fue patrocinado por una revista que celebró su madurez casi como si fuera una comunión.
Este año ha sido, de nuevo, grandioso para la cuenta corriente de Tamara Falcó. Los planes cada vez más irrefrenables de boda desbordaron sus perspectivas de monetización, no solo con sus marcas de cabecera, sino con megaproyectos ambiciosos. El primero, 'La marquesa', el docurreality de Netflix. El segundo, su colección para Pedro del Hierro, TFP. La marquesa de Griñón se ha hecho de oro junto a Íñigo Onieva. Sin él le irá igual de bien, o más.